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jueves, 14 de octubre de 2010

SANTA MARTA... EL MISTERIO QUE PUDO SER.


Este misterio que ven representa el Santo Entierro de Nuestro Señor y pertenece a la Semana Santa de Santander tras ser devuelto a su función para el que fue creado y rescatarlo del Museo Diocesano de Santillana del Mar en 1997 al reorganizarse su cofradía.

Esta obra pertenece a la mano de un artista que se podría encasillar entre los imagineros puros o innovadores del siglo XX o más bien entre aquellos que no siguieron los modelos barrocos para la creación de imaginería religiosa como fueron Benlliure, Juan de Avalos, José Capuz, Coullaut-Valera, Juan Luis Vasallo o Enrique Pérez Comendador, el autor del conjunto escultórico que abre esta entrada para la hermandad del Santo Entierro del Señor y San Fernando Rey.

Fue realizada entre 1948 y 1951 siendo policromada por Magdalena Leroux –la cual siempre uso de modelo para la realización de vírgenes- esposa de este artista nacido en Hervás (Cáceres)-en la cual existe un museo de su obra- en 1900 aunque formado en Sevilla desde los seis años donde fue asimilando el estilo sevillano para adaptarlo a sus raíces castellanas.



Una obra que realizo sin límite económico para la cual viajo hasta oriente para documentarse sobre las costumbres palestinas para su realización usando para ello panes de oro y madera suiza de más de cien años -Dos mil panes de oro de Florencia, colas y bol de París, marfil y carey de Egipto… Otros materiales procedían de Holanda e Italia-.

Se serviría de lo más variopintos personajes para inspirarse en la realización de todas las imágenes destacando la de José de Arimatea la cual es un autorretrato del el mismo.


Un misterio sin lugar a dudas admirable o por lo menos eso comparten los estudiosos especializados en la materia pero ¿el populacho andaluz aceptaría estas imágenes que nos dan más un aire modernista que el exitoso barroco? Más si cabe cuando tuviesen que rezarle porque recordemos que las costumbres andaluzas distan mucho del resto de España.

Eso pensó la junta de la hermandad sevillana de Santa Marta cuando tenía que decidir por aquellos años la realización de su paso de misterio donde se quería representar el Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo.

En un principio la idea estuvo entre Sebastián Santos y Pérez Comendador que con esta obra inspiraría a los dirigentes de entonces a que su misterio fuera de características similares al santanderino pero tal como reconoció el censor de la hermandad en aquel tiempo Antonio Vigil-Escalera, la obra no hubiese encajado en la idiosincrasia sevillana. El boceto de Sebastián Santos se desecharía ante las grandes pretensiones económicas que pedía el de Higuera de la Sierra (Huelva) y finalmente seria el sanroqueño Luis Ortega Bru el que nos regalara el considerado mejor misterio del siglo XX en Sevilla.

Boceto de Sebastián Santos.
Boceto de Ortega Bru.
Precisamente Ortega Bru en su “etapa madrileña” también trabajaría de maneras muy similares a los artistas anteriormente mencionados teniéndose que adaptar en muchos casos a los cánones neo-barrocos sevillanos para la realización de sus imágenes para Sevilla y el resto de Andalucía no siendo pocas las imágenes que tuvo que retocar desde su idea inicial.

Por eso si la hermandad no confiaba en el éxito del estilo de imaginería de Comendador con Ortega Bru -dicen que Bru comentó alguna vez que su arte no era para muñecas bonitas- les ocurriría lo que intentaron evitar con la imagen de la dolorosa la cual el sanroqueño tuvo que reemplazar hasta dos veces para al final ser Sebastián Santos el que realizase la bellísima dolorosa actual, mucho más del gusto sevillano siendo en aquel tiempo el imaginero de dolorosas de moda. La segunda dolorosa de Bru pasaría a ser María Cleofás, imagen que no se contemplaba en el proyecto inicial siendo la imagen que da nombre a la corporación, Santa Marta igualmente una obra de Sebastián Santos.

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