Buscar este blog

martes, 20 de marzo de 2012

¡A LA OVIEDO COSTALERA! A LA GLORIA....


Alzo la vista y observo la orla enmarcada, que como regalo recibí en Oviedo y tengo que comenzar a contarles la crónica de un fin de semana lleno de pasión… pura pasión. Casi tres días en la ciudad de Oviedo que sin duda quedarán guardados en el corazón, donde viví una satisfactoria experiencia que recordaré cada vez que mire en el cuadro, sobre la pared, a los titulares de la hermandad que representa la medalla que ya cuelga de mi cama, la de los Estudiantes de Oviedo.
Por fin llegaba la fecha señalada desde que mi amigo Alfonso Piñero empezara a principios de diciembre a darme calabazas con el tema. Y es que no era para menos, sobre todo porque nunca antes había atisbado esta experiencia y ni siquiera la había soñado, mucho menos en el otro extremo del país, el cual nunca antes había pisado.
Así que llegó las seis de la mañana del viernes día 16, cuando mi C4 se llenaba con mis padres, mi hermano y su novia y obviamente este servidor para emprender el largo viaje hasta la capital del Principado de Asturias. Un viaje que se me antojaba largo y cansino, lógicamente las ocho horas de carretera las intercambiaría con mi hermano en el volante, pero que sinceramente se pasaron amenas y aun cuando me encontraba en las altas montañas asturianas, me costaba creer que me encontrase en el otro extremo de España. Serán cosas de Él seguro, cuando la tarde anterior me acerqué a Linares al montaje de su besapiés, en el cual me tuve que perder de la fragancia que supone besar sus benditas plantas Soberanas y secarlas con la recia y gloriosa arpillera que lo pasea por las calles de su tierra. Fui a pedirle que me echase un capote, para el viaje, por mi padre ante el largo viaje fuera de su casa y como no, para que por lo menos no hiciese el ridículo antes estos asturianos que me esperaban con los brazos abiertos.
Pasadas las dos de la tarde plantábamos la cruz de guía de toda esta vivencia que comenzaba su caminar entre un entorno nuevo para mi, diferente a todo lo que antes había visto y recibiéndonos tal como suele ser por aquellas tierras, el tempo gris que acechaba a una ciudad que me sorprendió por su presencia, su familiaridad y su historia… y es que mi conocimiento sobre Oviedo se limitaba a su histórico equipo de futbol y poco más. Y allí, en la calle Fruela, a los pies del hotel que seria nuestra casa, denominado tal como la calle donde se encuentra nos esperaba, el prioste y buen amigo Igor Freijo. Tengo que destacar la figura de este gran ovetense, el cual desde el primer momento hasta que nos marchamos ha estado a nuestra disposición en todo momento, incluso antes con los preparativos del pregón y el viaje. Desde estas líneas Igor te agradezco profundamente todas las atenciones prestadas, todos los detalles y muestras de afecto conmigo y con mi familia. Gracias por enseñarnos, todo lo que dio tiempo, de tu ciudad con ese fabuloso casco antiguo coronado por esa que ya es como vuestra “Giralda”… la torre de vuestra bella catedral y las diferentes callejas del entorno que recorrimos. Quizás hayan pocos guías tan buenos como lo fuiste con nosotros, mostrándonos el arte y la cultura de tu tierra la cual nos llenó bien la barriga con vuestras fuertes y sabrosas comidas siempre regadas de la rica sidra de la tierra… aunque me sorprendiera de que la cerveza fuera de la Cruzcampo sevillana.
Y es que Sevilla y Andalucía resuenan con fuerza en vuestra ciudad gracias a vosotros, porque aunque tu y tus hermanos en Cristo no se dieran cuentan, me sorprendía que estuviese hablando el mismo “idioma” en una ciudad tan alejada de las maneras de Andalucía, mas cuando aquí sigue habiendo muchos que están lejos, muy lejos de vosotros y no me refiero precisamente a las distancias geográficas.
Interesantísima visita interior a la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de San Salvador, con maravillosos retablos que pareciesen salir de la escuela barroca andaluza, que me sorprendieron al conocer que fueron realizados por genios –por que en los tiempos antiguos todos o casi todos lo eran- tallitas, imagineros, doradores y pintores de origen asturiano. La visita a la Cámara Santa donde se encuentran guardadas los símbolos ancestrales de la conformación de vuestra tierra y donde guardáis esa reliquia que probablemente tocase el rostro de Nuestro Señor, el “Pañolón de Oviedo”, ese mismo que te dije que antes estuvo en Sevilla y que aquel guía de la catedral nos recitara y confirmara a la velocidad de la luz…
Unas primeras horas de contacto con la ciudad, sin descansar del viaje que nos llevaron a los pies de la Balesquida, la cofradía letífica reconocida en la ciudad como la más antigua de España en activo aunque científicamente e históricamente no esté del todo claro. Seguimos nuestro caminar pasando ante una estatua de la “Regenta” que pareciese recrear la historia del mítico Leopoldo Alas “Clarín”, el ayuntamiento, la iglesia de San Isidoro para llegar a descansar porque por la noche vendría lo “andaluz” en Oviedo…
Y así fue, cuando Igor me acercó hasta el barrio de la Tenderina, donde en su parroquia de San Francisco Javier de la Tenderina se asienta la cofradía o solo parte de ella ya que en la misma solo reciben culto “los Cristos” de la hermandad; el Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestro Padre Jesús de la Sentencia. Tristemente e inexplicablemente, cosas de la burocracia eclesiástica la Reina y Señora de la Esperanza no puede por el momento vivir junto a sus “hijos” en la Tenderina, estando incluso bendecida tiene que recibir por el momento la visita de sus devotos en la casa del bueno de Igor, la cual ha llenado de Esperanza cada rincón de su hogar, donde él mismo la viste, convirtiéndose seguramente en el primer vestidor tal como lo entendemos por aquí abajo, de todo el Principado de Asturias. Por horarios y demás circunstancias no puede visitar a sus “Cristos” en la parroquia pero si me mostró en su casa a la Señora que les ha tallado Tirao Carpio, la cual seguramente les ha hecho mucha falta en estos últimos meses, los cuales han superado seguramente gracias a esta especial y divina inquilina.

