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viernes, 9 de marzo de 2012

ME RESCATÓ EL ALMA...

En un nuevo viernes de cuaresma me detendré nuevamente en la iconografía piadosa del Cautivo. La iconografía que extiende su devoción desde la primigenia y devotísima imagen de Madrid y que promulgaron y extendieron los Trinitarios. Y siendo fieles a esta historia les mostraré la cofradía que le rinde primorosamente culto en la bellísima ciudad renacentista de Baeza. Y su maravilloso casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad tiene mucho que decir para el engrandecimiento y popularidad de su Semana Santa. Una celebración que goza de un esplendor sorpréndete, pero que viene desde hace siglos. Sin dudas el fenómeno cofradiero baezano es digno de estudio, donde una ciudad más pequeña que la capital o Linares tiene más cofradías que las referidas.
Y presume de tener una de las cofradías mas antiguas de España que le rinde culto al divino Cautivo, que en este caso sigue una de sus denominaciones o advocaciones históricas, en referencia al milagroso rescate del Cristo madrileño en África… Ntro. Padre Jesús del Rescate. Una cofradía que conocí en persona hace mas de diez años, en un periodo de tiempo en que la dolorosa de la corporación, la Virgen de la Trinidad –mas afiliación con la Orden no puede tener- fue acompañada por la que en mi pueblo llamamos banda municipal, aunque ya no lo sea y ejerza esta función bajo contrato, es decir la Unión Musical Bailenense, la cual les dejó como legado una partitura en honor al Lucero del Alba, la dolorosa de la mañana del Jueves Santo baezano.



Aun recuerdo cuando juan, clarinete de la banda y marido de mi prima Mª Teresa me trajo un domingo un boletín de esta hermandad y me pude sorprender del cambio que había experimentado la hermandad desde las últimas noticas que tenia sobre ella, que se limitaban a unos coleccionables del diario Jaén e Ideal, de donde provienen algunas fotos de esta entrada. Juan y tiempo después su compañero Agustín Gallardo me siguieron trayendo aquellos primeros boletines llamados “Sentir Cofrade” hasta que un día pise la ciudad en Jueves Santo de la mano de los amigos mencionados y conocer su puesta en escena en la calle, si no me equivoco un nublado Jueves Santo del año 2000. Aun recuerdo aquella mañana, porque tienen la peculiaridad de ser de las pocas procesiones que salen en la mañana de uno de los jueves que relucen mas que el sol, incluso aquel año cambiaban el horario para salir más tarde y dejar las horas de la madrugá que era como tradicionalmente salían. Curiosamente en aquella salida acompañaba al Señor, creo que por primera vez una banda de cornetas y tambores que aun hoy sigue bajando a su cita desde la ciudad de Ávila, la banda del Amarrao de Ávila. Penachos de plumas azules que retrotraían a la banda del Sol – llegaron a la plaza con “Sones de Sol”- marcaron el camino del Divino Cautivo del Rescate y fue ahí donde me surgió la chispa por las cornetas y tambores ya que hasta entonces era un absoluto ciego de las agrupaciones… las vueltas que da la vida. Aquella procesión me embriagó en mis 18 mozos años, al igual que algún año antes la anterior banda que los acompañaba, la Pasión de Linares enamoró a otros paisanos míos, los directores de la actual Agrupación Musical Fusionada de San Juan Evangelista como para hacerles soñar despiertos y ver a su antigua banda de corte antiguo y plano convertida en lo que ha día de hoy es, una autentica agrupación musical heredera de las entrañas de Eritaña… sin duda la “sevillanización” mas patente, respetuosa con el estilo y conseguida de Bailén.





Quedan patentes los recuerdos de aquella jornada, las visitas a diferentes iglesias como paso con la de Santa Cruz, en la que estaban exornado lo pasos de la Vera Cruz. Llegó un hermano y nos dijo a mi hermano y a mi que no podíamos entrar pero las cosas del destino, mi hermano llevaba en la mano un Diario Marca o As, no lo recuerdo bien, la noche anterior Fernando Redondo pasó a la inmortalidad del futbol mundial con un legendario taconazo en el llamado “Teatro de los Sueños”, Old Trafford, el estadio del Mánchester United en una legendaria Champions League que se llevo al bolsillo me querido Real Madrid en aquella temporada. Aquel hermano “crucero” seria de los buenos, madridista como debe ser y le dijo a mi hermano: “me dejas que lo vea” y a renglón seguido nos invitó a pasar y conocer los pasos de esta igualmente legendaria cofradía del génesis de la religiosidad popular en nuestra actual provincia de Jaén.
Así que se me quedó grabado el estilo de la hermandad, ciertamente algo personal que aunque se aleje de mis preferencias si demostraba una seriedad y una buena conjunción de las maneras sevillanas con lo que allí se estila, sobre todo me refiero en la forma de porta los pasos o mas bien tronos, por que son portados por anderos o hombres de trono como dirían en Málaga. Aun así, en ocasiones abrían el compas, no andaban como un paso a costal pero si tenia que acelerar el ritmo abrían el típico paso corto malagueño mientras el sonido en directo de la banda me enamoraba con aquel “Refúgiame” mientras el trono “reviraba” en una “chicotá eterna” en la carrera oficial, entonces a las faldas del magnifico edifico del ayuntamiento local.


