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domingo, 13 de mayo de 2012

SÁBADO SANTO... VIVIR EL LUTO COMO EN LA GLORIA. (I)

La decepción que me llevé el Viernes Santo hizo que despertara la ilusión y la valentía de volver a revivir un Sábado Santo en la otra ciudad eterna… Sevilla. Tan solo he vivido un Sábado Santo, el más grande de Andalucía y seguramente de España. Y algunos cambios significativos desde entonces se han materializado en la jornada del luto. Una jornada que nos aria vivir la enigmática estampa del riguroso duelo y tristeza como en la misma gloria. El día que como entoda esta santa semana se despertó por Jaén encapotado de nubes, no podía ser otra vez más… Hacia que nuevamente te pensaras el viaje que hoy ya seria de ida y vuelta. Los pronósticos meteorológicos tampoco daban la tranquilidad, pero ese día parece que Dios nos llamó para una nueva jornada antológica. Cierto, porque aunque cuando íbamos por Écija el cielo seguía igual, la radio comunicaba que no habría riesgo alguno en esta jornada procesional en Sevilla –en Jaén, según nuestra diócesis no es apto…-, he incluso anunciaban que la primera ya estaba en la calle, porque si, el Sábado Santo ya tiene a su hermandad del extrarradio, la que se adelantó al astro rey en el día, el cual oculto por la nubes tuvo que declinar la rodilla ante ese otro Sol que sale en Sevilla desde hace tres Semana Santas en el medio día del antaño Sábado de Gloria – que en realidad así lo viviríamos-, la Señora refulgentemente revestida de sol, en esa pequeña galaxia llamada “Plantinar”.

Así que Cris y este servidor de Dios y de ustedes se presentaban una jornada más para intentar redondear esta nuevamente aciaga Semana Santa de 2012. Nuestra ultima comida de la semana en Alfonso XII para emprender una nueva visión que no viví en mi primer y ultimo Sábado Santo. Aquel día lo abría la Piedad de los Servitas y ahora lo hace la hermandad del Sol, esa sufridora hermandad que naciese como una especie de cruz de mayo en la Sevilla de la II Republica, cuando ninguna hermandad se atrevía a luchar contra la sociedad de entonces y unos niños se impusieron como la “otra valiente” sacando una cofradía, como casi juego de niños por las calles del centro histórico de Sevilla. Justamente en la casa de al lado he dormido yo más de una noche, en esa perdida calle Pajaritos que vio nacer un sueño que se materializa cada Sábado Santo después de muchos sufrimientos, demasiados... Y buscamos la Puerta del Arenal para contemplar esta singular y polemizada hermandad, aunque lo hicimos algo tarde como para encontrarnos en plena calle Castelar al paso de palio de Nuestra Señora del Sol. He aquí donde quizá se concentra la mayoría de las polémicas.







Hermandad de bandas propias, la de cornetas legendaria en el estilo, la de música con menos renombre entonaba "Quinta Angustia" de José Font Marimón para marcar el compás del palio de madera y pinturas, para reducir su definición. Hermandad construida con un corte fúnebre para encajar en la jornada más desahogada y donde se suele respetar el carácter serio de la liturgia del día. Hermandad de barrio alejado que lógicamente va siempre ganando metros, quizás hace que este tipo de marchas no se saboreen más mientras los separados nazarenos de altísimos capirotes de ruan verde escoltaban al sin duda único paso de palio de Sevilla. Ciertamente llamaba poderosamente el conjunto, la sacra conversación, la ráfaga y la conjunción donde reina más la madera que la orfebrería, materia indisoluble hoy en día en los pasos de palio. A Cris verdaderamente no le convenció lo que vio, si yo dijera que me maravilló también les mentiría. Hay por ahí diseños que nos indican que a ese paso le queda mucho por hacer, abra que esperar porque sin duda terminado debe de dar otra visión, aunque en los últimos tiempos se vislumbra más y más modificaciones, eso si, las pinturas para un provisional vale, pero donde se ponga un bordado… sin duda creo que la hermandad del Sol se puede erigir como el máximo exponente donde se pueden mirar tantas y tantas hermandades de fuera que quieren seguir los postulados hispalenses y a la vez tiene que afrontar la difícil tarea de no caer en la mera copia… no siempre se consigue, pero quizás Sevilla con esta hermandad se da cuenta lo que cuesta hacer las cosas con pocos hermanos y pocos bolsillos generosos. Pero si duda a mi este paso de palio no me dejó indiferente, ganas tengo ya de poder ver la hermandad dentro de 10 o 20 años y si estas palabras no estaban mal encaminadas...