Así que pisamos ya bajo la noche ovetense el barrio, algo alejado del centro, de la Tenderina y allí junto a la parroquia un local de un bajo de pisos se erigía como la primera casa hermandad de la ciudad. Y al entrar en ella, pareció que traspasase una puerta astral y que me hizo sentir que me encontraba en casa… bueno esa casa la tengo en el pueblo de al lado. Y digo esto por una “bofetá” de incienso traspaso mis fosas nasales, al fondo un paso y en un televisor el misterio del Cerro del Águila se comía las calles del Martes Santo sevillano… un bar y varios hombres estaban inmersos en esa gloria que supone hacer hermandad. Me tuve que parar a pensar de que estaba en el otro extremo del país y si a mi me sorprendía, como lo sentiría un sevillano autóctono que no conoce para nada a ese tipo de hombres que se llevan su cultura para engrandecer las suyas, como también podría ser mi caso.
Allí pude rencontrarme nuevamente con Iván y Tino y al resto de cofrades de los Estudiantes de Oviedo que estaban echando el rato en confraternización. Y me sorprendí porque esa noche tenían programadas una especie de reunión donde los capataces intentarían incidir en la cuadrilla para la mejora de la técnica y trabajo de estos ilusionados hombres que han llenado de costales la ciudad de la que es patrona Santa Eulalia de Mérida y San Salvador, el cual da nombre a la agrupación musical de la hermandad. Iván se dirigía a sus hombres siendo la voz de su maestro, Antonio Santiago. Visualizaban videos de sus ensayos para detenerse en sus errores y comparándolos con los ensayos de las míticas cuadrillas de Sevilla, una de ellas la de San Gonzalo. Una noche inolvidable entre las risas y el buen ambiente de estos asturianos donde quise dejar mi marca… en un marco de una puerta se encontraba una estampa de su Cristo de la Sentencia (la sede estaba decorada con fotos y carteles, sobre todo de Sevilla) la cual quise acompañar con una del Señor de la Humildad y Misericordia de Bailén y como no, mi Soberano y mi Madre Bendita del Rosario.

Y amaneció el sábado y gran día esencial de mi viaje a Asturias. Siguió nublando con un cielo que comenzó a llorar cuando ya nos encontrábamos en el Aula Magna de la Antigua Universidad de Oviedo. Un edificio histórico lleno de sabor, presidida en su patio central por una estatua de su fundador y en la que destacaba en sus paredes tanto interiores como exteriores las marcas que dejaron los fatídicos combates en el asedio de la ciudad durante la Guerra Civil, unas marcas que sobrecogían, una muestra muy cruda de memoria historia para tener muy presente los errores de la vida.

