Buscar este blog

jueves, 19 de mayo de 2011

MIÉRCOLES SANTO DE AMOR... CRISTIANO.


Acabaré esta crónica de la pasada Semana Santa con el día que me quedaba, el Miércoles Santo. Un día que este año no lo pasaría en Sevilla, como preludio de descanso para el inminente Jueves Santo…o eso pensé cuando planifiqué la semana, por que llegaría descansado hasta el Domingo de Resurrección. El día comenzó como casi todos, casi soleado para al medio día llegar las malditas nubes que se cargaron todo, me pase por Linares para recoger las prendas que se han realizado para los costaleros o todo aquel que quisiera y encontrarme en pleno montaje de la flor de los pasos que no surcarían por el Jueves Santo. Al final nos dio las tantas ayudando a ultimar los últimos preparativos que ya tenía pensado el Soberano que no se lucirían por las calles de su tierra.


Tras comer, emprendimos camino hasta la capital del Santo Reino para intentar disfrutar de uno de los pasos que más me tienen enganchado en nuestra provincia, el de Ntro. Padre Jesús del Amor en su Prendimiento de la hermandad del Perdón o la Esperanza… lo mismo da que da lo mismo. Con un intenso tráfico –lo que le gusta a los españoles una playa-, que nos hizo meternos en la carretera nacional, nos cayó un aguacero al pasar por el termino del pueblo de los ricos chorizos, Las Infantas que nos hizo temernos lo peor y vivir un día como el anterior pero al llegar a Jaén estaba prácticamente despejado para buscar la parroquia de Cristo Rey y presenciar la salida de esta hermandad. Teníamos proyectado después viajar hasta Linares para disfrutar de la hermandad de los Estudiantes que estrenaba nuevo Cristo de Álvarez Duarte –curioso que las últimas cuatro imágenes bendecidas de esta parroquia no salieron por culpa de la lluvia en el año del estreno- y sobre todo nuevo estilo, por lo menos en lo que refiere al paso Cristo donde un nutrido grupo de amigos costaleros a las órdenes del amigo Agustín Marjalizo pretendían darle el sello, idiosincrasia y gusto que necesitaba esta cofradía desde su refundación, perdiéndose la ciudad un discurrir largo, de frente y caminar sobrio acompasado de cornetas y tambores, de mis amigos del Rosario que seguro hubiesen hecho las delicias de la tarde… pero tal como me comunicó con un mensaje mi amigo Cristóbal, el Señor de la Buena Muerte no quiso impartir su lección redentora y morir por las calles de Linares.




Así que apostados a las puertas de Cristo Rey, junto a la agrupación musical del Despojado de Jaén -que acompaña al misterio- esperamos la salida mientras departíamos con la “colonia” bailenense que integran las filas de esta formación musical, sobre todo con el mas trianero que ha dado esta tierra de alfareros, David. La salida se pospuso un minutos para al final decidirse poner la cofradía en la calle y volver años después a embobarme de la maestría del primer trabajo que realizó el hoy afamado y cotizado imaginero de Triana, José Antonio Navarro Arteaga. En este paso la música suena desde la primera chicotá, desde el interior de la iglesia para acercar al Amor hasta la puerta de la Esperanza a los sones del canto litúrgico “Pescador de Hombres”.



Poco a poco fue asomando la mole de madera barnizada con ese cimbreo de los candelabros que al parecer es muy del gusto de los jaeneros, el olivo en el centro se perdía en ese mapamundi de olivares que es nuestra provincia mientras a sus pies dos centuriones esperan el momento para prenderlo… “aquel que bese, ese es” mientras Pedro que no consiguió velar por Él se levanta exaltado para defender con la espada a su maestro. Un sayón ilumina la oscura noche más triste de la humanidad mientras un jovial San Juan de cabellos barrocos se pregunta que hace Judas besando a Jesús…un beso para el comienzo de todo, para que se cumpliese las profecías, el tierno roce de los labios en sus mejillas que lo llevaría a la muerte por Amor.
La cuadrilla comenzó su estación de penitencia, demostrando una gran mejoría desde la última vez que los vi –el primer año que salió a costal- al compás de la marcha “Sones de la Plazuela” comenzaron su caminar con cambios por las empinadas cuestas de la capital en busca de la carrera oficial en la calle Bernabé Soriano, a espaldas de la Santa Iglesia Catedral la cual algún día visitaran las hermandades en estación de penitencia… pero solo Él sabrá cuando.





