Unos hechos acaecidos en las últimas semanas me ha empujado a contarles una nueva historia. Sin duda estas son las experiencias que mayormente me inspiran para poder enhebrar nuevos relatos en torno al mundo de las cofradías, pero siempre, y ya estoy harto de decirlo en estas páginas, vistas desde mi óptica personal, que al fin y al cabo eso es lo que gustará y también, por qué no, levantará ampollas a los muchos o pocos visitantes de esta casa, rincón indispensablemente enfocado a los pensamientos de un simple enamorado de las cosas de Dios y todo lo que tiene que ver con los movimientos humanos que se fomentan a su alrededor en este mundo, y más en concreto en esta nuestra bendita y también muy chinchosa Andalucía.
Ya me resulta cansino de explicarle a tanta gente porque y el porqué de lo que hablo, ya me duele la boca y los dedos, de intentar explicar que para mí Sevilla y su idiosincrasia religiosa no es una obsesión, es simplemente una escuela, algo que no tiene que ver nada con que a sus “dioses” les tenga la devoción, casi idolatría que quizás tan solo ellos saben trasmitir, aunque Dios o Jesús y María sea el mismo en cada rincón de este mundo… para mí la Expiración de Bailén, el Prendimiento de Linares, el Gran Poder de Sevilla, etc… son Jesús, lo mismo que la Virgen de los Siete Cuchillos, la Virgen del Rosario de Linares o la Esperanza Macarena es María… pero hay que saber “vender la moto” como diría un amigo mío, como hacen en Sevilla, por eso hace pocos días le decía al buen amigo Ricardo, que sí, que la Virgen es la misma en todos sitios, pero que la alcoba de María allá en los cielos… es el camarín de la Macarena… esto es arte, gracia y duende para ensalzar a la Madre de Dios, de hecho es algo simple pero en pocos sitios me encuentro expresiones y sentimientos similares… aun así, seguramente seguirán habiendo muchos que no sepan encauzar estas palabras.
Está claro, y en ello insisto en esta casa, con datos y más datos, casi mil entradas guardan el disco duro del capillismo, de que allí en la ciudad donde un Giraldillo escala las alturas de la gloria nace una esencia que todo lo que ha tocado lo ha cambiado para siempre y para mayor gloria, incluso la otra gran urbe de la Semana Santa andaluza y quizás española, la para mi bella y encantadora Málaga, aunque mi modelo completo sea sin género de dudas el de la vieja Híspalis. Me resulta simpático, como mi buen amigo Alejandro L. Godoy e incluso su familia intentan trasmitirme las grandezas que muchos Jueves Santos han captado sus pupilas por las calles de la capital de la Costa del Sol, maravillándose del sabor castrense en Mena o la magnificencia verde de la Señora de Málaga, curiosamente como en Sevilla, también repartidora de Esperanza, al fin y al cabo, ya lo saben son la misma, todo depende de cómo “se venda la moto”…
Tanto estos buenos amigos como otros tantos que no lo hacen con la misma simpatía, me pareciese que siempre intentaran “equilibrarme” Málaga con Sevilla, o incluso vencer la balanza ante la ciudad que vive los días de la pasión con tranquilizantes baños en el Mediterráneo, oliendo a mar y a los deliciosos espetos de sardina. Y Málaga es grande, muy grande, nunca lo pongo en duda y me gustaría conocerla algún día, pero es que como dicen por Híspalis… “coinciden en fechas” y cada vez que puedo tomar rumbo por las autovías de la pasión, “nacional IV adelante” me es imposible borrarlo del GPS de “mi arma” como diría el deje sevillano. Es por ello, por estas circunstancias ultimas, de que si soy “sevillano residente en Bailén”, que si conoce Málaga que es mejor o la última, con el amigo Ricardo, que como su Soberano que se quite Sevilla entera, pues hoy, nuevamente volveré a cansinearles con lo mismo, hablándoles de la Málaga de grandes tronos, túnicas de hermanos nazarenos bordadas o trinar de campanillas al paso de los tronos, esencias propias que se engrandecieron a partir del siglo XX tomando como no, a Sevilla como modelo, donde inspirarse y hacer crecer, sobre todo en pensamiento, y después patrimonialmente al fenómeno cofradiero de la ciudad de Pablo Picasso.
Es curioso que ocurran estas circunstancias en la vida, que surgen de personas completamente diferentes, que ni se conocen, y a este “sevillano” pues se le ocurra comprarse un completo estudio bibliográfico de la hermandad del Cautivo de Málaga, y cuando le saca tiempo a la vida, porque esto lo hago gratis y por gusto, aunque casi nunca se agradezca más bien incluso se me exija, me ponga a leer y a culturizar un poco más si cabe los conocimientos que pueda atesorar de la Semana Santa andaluza, sin duda la gran pasión para mí de esta vida, el placer más grande junto al “tragar” bien y las maravillas de la creación con el género femenino… donde el orden de los factores no altera al producto…
Aprender y aprender, porque de esto creo que aún sigo sin saber nada, así lo siento y el que no lo sienta le recomiendo que se lo haga mirar, porque no va a llegar a ningún buen puerto pensando diferente… por ello, busco en los tomos la historia y el patrimonio de la hermandad donde seguramente se cobija a la joya de los sentimientos malagueños, aquel que toca la fibra más fina y sensible del pueblo malacitano, aquel que hace del bamboleo blanco el mismo caminar de los ángeles junto al Hijo de Dios… sin duda, es el Cautivo el Señor de Málaga, pero este Señor tiene también su madre, haciendo un símil con Sevilla, allí en Málaga dirán que su Madre es la Esperanza por ser la que arrastra la mayor devoción mariana de la ciudad, el próximo sábado, si Ella lo quiere quizás lo puede comprobar in situ. Eso dicen en Sevilla del Gran Poder, que su madre es la Macarena, pero en San Lorenzo esta también la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, su madre según los devotos del Señor de Sevilla, por ello en Málaga pues la madre del Cautivo en sin duda la Señora que paradojas de la vida nació en Sevilla, y en estos momentos ha vuelto hasta la ciudad que la vio nacer para ser restaurada por el prestigioso restaurador Gutiérrez Carrasquilla.
