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domingo, 22 de enero de 2012

GRACIAS ROSARIO...

Tengo que darle las gracias mas profundas a mi querida banda del Rosario de Linares por la gran sorpresa que me he encontrado en el día de hoy. Y es que ayer fue un día intenso de sabor cofradiero, pero del bueno, por que ya comienza los preparativos de una nueva e inminente Semana Santa. Día de igualá de las cuadrillas del Soberano y Rosario, que mañana si Dios quiere le dedicaré su espacio.
Aunque estaba pensado para hoy no me resisto de traer esta buena nueva. La banda del Rosario actuó en la tarde de ayer como viene siendo costumbre, si no recuerdo mal desde el año de su fundación en el certamen del pabellón Julián Jiménez, durante muchos años dedicado a la ayuda de Caritas, aunque parece que tristemente este sentido caritativo ha desaparecido.
Y por curiosidad, por que por la igualá no pude acercarme, he visualizado por youtube las marchas que interpretaron y he encontrado la gran satisfacción. Me ha hecho rememorar aquellos días, de hace justamente diez años en los que el aire de las poco bien vistas “cornetas” en la ciudad hacían levantar a los asistentes de sus asientos. Cada año tocamos la nueva marcha que consideramos “pelotazo” de aquellas que montásemos, aunque muchas veces la de siempre ponía aquello boca abajo. Que gusto encontrarme con el montaje de la marcha “Aire para mis Penas”… aire de Presentación al Pueblo, aire de Triana del “Zapatero” más flamenco de la eternidad. Será un gustazo caminar bajo los pies del Soberano, si Él lo quiere claro, al compás de esta marcha del nuevo cuño de la banda nazarena que tal como indica la marcha...aires... aflamencados.



Pero sin duda la satisfacción vendrá con otra marcha, que hace diez años se prendió a mi corazón como las escalofriantes manos del “Gitano de San Agustín”… por que así también se le ha llamado al Soberano aunque sea Dios y Señor del Prendimiento. Pronto rememoraré el decimo aniversario de mi llegada a Linares o mas bien de mi primera Semana Santa, por que los capillitas contamos los años por cada celebración de los días mas importantes que sucedieron en la historia de la humanidad, el día que matamos a Dios y resucitó para perdonarnos.
Aquellos primeros días de ilusiones y sueños tienen una banda sonora grabada en mi memoria, la misma era de cornetas y tambores y la realizó un “pelao” al que le tengo mucho cariño, hombre que se puede decir de una persona que siempre te ha desprendido cariño. Pues si, mi buen amigo y exdirector del Rosario, Joaquín Gómez García (que alegría poder verlo entre los músicos nuevamente) compuso por aquel entonces, estrenada el mismo año de su primera salida una partitura de sublimes sones aflamencados para el Cristo que estaba haciendo posible la realidad de que Linares escuchase la música que paradojas de la vida, inventó un tal Escámez nacido como diría la idiosincrasia linarense, en el “Gachi”. Aquella partitura además estaba dedicada a dos personas muy importantes de la historia reciente de la hermandad, a nuestro amigo Eugenio que quizás las cosas de este mundo no lo han tratado con el trato que se merecía al ser la cabeza visible de la responsabilidad que contrae dirigir una hermandad como esta y sobre todo para una persona que en contra de lo que dice el dicho no tuvo que morirse para ser reconocido. Recuerdo como me decía que la tenía, la partitura, enmarcada en su casa, pero cosas del Soberano Eterno, su familia recibiría una nueva partitura pero esta vez en su memoria por que el Soberano y espero que no me lo tome en cuenta, siempre se lleva a lo mejores.
Y es que don Andrés Caparros también le encantaba escuchar aquella marcha y ver a su Dios Prendido caminar con garbo por Linares a sus sones. Yo disfrutaba sobremanera tocándosela al barco del Jueves Santo, mas que ninguna, sin duda aquella marcha era mi rezo interior a través del instrumento con ese hermano, el mas viejo de todos al que nadie en la hermandad osa mirar mal, por el que todos bajan la mirada y olvidan sus rencillas, discrepancias y problemas. Por eso en el día de ayer mi gente del eterno azul celeste inmaculado, el Rosario de Linares recuperó parte de la historia grande de la hermandad del Prendimiento y de mi vida personal, por que casi lloraba cuando contemplaba al Soberano caminar a sus sones y ojala me de
el placer de poder caminar bajo sus trabajaderas embriagándome por los oídos de la que es la música que define al Señor del Prendimiento, al que nadie mira mal por que señores vuelve…! Y en tu Mirada Gitana…! seguro que Él me hecho el favor.

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