Poca gente la seguía, seria la hora para marcharnos apresurados a buscar la primera parte de la cofradía, la que por fin le dio sentido a la música de unos músicos que llevan décadas mostrando el Sol a Sevilla pero sin poder rezarle a su Cristo. Y ese Cristo es muy especial, un “resucitado” lo llaman los menos doctos en pasos alegóricos. Sin duda que la imagen es el Señor, el nacido en un establo de Belén, pero he aquí que se hace materia la historia de un profeta, como titularía una marcha de Presentación de Dos Hermanas. La profecía que anunciaba que Dios se haría carne, en concreto un varón y sufriría la mayor de las torturas y vejaciones para llevarlo a la muerte en la cruz. Esto nos anuncia este extraño “resucitado”, impresión que despierta al ver a un Cristo vivo, con todos los signos de su martirio mostrándonos el artilugio de su suplicio, su trono donde reina, mostrándonos la crudeza de su misión que siendo rey asumió con resignación para pisar la calavera de Adán, la primera de la historia y empaparla con su sangre para así conseguir la reconciliación con su Padre Eterno, con el primero de los pecadores y así con toda su descendencia, que en su Divina Misericordia caminaba como Varón de Dolores por la plaza Nueva y la calle Tetuán, ganando metros, en su recortadito paso de reminiscencias decimonónicas para hacer más “mustia” si cabe a esta hermandad de barrio con nazarenos de cola. Tenia ya ganas de verlo en persona y no me decepcionó y eso que no soy muy enamorado de la obra de Bonilla Cornejo, imagen grande y portentosa que quizás espera esa ampliación del canasto que igualmente anuncio en su día la corporación, pero seguramente la construcción en tiempo record de la capilla desde donde se le “exigió” salir aparcará quizá todas estas mejoras de momento, más con los tiempos que corren. Aunque aun así no descansan en adecentar sus pasos, como por ejemplo la inclusión de dos ángeles en los castados del canasto y esos faroles conjugando con los candelabros arbóreos al estilo del paso del Cachorro. Siguió su caminar abierto y rápido para que nosotros nos encaminásemos a un rincón lleno de sabor cofradiero de la ciudad donde haría las veces de mini carrera oficial. La confluencia de Laraña con Orfila seria nuestro destino para contemplar el discurrir de dos hermandades que caminan casi seguidas, los Servitas y la Trinidad.











Llegamos un poco antes de que ni siquiera se viera la cruz de guía de la corporación de San Marcos bajo las “setas” de la Encarnación, pero esto hizo que estuviésemos en primera fila, lo que supuso que nuestras narices se dieran de bruces antes los suntuosos pasos que estaban por llegar. Y como el día es el del luto por antonomasia con permiso del Viernes Santo, la para mi preciosa hermandad de los Servitas comenzó a pasar ante nuestros ojos con sus nazarenos negros y un nutrido grupo de sabia nueva, de niños monaguillos. Pero cuando llegó ante mi el primero de los pasos me di cuenta que se me había olvidado la gran impresión que me dio este paso en aquel primer Sábado Santo de 2009. Proporción justa y medida, un barco aunque no lo parece el que pasea, a la voz de la familia Villanueva al completo al sublime conjunto de la Piedad donde el Cristo de la Providencia es abrazado por la Virgen de los Dolores. José Montes de Oca en estado puro, que me gusta el inconfundible estilo de este imaginero sevillano del XVIII, del que pronto hablaré nuevamente en su versión gloriosa. Un paso peculiar sin duda, ideado como casi todo en la cofradía por Dubé de Luque, donde nos asombraba la maravilla de su talla salida del maestro Bejarano del que sin duda apuntaría que es una de sus obras más relevantes y quizás menos destacadas. Y arriba se recrea un paso muy peculiar, una de las diferencias de una de las Piedades de Sevilla a comparación por ejemplo de la que vimos el Miércoles Santo. Sin duda yo este paso lo definiría como un altar de cultos andante o un besamanos andante cuando se omite el típico monte del calvario y se realza la realeza de los personajes divinos sobre una peana de plata, algo que se acrecentó con el estreno del tapiz que visto desde arriba retrotrae a una alfombra en los montajes de cultos y ya para de contar con el estreno de la peana donde descansa la cruz del martirio, de la cual pende un magnifico sudario bordado en hilos de seda. Tambor destemplado llenaba la calle de luto y sobriedad mientras la banda de música del Águila de Alcalá de Guadaira interpretaba la marcha “Amor y Amargura”, en esta también singular particularidad, la de llevar banda de música tras un paso que debe de interpretarse como de Cristo, como vimos el miércoles por el Baratillo. Una particularidad más que asentada que en su día también levantó ampollas entre el pueblo cofradiero, que se podría extrapolar a la hermandad que le precede en carrera oficial, el Sol la cual vislumbrábamos en la lejanía entrando en Campana al son de la marcha “El Cáliz”.