Tras Él, tocaba el turno al segundo paso de los tres de esta hermandad, porque en Jaén se destiló mucho eso de sacar más de dos pasos y las dos corporaciones de la jornada lo hacen con tres. El segundo es el Señor del Perdón, un Cristo amarrado a la columna que forma un paso cristo, es decir sin misterio sobre su particular paso de la escuela jiennense o mejor decir realizado por los artesanos que trabajaron en Jaén tras la guerra civil. Una imagen del malagueño Francisco Palma Burgos que la realizara en su periodo ubetense, en aquella década que tuvo abierto un taller en la ciudad renacentista de Úbeda donde realizó multitud de trabajos para la ciudad y pueblos de la provincia. Particularmente me encanta esta imagen, fiel al estilo del maestro tan diferente a los archirepetidos modelos del barroco que conforma con su paso una de las estampas más personales de la Semana santa andaluza… mucho ha hecho la verdad las mejoras e enriquecimiento de las andas con los candelabros, ángeles turiferarios o el dorado en pan de oro. Cornetas y tambores anunciaron su salida, en este caso los de la banda de la Expiración de la misma ciudad para comenzar su caminar de frente –menos mal que dejaron de hacer cambios, como los vi hace unos años en una extraordinaria- a los sones de la marcha “El Embrujo de Triana”. Tras esto y como Linares quedaba descartado decidimos buscar nuevamente al Amor por otras calles, encontrándonoslo en una empinadísima cuesta llamada “Puerta del Sol” que nos hacía pensar lo duro que tiene que ser salir de costalero en Jaén. Pero su cuadrilla le echó casta y la subía elegantemente a los sones de “Virgen de la hiniesta”. Lo seguimos un rato más, sorprendiéndonos de la penitencia de un acolito portando el libro de reglas… jamás había visto algo igual pero seguro que ese muchacho acabaría con los brazos peor que las tres cuadrillas juntas. Después vino nuevamente el Perdón y finalizamos con la Virgen de la Esperanza, que en su línea “malagueña” subió la cuesta en una especie de paso ligero, emblema de la cuadrilla que se resiste a abandonar el sistema de carga por el costal. Claro bajo mi punto de vista craso error, es lo que le falta a la cofradía para ir completa pero como no, la Señora desprendía el buen hacer de su hermandad mientras nos dejaba para el recuerdo ese perfil macareno que le quiso imprimir el maestro Eslava Rubio. Tras esto y mis acompañantes rajarse para viajar a Córdoba o Granada –en las cuales habían salido cofradías- el día terminó viendo un partido de futbol en lugar de disfrutar de lo más grande, y eso que soy muy madridista pero bueno un Cristiano nos alegró la noche a los blancos…
Por cierto para finalizar, no quiero olvidarme de algo que ya casi había olvidado y que viví esa noche. Casi diez años sin salir de copas en mi pueblo en Semana Santa hicieron que olvidara un tema pendiente importante en las hermandades locales, y es el de intentar fomentar que significa vestir la túnica de nazareno viendo a algunos componentes de la hermandad que procesionaba en el día –y eso que en esta jornada se supone que es de “silencio”- celebraban el titulo copero del Madrid en el emplazamiento habitual con su túnica puesta, como si de un uniforme se tratara. Pero es que no se quedó en los cuatro o cinco que vi en aquel lugar, si no los que volví a ver el Jueves y Viernes Santo –amén de las cuadrillas que procesionaban el Domingo de Resurrección, desayunando en los bares de alrededor, en lugar de asistir a la misa con toda la hermandad- de todas las restantes cofradías, horas antes de la salida o hasta altas horas de la madrugada metidos en pubs con la túnica puesta, como si de un vestido de flamenca o campero se tratara… en fin estas son las grandes cosas por las que nos tenemos que sentir orgullos los bailenenses, de la gran celebración que se ha forjado durante años para conseguir la envidiable celebración como tanto pregonan los cofrades bailenenses y que algunos como yo por criticar o más bien advertir de estas circunstancias se nos tildan de destructivos en los mismísimos actos oficiales… si me permiten un consejo constructivo, más formación y más verdad… hasta el año que viene para los “capiroteros”, aquí seguimos todo el año los capillitas.












1 comentario: