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domingo, 31 de octubre de 2010

CUANDO CAMINAS CAIDO POR LA ANTIGUA ONUBA...


En la cuaresma de 2004 visité con la banda del Rosario de Linares por primera vez la muestra de arte cofrade MUNARCO para dejar nuestros sones en la por entonces prestigiosa exposición. Fue el último año que se realizó en el palacio de congresos y que tras su marcha de aquel recinto comenzaría el declive de la muestra. Aquel año presidia la entrada a los expositores el palio decimonónico de la Carretería y la gran mayoría de las piezas a mostrar pertenecían a la provincia de Huelva.

Aun recuerdo como me sorprendió la magnitud y proporciones del paso del Stmo. Cristo de las Penas en sus Tres caídas de la capital onubense. Por eso esta vez hablare sobre esta hermandad o más bien sobre su paso de misterio.

De verdad que me gusta la Semana Santa de Huelva y no sé por qué no le dedico más entradas por que ciertamente me gusta sus cofradías y la justa medida en la que vive el mundo cofrade onubense.

Últimamente he hablado sobre unos imagineros que trabajaron en el siglo XX que intentaron innovar, crear algo nuevo en este campo que no fuera recrear los antiguos y archicopiados modelos de siglos pasados. Muchos de ellos dejaron su legado prácticamente en su tierra, creando con ello ciertos tipos comunes y diferenciales en su correspondiente zona. A Huelva le tocó gracias a la mano del ayamontino Antonio León Ortega que realizó una proporción bastante significativa de la imaginería procesional de la capital y algunos pueblos de la provincia. Un artista que también se le exigió en muchos casos que se adaptase más a la escuela sevillana que a una propia perspectiva creativa y diferente, aunque el ayamontino consiguió una mezcla curiosa y novedosa. Mucha de su obra seria alterada y remodelada no estando exenta de polémica cuando su mismo hijo alzase la voz y reclamase respeto a la obra de su padre, incluso llegando a reclamar que a uno de sus Cristos –El Descendimiento- no se le colocasen potencias ya que León Ortega la concibió para que no las llevase.

El realizaría en 1945 el Cristo que en realidad no está caído sino más bien semi-flexionado o levantándose del suelo, lo que ocurre que al ser vestido con ricas túnicas bordadas esta característica no se puede diferenciar con claridad.


El misterio escenifica el momento en que en su tercera caída la Santa Mujer Verónica enjuga su rostro, mientras un romano exige al Cirineo que ayude al reo y continúe la tormentosa marcha al calvario. La Verónica es obra igualmente de León Ortega que en un principio era de talla completa y el mismo autor convirtió en una de candelero para ser revestida. Años después José Vázquez realizaría la imagen de Simón Cirineo para quedar concluida la escena con la imagen del romano en 1999 obra de la trianera Lourdes Hernández Peña.

Hermandad popular, de las grandes de la ciudad muy seguida por los ciudadanos al ser un paso que anda con cambios, por una cuadrilla que recibe buena crítica de los expertos. Recuerdo al amigo almeriense (ayamontino de corazón) Agustín García Navarro en una entrada de un blog buenísimo que creó sobre el mundo de abajo Mentideros Cofrades, desactualizado en la actualidad- dejando sus opiniones sobre esta cuadrilla. Decía que además de trabajar bien, buscaba una idiosincrasia propia que no fuera un mera copia del mismo paso que se pasea por Sevilla en la Madrugá Santa, como por ejemplo realizar el “costero a costero” y no caer en pasitos atrás y demás variantes tan populares de la cuadrilla de la calle Pureza.

Todo ello lo hacen soportando sobre su costal unas impresionantes andas, con unas proporciones que en su momento me “asuntaban”. Un paso de los “gordos” , pero de verdad realizado entre 1948 y 1954 por el tallista local José Oliva que en un principio y durante muchas décadas luciera unos faroles hasta que en 1999 se sustituyeran por los actuales candelabros de guardabrisas realizados por el sevillano Julián Sánchez Medina que sin lugar a dudas terminaba y completaba más esta obra. Un paso que aunque bebe del paso sevillano, tiene al igual que otros en la ciudad unas señas de identidad muy personales, pudiéndose encasillar en un estilo puramente onubense de unos artistas que dejaron también sus propias ideas en la Semana Santa de su ciudad.

Estas suntuosa obra del arte cofrade sale el Lunes Santo desde el polvorín, se pasea por la ciudad al compas de la banda de cornetas y tambores del Nazareno perteneciente a la misma corporación del mismo nombre de Huelva, una banda por cierto con muchos matices de la banda de las Tres Caídas de Triana, pero repito sin caer en la mera copia como si hacen otros y con un punto a destacar en su recorrido como es la subida por una pendiente o cuesta que recibe el nombre del misterio a representar por esta hermandad “la cuesta de las Tres Caídas” donde queda a relucir el trabajo y el esfuerzo de la gente de la faja y el costal.









Fotos: midigitalcofrade.blogspot.com/

1 comentario:

  1. A este paso lo llamábamos nosotros "las tres Caídas y media" porque era enorme de hechuras y factura.

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