Pero aquellos boletines me mostraron un cambio en la hermandad -que luego comprobé en la calle- y sobre todo patente en el paso del Señor, y lo llamo así por que ahora estoy hablando de todo el conjunto. Primeramente en la imagen del Señor del Rescate y para hablar de ella tendré que recodar el estudio reciente que he leído donde lógicamente se tiene que mencionar. “Vida y Obra de Amadeo Ruíz Olmos” es una publicación realizada por Pablo Jesús Lorite Cruz (Historiador y creo que Doctor en Arte) evidentemente dedicada a la figura y obra del autor primitivo de Ntro. Padre Jesús del Rescate de la ciudad de Baeza, el valenciano y cordobés eterno Amadeo Ruíz Olmos. Es un libro que a los apasionados de esta materia le puede servir de gran ayuda e interés, creo que es un gran trabajo y en él se muestran muchísimas facetas curiosas del artista del siglo XX que vio la luz del mundo en Sedaví el 31 de enero de 1913. La Guerra Civil aria que tuviese que trasladarse a Córdoba para asentarse en la ciudad, vivir, hacerse artista y descansar el sueño eterno en el antiguo suelo Andalusí.
Como digo, un gran aporte a la vida del gran retratista, pero con los cinceles que inmortalizaría entre otros a Manolete en su sepultura y lógicamente en su faceta imaginera en la que seria genéricamente reconocido, no así entre otros, en su faceta policromadora donde el autor del libro hace hincapié en defender. Y lo hace porque rara es la imagen que realizó que se repolicromó nuevamente por otros artistas estando el en activo, sobre todo siguiendo “la escuela bajo andaluza” como apunta en el libro, es decir a los cánones neobarrocos, sobre todo sevillanos. Como ejemplo en la misma ciudad el Cristo de la Columna, que repolicromó el sevillano Juan Abascal Fuentes.



Pero con el Cristo que realizó en 1946, protagonista de esta entrada fue más allá la reinterpretación artística que sufrió. Sin duda la imagen que talló en los años cuarenta de la pasada centuria, poco seguía los dictámenes propios de Ruíz Olmos, si no mas bien como ocurrió tras la Guerra Civil, los caminos marcados por las juntas refundadoras de reconstruir los iconos devocionales perdidos, sobre todo a partir de fotografías. Y así obró el imaginero, creando el estereotipo de todos los Cautivos trinitarios, los cuales revestidos a las modas dieciochescas, poco lugar darían al ingenio de los artistas mientras las túnicas de cola, las pelucas y las coronas de espinas en materiales nobles cubrían casi por completo el trabajo imaginero… así y según el libro, poca satisfacción por su trabajo sintió el autor. Y así procesionó varias décadas el Cristo del Rescate de Amadeo Ruíz Olmos hasta que llegó el año 1995. En este año el Señor es trasladado a Sevilla para que se restaure en el taller de Antonio Joaquín (no José, como se le llama en el libro) Dubé de Luque, pero una restauración muy profunda. Y la misma es ampliamente criticada por el autor del libro, lógica por otra parte porque lo que Dubé de Luque hizo fue remodelar por completo la imagen, como para dejarla irreconocible. Me consta que los expertos en arte, una de las premisas que defienden es el respeto a una obra, sea de gran merito o deficiente pero es que y según mi punto de vista, creo que aun no he leído tal defensa y critica, con algunos métodos de expresión que me dejaban perplejo, de la labor de un artista y como no, de una junta de gobierno… a mi me ha parecido que algún sentimiento personal negativo al cambio ha tenido algo que ver.



