EL ARTE MÁS DESCONOCIDO....EN SEVILLA.

En la entrada anterior sobre los muchos tallares existentes que residen fuera de la provincia de Sevilla dije que algunos de estos incluso habían recibido encargos de la ciudad más codiciada para cualquier artista religioso, Sevilla.

Así el taller de Bordado de Manuel Mendoza de Málaga bajo un diseño de Salvador Aguilar realizó para la hermandad de las Penas de San Vicente en 2001 y 2006 las dos túnicas bordadas con las que suele lucir su portentoso Cristo cada Lunes Santo, una obra curiosamente de talla completa con sus vestiduras talladas que fue en tiempos remotos readaptada para ser vestida y que se atribuye al gran Pedro Roldan.

Seguramente el primer taller de bordado malagueño que trabaje para la capital hispalense para codearse con tantas y tantas portentosas obras del bordado que guarda la ciudad. No se quedaría ahí su producción para esta hermandad habiéndoles realizado igualmente la caída del dosel de cultos y para la Virgen de los Dolores tres sayas, un manto de camarín y la cotilla que lleva en el paso.

Un taller que también ha realizado multitud de obras de diseñadores de la propia ciudad porque también en Andalucía existen diseñadores más allá de las fronteras sevillanas como puede ser Fernando Prini Betés o Eloy Téllez, además de Jesús Castellanos artífices de multitud de obras que hoy en día se pasen por la capital de la costa del sol.

Otro taller de bordado que ha trabajado para Sevilla es el del giennense Juan Carlos Colmenero –que realizara con el frontal del palio de la Santa Vera Cruz de Bailén uno de sus primeros trabajos- y para nada más y nada menos que la Hermandad del Cachorro con el bordado de una cinturilla-fajín de salida para la Virgen del Patrocinio, la restauración de una saya azul de salida, algunas de sus insignias como son el Guion de la Resurrección, Guion de Tierra Santa y el banderín de María. Incluso llego a diseñar un proyecto de faldones para el paso de Santísimo Cristo de la Expiración. Otro trabajo que leí en un foro y en el que no se ponían de acuerdo si lo había realizado Colmenero o no era el Guion de los Siete Dolores de la hermandad de los Servitas bajo diseño como casi todo en la cofradía por parte de Antonio Joaquín Dubé de Luque.

Y para terminar, la labor de la talla que surgiera en esta misma ciudad, cuando a un tal Ruíz Gijón -se cree que la talla la pudo realizar en realidad el tallista Bernardo Simón de Pineda, colaborador habitual del utrerano- se le ocurriese realizar un “altar andante” para Jesús del Gran Poder, trasladar los inmóviles retablos a las andas procesionales para crear la maravilla que hoy conocemos como “Paso de Cristo”.

Y en la ciudad de los pasos se pasea uno realizado en la ciudad de los “tronos”, Málaga. Aunque es una corporación de vísperas o más bien un grupo parroquial, “El Silencio de Triana” –como la llaman algunos” pasea desde el año pasado a su portentoso crucificado de Pasión y Muerte –obra de Navarro Arteaga- por las calles de la Cava sobre un canasto de magnifica ejecución a cargo del malagueño Manuel Toledano Gómez que recibiría con este ejemplo su primer trabajo para una cofradía tras hacerse cargo del taller de su padre, el también tallista Manuel Toledano Vega.

Serian los sevillanos Guzmán Bejarano, Antonio Vega y principalmente Antonio Martín Fernández sus mayores influyentes para realizar esta obra basándose en los antiguos tallistas o retablistas como Luis de Vilches o Manuel García de Santiago y que ira acabada en caoba o barnizado. El artista dejo un detalle entre la hojarasca del canasto como es un martillo donde queda grabado la frase “A ti padre” en honor a su progenitor. Además este paso presenta la singularidad de poseer dos sistemas de bajada de la cruz para salvaguardar obstáculos como los de salida y entrada a los templos, uno en el cual la cruz se sumerge en el cajillo del paso y otro en el cual se tumba hacia atrás.

También podríamos añadir el misterio de la Transverberación de Santa Teresa de Jesús obra del cordobés Francisco Romero Zafra para el convento del Santo Ángel y que procesiona en julio en el cortejo de la Virgen del Carmen de dicha iglesia. Una imagen que recuerda las facciones de su Virgen de la Penas para Úbeda o el busto de la Virgen de los Siete Dolores radicado en la misma iglesia y que en realidad se trata del “barro” o boceto de la dolorosa ubetense que realizara para el Santo Ángel en 2005. El imaginero cordobés también tiene en esta iglesia una imagen de la Beata Isabel de la Trinidad que realizó un año después.

Estos son unos ejemplos que conozco de cómo talleres ajenos al ámbito sevillano también se adentran en una ciudad complicada para los trabajos foráneos y de los que podríamos seguía añadiendo a escultores como García Palomo de Málaga, José Antonio Cabello o Edwin González en Córdoba, el orfebre también cordobés Juan Varela o Díaz Roncero, etc, etc,…. Que podrían realizar las obras para una cofradía sin tener que acudir a la capital Hispalense… sin contar otros muchos artistas no sevillanos que tiene taller en Sevilla como el tallista linarense Felipe Martínez Oliver.