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lunes, 30 de mayo de 2011

LOS CANDELABROS ERRANTES LLEGAN A OVIEDO.

Vuelve a estas páginas la hermandad de los Estudiantes de Oviedo, la cofradía en la que está inmerso desde hace años mi amigo Alfonso Piñero – amigo algunos se preguntaran que porque no le hiciste aquí…- y que este fin de semana ha estado de enhorabuena al recibir en su seno a su nuevo titular, la amantísima Madre de Dios que bajo la advocación de ESPERANZA ha comenzado a recibir el amor de sus cofrades en las tierras asturianas. Pero hoy no me detendré en este punto, pronto les mostraré fotografías y unas humildes palabras que me consta que les ilusiona para detenerme en algo que desde la cuaresma ya tenía pensado mostrar en esta mi casa.
Antes de Semana Santa, en una de mis charlas con Alfonso, no recuerdo si telefónica o vía e-mail me comentó que los asturianos habían bajado a Andalucía entre otras cosas a recoger la nueva imagen de la Virgen en Torredonjimeno del taller de Tirao Carpio pero antes pasando por Sevilla donde iban a recoger unos candelabros que les habían cedido una hermandad sevillana, la sorpresa fue cuando Alfonso me indicó que se los prestaba la hermandad de la Sagrada Lanzada, en concreto unos antiguos candelabros de la imagen letifica de esta corporación, la Esperanza Divina Enfermera.









Como algunos recordaran, el año pasado dediqué una entrada a estos curiosos y antiguos candelabros, debido a que en los años ochenta del pasado siglo sirvieron como ascua de luz para iluminar el caminar del Soberano de Linares en los Jueves Santo de sueños, de cambios donde el Señor lucia su anterior aspecto y procesionaba sobre un sencillo paso de madera dorada –purpurina-, quizás el que realizase Francisco Fernández en 1945 readaptado para ser portado por costaleros y que creo que fue vendido por entonces a una hermandad de Jabalquinto ante la inminente llegada del actual galeón de madera y oro que sacase de los sueños imagineros el trianero Manuel Guzmán Bejarano. Un paso que fue enriquecido con aquellos candelabros, seguramente prestados gracias al enlace que tenía la hermandad con Sevilla gracias a Antonio Garduño Navas para sustituir lo antiguos de líneas austeras. Unos candelabros que como indiqué en aquella entrada han servido para iluminar el caminar de multitud de pasos, sobre todo de gloria y que en su incesante discurrir por diferentes pasos han llegado a cruzarse España para iluminar el semblante del Señor de la Sentencia hasta que sus cofrades puedan acometer unos nuevos en consonancia con el paso que están realizando.
Prendimiento de Linares.

Virgen de Araceli de Sevilla.

Virgen del Buen Aire. Sevilla
Ahora gracias a la ayuda y aportación del amigo Rafael de Jesús Ríos Delgado puedo aportar algunos datos sobre estas piezas que primitivamente pertenecieron a la hermandad de la Divina Pastora de Almas de Santa Marina. Una fotografía – de la cual no dispongo-, fechada en 1903, con motivo del juramento que se hizo el 6 de septiembre del citado año en Defensa del Dogma de la Asunción Corpórea de la Virgen a los Cielos en cuerpo y alma muestra un modesto paso, del que por ahora desconocemos su autor, compuesto por una parihuela forrada de faldones, con respiraderos de malla bordada de Rodríguez Ojeda, sobre el que se alza un moldurón, a modo de peana, situándose en las esquinas cuatro candelabros arbóreos o de arbotante de tres luces.

Este paso fue destruido en el incendio intencionado del templo de Santa Marina, acaecido la noche del 18 de julio de 1936, en el que de manera milagrosa se salvó la capilla de la Divina Pastora al completo, ya que al desplomarse la techumbre de la nave del Evangelio, ésta actuó como cortafuegos evitando que las llamas pudiesen acceder a la mencionada capilla. Pasado unos días unos valientes hermanos de la corporación pastoreña se acercaron a la parroquia creyendo que la imagen de su devoción había sucumbido en el incendio del mencionado templo, encontrándose con la sorpresa de que estaba intacta, por lo que deciden esconder la imagen para salvarla de su posible destrucción.

Pastora en el paso del Carmen de Calatrava
con los candelabros.
Pasados los tiempos difíciles de la contienda bélica en Sevilla estos mismos hermanos acceden a la capilla de la Pastora para recoger todo el patrimonio muebles que pudieron portar, el ajuar litúrgico, un ángel lamparero, parte del patrimonio de la Hermandad Sacramental de Santa Marina, -que era guardado en las dependencias de la capilla pastoreña-, el primitivo cuadro de Alonso Miguel de Tovar y los tres Simpecados, dos de gala, entre ellos el del Duque de Osuna, así como el que le regalaron los Maestrantes. Entre el ajuar salvado parece ser que se encontraban los candelabros del paso, que también se guardaban en dicha capilla. Lo único que no pudieron llevar consigo fue el retablo, que terminaría siendo destrozado y vendido a pedazos en el popular mercadillo del “Jueves”.

Tras el incendio de Santa Marina la imagen de la Pastora pasa a la Iglesia del ex-convento de la Paz y posteriormente a la Iglesia Filial de San Martín. En la referida iglesia filial residía desde 1587 la Hermandad de la Esperanza, “Divina Enfermera”, que acoge cariñosamente a la Hermandad de la Divina Pastora en aquellos duros trances, años cuarenta, sin andas propias, con su capilla cerrada al culto y con su sede canónica incendiada.

Así tras la Guerra Civil la Divina Pastora utilizará para su procesión indistintamente tanto el paso de la Virgen del Carmen de Calatrava como el de la Divina Enfermera, al que añadía sus respiraderos bordados formando una sencilla canastilla y los candelabros objeto de esta entrada. En la procesión de 11 de septiembre de 1960 la Hermandad de la Divina Pastora estrenó un nuevo paso tallado y dorado, estilo Luis XV, decorado con rocallas y espejos, siendo realizado por Miguel Alonso, un tallista que tenía su taller en el sector de la Plaza del Duque, accediendo el montante del paso a 22.000 pesetas. En agradecimiento a la Hermandad de la Divina Enfermera, por la ayuda prestada durante tantos años, los antiguos candelabros fueron vendidos por la Hermandad de la Pastora a ésta por un precio simbólico, siendo estrenados por la Divina Enfermera en la procesión de 1962.
Pastora de Santa Mariana en la actualidad.
La Divina Enfermera hoy en dia.
Posteriormente, en 1979, la Hermandad de la Esperanza Divina Enfermera se fusionaría con la Hermandad Sacramental y de Penitencia de la Sagrada Lanzada, pasando desde entonces a procesionar sobre el paso de palio, empleándose para su iluminación los candelabros del paso de misterio, obra de Luis Jiménez Espinosa, al ser de mayores proporciones y tener mayor número de luces.


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