Porque ya hablando desde mi opinión, esta claro que hay obras de gran calidad y genuinas ya sean de la época que sean, e indudablemente la obra de Ruíz Olmos lo fue, pero también pienso que esta imagen no estaba a la altura artística deseada (aunque otros dirán a la moda deseada), mas si la comparamos con otras imágenes de la misma iconografía que realizo el artista… curioso paralelismo con mi hermandad del Prendimiento. Seguro que antes de que Garduño remodelase al Cristo linarense, antes de que el sevillano aconsejara la intervención pocos serian los que verían “mala” la imagen –añadido al deterioro- que nos legó Jiménez Martos, con la mascarilla –para mí ya no hay duda- de Juan Bautista Palacios. Pero aquella intervención no gozaba de la plasticidad de la que goza hoy el Soberano, con cuerpo nuevo, cabellera de ondulantes y barroquizantes cabellos y ligeros retoques anatómicos en la mascarilla así como otra idea de ajuar, mas próximo a la ideas de la “baja Andalucía” como referiría el libro de Lorite Cruz… ideas que por otra parte han relanzado a la Semana Santa de esta provincia a un lugar que antes nunca había gozado, hoy gracias a Dios en Jaén hay algo mas que el querido Abuelo de Jaén, aunque aun quede mucho por hacer.

Así Dubé de Luque, no se si por consejo del mismo o por indicación de la junta realizó similar labor que Garduño en Linares y que este servidor de ustedes proclamo allá por el mes de junio para una imagen de mi pueblo y por la que muchos se desgarraron las vestiduras. El actual cartelista de la inminente Semana Santa de Sevilla talló un nuevo cuerpo para el Señor, imprimiendo muchas mas plasticidad al movimiento del Divino Reo y con el cuerpo, incluidas nuevas manos y pies, como muestra la fotografía extraída del estudio a Ruíz Olmos en la que vemos que una nueva cabeza con una caballera barroca que eliminaba la dieciochesca peluca (aunque aquí parece que es sobre un modelo previo en terracota). Y según nos muestra la fotografía, vemos que Dubé respeto la mascarilla de Ruíz Olmos (yo no entraré en la valoración de si es la antigua o de nueva creación) que acoplaría al nuevo cuerpo, imprimiéndole eso si ligeros retoques anatómicos y en la barba, y repolicromando la mascarilla y todo el nuevo conjunto. Particularmente a mi, la imagen me sigue recordando en su faz a la primitiva imagen eso si mejorando sus facciones aunque otros verán la alteración de un estilo creado a adrede así. Pero lógicamente la presencia del Cautivo del Rescate es muy diferente, donde incluso cambio el pasaje evangélico, ya que hasta la intervención de Dubé, el Cristo seguía el estereotipo madrileño, es decir la de Cristo Ecce Homo, tras la Flagelación y Coronación de Espinas por la de Cautivo en el abandono de los discípulos tras el Prendimiento y antes de los Azotes –sobre todo por que eliminó de la imagen la corona de espinas-, como podrá catalogarse en Sevilla el Cautivo de Santa Genoveva o el Polígono de San Pablo, pero no así con el de la iglesia de San Ildefonso. La primitiva iconografía evolucionó pero sigue siendo la madre y maestra de los “cautivos”.



En fin, este hecho me convenció de que hay imágenes que no aria faltar cambiar (sin son de escaso merito artístico, por supuesto), simplemente remodelar y a todo ello le agregaron el cambio del anterior trono de orfebrería por uno realizado en Sevilla, de los denominados de bombo y acabado en capas de barniz con candelabros de guardabrisas que les diseñó el que desde entonces se convertirá en el asesor artístico de la hermandad, Antonio Joaquín Dubé de Luque. La talla la llevaron acabo unos entonces desconocidos “Hermanos Caballero” creando un estereotipo de paso sevillano pero portado por varales exteriores… si ese paso fuese a costal… pero aun así llevan un estilo y una idea que a mi me convence para aquellos que se resisten a cambiar al costal. Aquel año también estrenaron la primera fase de un palio, diseñado por Dubé y bordado por el Taller “Bordados Salteras”, siendo uno de los mejores palios de la provincia, sobre todo porque por aquí el recorte sigue imponiéndose. Por cierto otro paralelismo con mi hermandad, es que la dolorosa de la Trinidad es una obra anónima adquirida tras la Guerra Civil en un taller catalán. Dubé igualmente la restauró y la repolicromó llevándose la sorpresa de que la imagen le recordaba al estilo de Antonio Illanes sin que se tenga constancia de un trabajo del umbreteño para la ciudad renacentista. Se baraja la hipótesis de que Illanes la realizara para el taller catalán como modelo para producir copias en serie, en este caso de madera, que también las hacían y acabase en la hermandad de la iglesia de San Andrés, aunque el Señor procesione desde el antiguo Convento de los Descalzos (su primitiva sede), hoy reconvertido en un auditorio y la Virgen los haga desde la envidiable casa hermandad que poseen, debido al tamaño de los pasos y que curiosamente finalizan su anual estación de penitencia en la emblemática Iglesia Catedral de esta ciudad.






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