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Leía sobre Málaga, y sobre la Virgen de la Trinidad, Coronada, Madre de Dios Cautivo y casi al unísono en la prensa digital cofradiera sevillana se hacía eco de que la imagen que gubiase Paco Buiza se encontraba en tierras hispalenses, para llegar a los intercambios de opinión con el amigo Ricardo sobre cuál es o no es el gran orbe de lo cofradiero en esta tierra de María Santísima hizo que todo se conjurara casi por arte de magia, lo que me invitaba a contarle en primera persona a Ricardo la historia de la Trinidad de Málaga y quizás, porque Ella así lo habrá querido, poder “bordarles” una nueva historia en este rincón, de la reflexión, de la opinión personal en torno a lo más grande que ha podido crear nuestra Santa Madre Iglesia… la religiosidad popular, a la misma que en este Año de la Fe se está recurriendo para intentar volver a llenar de la misma las calles y los corazones de nuestra grande, antigua y difícil Europa… Trento después de los siglos, sigue dándole validez a los concilios, pero eso es otro tema de ateísmo y agnósticos que también me surgió, pero que ya va a ser demasiado mezclar en estos párrafos.
He aquí una nueva historia de cómo Sevilla, la que para algunos sería una más y para otros la universidad de Dios, impregnó nada más y nada menos de su magnificencia a unos de los símbolos de “malaguensismo”, la cofradía del Cautivo, como diría aquella evocadora saeta de Pepe de Campillo… “del barrio la Triniá…”. Leo este interesante estudio y veo, y una vez más observo como la vida creo que me da la razón de cómo surge en la Málaga de los sesenta, casi rozando los setenta un nuevo fenómeno que va a terminar por “sevillanizar” a la ciudad donde poner un costal es lo único que le faltaría para haberse dejado llevar por completo, como el resto de grandes ciudades andaluzas, de la idiosincrasia sevillana. Pero en aquellos años el pensamiento y el arte si se dio de bruces con Sevilla… llegaban las mejores de comunicación y viajar hasta Sevilla ya sería algo mucho más cómodo que en décadas pasadas. Y hubo malagueños que cuando pisaron y respiraron la gracia de Sevilla, sintieron que eso no lo respiraba entre el aroma a mar y el sabor del inmortal espetito… Juan Bautista Casielles del Nido, fue uno de esos locos, que entonces, en su Málaga ya llamaban despectivamente el “sevillano”… como ven esto no se limita a esta época, y ni a mi persona, pero creo que es bueno decirlo, en este caso para los que me lo dicen a mí, que aquí tienen más historias reales de personas que se impregnaron de la gracia como yo y tan solo intentaron trasmitírsela a quien no podía o no quería conocerla, habrá algo más bueno que intentar trasmitir el mejor de los amores a Dios, de cómo se le puede querer un poco más y con más grandeza… este estudioso que va siempre mucho más allá de Sevilla, no encuentra mejor forma…
La antigua imagen en diversas tomas. |
La Virgen en el Taller de Buiza el día que fueron a por Ella los hermanos del Cautivo. |
La imagen en Málaga, observase con la anterior fotografía los modos de vestir, las cosas que trajo Sevilla... |
Virgen del Socorro de Sevilla. |
Curiosamente desde entonces en Andalucía, las cosas han cambiado mucho, diría que demasiado. Aquellos “locos” de todos los rincones de nuestra tierra obraron como estos malagueños y todo ello, unido a la realidad actual en temas de comunicación, sobre todo con esto que ven, es decir internet y la facilidad de comunicación y publicidad hicieron aquello que me harto de describir, que ya Sevilla, no es un lugar aislado, sino que su estilo se ha extendido de tal forma que ha convertido a su esencia en el estilo de Andalucía, que incluso ha llegado hasta a Asturias… esto ha traído que arte y buen hacer exista en toda Andalucía, algo que a algunos les puede confundir y llamarme “obseso sevillano”. Pero también digo que esto ha sido tan bueno como para que ciudades como Málaga, haya creado su propio foco creador, aunque Sevilla siga pesando tanto como para llevar a sus imágenes a los talleres sevillanos, en este caso de los más reputados, cuando ya en cualquier lugar, en Málaga también te puede restaurar cualquier elemento, inclusive la imágenes de nuestras devociones. Eso sí, sin olvidar que gran parte de estos profesionales o han aprendido allí o han sido formados bajo los avances y técnicas depuradas durante siglos en la capital hispalense, o más bien en el ultimo siglo…
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