Obviamente me sentía nervioso mientras en la coqueta aula observaba un recinto que tal como me dijo Iván, iba a ocupar y dirigirme al público desde un lugar donde han hablado figuras como el Rey o el Príncipe de Asturias. Igor como no, ya estaba allí al igual que yo nervioso, o mas que yo y es que se toma muy a pecho su cofradía, porque en verdad si no nos la tomásemos así quizás no llegarían los logros de la vida. Y el recinto se llenó casi al completo, llegaron el grupo de legionarios que los acompañan en sus actos y como no, salidas penitenciales y pude conocer de cerca su bandera bacalá que les bordase mi paisana Antonia López García. Y comenzó el acto mientras me sentía como metido en una burbuja. Se descubrió un azulejo conmemorativo que emocionó a un simpático componente de la banda que conocí la noche anterior. Posteriormente se descubrió la obra pictórica, que por primera vez en la ciudad –por eso os digo que por aquí abajo hay muchos que aun están lejos de vosotros- encarnaba un cartel cofradiero, el de la hermandad claro, realizado por el joven pintor de Ciudad Real David Pérez Peco con el cual pude charlar de cofradías, hablándole de su tierra y sorprendiéndose de que conociera algo de su tierra, sobre todo de su cofradía de la Flagelación, la cual ha ocupado las páginas de esta bitácora del sentimiento.


Y llegó mi turno… la lectura del texto la comencé con mi pierna derecha temblando como si llevara yo solo un barco de los años veinte sobre mi morrillo. Aunque a la segunda hoja ya sentí la tranquilidad y me enmarañé en la lectura y exposición del mismo. Visualizando este video que les muestro, tengo que ser sincero y admitir que corrí sobremanera, sobre todo en el primer tercio del pregón. La idea que les quise proclamar a estos Estudiantes de Oviedo, era la que llevan por bandera en su ciudad… la Semana Santa andaluza como máximo exponente de la grandiosidad de la Semana de Dios y el sentir cofradiero. Eso me transmitieron y quise intentar explicarles dentro de mis limitaciones, lo que verdaderamente pocos puede intentar explicar… la magnificencia antropológica y origen de la Semana Santa en Andalucía, y sobremanera las que parten de la actual idiosincrasia sevillana. Todo ello unido a mi vida y mi relación con ellos para acabar agradeciéndoles e invitándolos a que toquen dentro de dos semanas el cielo con las manos…
Así transcurrió una experiencia única, irrepetible que días después aun sigue despertándome la sonrisa al recordar el gran cariño que me transfirieron estos benditos hombres y benditas mujeres de Oviedo. Me hicieron sentir por momentos importante, con sus muestras de admiración que me hicieron ver que seguramente les había gustado. La madre de Iván, de Alcalá de Guadaíra de nacimiento y ovetense desde niña me daba las gracias entusiasmada por traerle “su Sevilla”, curiosamente por alguien que no lo es pero que esta enganchado a ella como a las mas bendita de las drogas… luego siguieron mas momentos de convivencia con estos cofrades de Oviedo hasta alcanzar la mañana del domingo y volver a cruzarnos España en busca de mi Andalucía que ya espera impaciente florecer de Pasión…




Por ultimo querría darle las gracias a toda la hermandad, a Igor y su familia –gracias por esos buenísimos paraguas-. Al alcalde de Oviedo que me regaló un ejemplar de la Regenta. Al webmaster del Blog Oviedo de Pasión el cual se comportó conmigo igualmente de cariñoso que todos sus paisanos y al que agradezco que grabase el pregón aunque por motivos técnicos de ultima hora no pudiese grabarlo integro y como no, por el material grafico aportado, el cual espero en próximas entradas completar ya que fueron muchísimas las fotografías que se realizaron. Y para finalizar quisiera acordarme de Dª Maria Ángeles López Martínez, delegada de la A.V.T en Asturias, es decir la Asociación de Victimas del Terrorismo, la cual pertenece a la hermandad y la cual no dudo en comunicarme y expresarme que la había emocionado profundamente con mis humildes palabras. Fue para mi un honor que tuviese la deferencia de imponerme la insignia de la asociación a la cual representa y lleva defendiendo toda su vida, tal como la que le robaron hace años a su marido esos “Barrabás” del siglo XXI, como los llamase en su día, en su genial pregón, Carlos Herrera. Por eso, al igual que al resto de asistentes al pregón la invité a sumergirse en la gloria que ya está a la vuelta de la esquina y por esta razón, le dedico este I Pregón del Costalero de la Ciudad de Oviedo a todas las victimas de la sin razón del terrorismo en España y en la humanidad. Costaleros de Oviedo, costaleros del mundo volemos esta Semana Santa por todos ellos…

2 comentarios:

  1. Y ciertamente "el cielo de Oviedo lloró..." pero de emoción al escuchar tus acertadas palabras, porque como tú mismo lo defines "...la pluma de este humilde pregonero..." esa pluma, amigo, la llevas en el corazón en todo lo haces y escribes. Enhorabuena de nuevo pero ya sabes que para mi gusto faltó un apoteósico final de tres palabras repetidas con sorna...
    ¡A la Gloria Lendi, a la Gloria!

    ResponderEliminar