LA COCHERA SAGRADA...

La cuaresma se consume y las vísperas se palpan con el alma… apenas una semana para el domingo mas esperado para los capillitas y dos para el cristianismo mundial… los ensayos de costaleros llegan a su ocaso y las mudás a la casa de Dios se multiplican aunque en muchos lugares Él y María ya reinan sobre sus retablos andantes de gloria…

Y esta noche toca la mía, tras perderme el último ensayo y besapiés costalero del Soberano, nuevamente esta noche nos acomodaremos bajo la verdadera galera del Prendimiento y nuestros hermanos del palio en las bodegas maestras de Linares. Esta noche sus galeones de gloria se levantarán del largo letargo de un año para pisar nuevamente la ciudad y buscar la casa del doctor de la iglesia, San Agustín. Allí el Soberano y su Madre Bendita del Rosario nos esperan para ascender a su otro altar de gloria, la que si Ellos quieren nos darán el Jueves Santo, si los pronósticos que ya no están poniendo de mala leche no se cumple…

Así que en este día de mudá les dejo con una nueva fotografía de la historia de la hermandad y sobre todo de la historia de un sueño. Perdonen la calidad pero es que es una fotografía pequeñita escaneada de un libro. En la misma nos muestra un pasado glorioso, humilde pero lleno de vivencias. Años ochenta sin duda, los pasos ricos en proporciones pero en sus humildes génesis. La Señora sobre su catedral, sin ningún tipo de bordado pero con la planta poderosa de su palio y Él… sobre el pesebre de madera basta que comenzaba a tallarle Guzmán Bejarano. Ya había dejado atrás el pasito de los años cuarenta, con aquellos candelabros de orfebrería plana o los prestados de la Divina Enfermera sevillana. El sueño de aquellos locos jóvenes de los ochenta seguía su curso, como hoy día sigue o debe de seguir vivo, porque aun estamos construyendo aquel sueño.

Las dimensiones crecían, se gestaba el primer misterio de trazas sevillanas para Linares y provincia que unos soñadores casi niños tenían en mente, los cuales hoy hombres se preguntan si hoy día hubiesen sido capaces de proyectar tal barco para su Soberano. Al crecer aquellos pasos, primero el de la Señora, después el del Soberano la pequeña puerta de la entonces sede canónica, la iglesia de San José se quedaba muy escueta para la salida de ambos y para no renunciar a las proporciones adecuadas se tuvo que buscar “otra” capilla… y la misma fue aquella mítica casa de hermandad, en aquella cochera de la calle republica Argentina donde sus no sagrados muros vieron cumplirse los primeros sueños de aquellos jóvenes y que tiempo después marcarían el estereotipo cofradiero de la ciudad. Y en la misma se nos muestran los pasos en la fotografía, preparados para su salida del Jueves Santo donde cuentan tenían que realizar una durísima salida de rodillas, recorriendo varios metros. Otros tiempos, que hoy tildaríamos de locos ante el conocimiento conseguido con los años, pero es que aquella época todo esto produjo un fenómeno de entusiasmo que hasta las barbaridades no dolían… o si… porque quizás muchos de aquellos jóvenes aun podrían estar paseando a sus titulares… pero ese fue el momento y las circunstancias que les toco vivir.

A finales de aquella revolucionaria década se consiguió el ansiado traslado a una sede canónica que además les permitiese poder salir de la misma como fue nuestra actual casa, la iglesia de San Agustín, aunque la altura siga siendo un problema para la salida. Se construyó su capilla y desde entonces se ha creado un enlace inalterable al ver la parroquia desde la lejanía de la calle Julio Burell y acordarte que ahí viven el Soberano y el Rosario. Hoy aquella cochera pasa inadvertida para los mas jóvenes, los mas veteranos la observaran con nostalgia cuando la cofradía pasa cerquita de su umbral, quien se lo iba a decir a muchos de que ahí comenzó la época mas esplendorosa de la Semana Santa de Linares, por ello, para orgullo de sus hermanos y ojalá que algún día para toda la Linares cofradiera se sienta con orgullo esa rotulación de la calle republica Argentina como “Hermanos Costaleros”…