Aquí ya se cumplía los pronósticos, por fin relucía un sol resplandeciente sobre Sevilla que hacia que aguantásemos con gusto el calor. Y llegó el paso palio de la hermandad con los ecos si no recuerdo mal de “Virgen del Valle”, por la Señora que vive en la calle. En este caso es un conjunto de palio de cajón más común, aunque la mezcla de bordado y liso de la bambalinas exteriores le da su sello inconfundible ante el magnifico conjunto recientemente concluido con el manto que nos maravillaba a pocos centímetros de él. Se perdió por la calle Orfila bajo los sublimes ecos del maestro Gámez Laserna y su inmortal “Sevilla Cofradiera”, el primero que se dio cuenta que eso de “cofrade” no tendría sentido lingüístico.





Y la jornada del luto se comenzó a reconvertir cuando nazarenos de cruz trinitaria nos invitaban a un trocito de gloria, la que traía la hermandad de la Trinidad. Me dice el amigo Agustín López Marjalizo, costalero del calvario de las Cinco Llagas, que en la hermandad aun se guarda el viejo espíritu que la caracterizó en épocas pasadas cuando la misma era una cofradía de Jueves Santo, jornada ya de por si respetada por las formas de los días grandes y tristes de la Pasión pero donde aun se puede seguir manteniendo ciertas “licencias”. Una hermandad casi de barrio que la completan tres pasos, pero que tres pasos… el primero es muy especial, las alegorías se hacen presente en este día, rescatando del olvido la Semana Santa antigua donde proliferaban. Un barco dorado atravesaba la calle Laraña al compás, por fin, de las Cigarreras, ya podríamos escuchar bien a la banda del barrio de los Remedios. Y sobre ese barco, por cierto aun si finalizar – como los respiraderos y algunas cartelas- llegaba un paso que no todos saben identificar. Tras nuestra había un grupo de personas visitantes en la ciudad, que por el habla nos hacia mirar para el norte. Entre ellos explicaban el significado del conjunto escultórico, al parecer por la mañana habían estado en la basílica de María Auxiliadora y se lo habían explicado. Y les contaron que Sevilla pudo un día materializar el “decretazo político” más importante de la historia; que Dios se aria hombre para la Redención de la humanidad. Y como nadie sabe darle una lógica a nuestras mentes sobre que es el misterio de la Trinidad, Sevilla nos la explica de la mejor manera y humana de entenderla. Tres imágenes, como tres reyes en el cielo. En una Dios Hijo nos retrotrae al Cristo de este paso, sentado como Cristo Rey portando como cetro la Cruz de su Redención, al lado el que seria el Padre Eterno, simbolizado como en toda la historia del arte como un hombre de apariencia muy mayor, de cabellos y amplias barbas plateadas en el que se dibujan los grafismos del eterno Juan de Mesa. El primero tres potencias sobre su cabeza y el segundo el triangulo, el ojo que todo lo ve… tres personas en una y una paloma en medio del tridente divino nos simboliza de aquello que no se puede ver, lo que Dios nos simbolizó con una paloma, el Espíritu Santo. Llega el barcazo con aires trianeros, poco entendidos por muchos en esta jornada, las Cigarreras entonan sus clásicos, “Y tu Estrella” y “Maestro”, las Cigarreras con chispa como dirían muchos capillitas que rozan los cuarenta. La hojarasca del paso nos inundaba dibujando a las imágenes entre los recovecos diseñados una vez más por Dubé de Luque, donde una mujer con los ojos vendados nos invita a la fe, a la fe ciega, la que desprenden las cofradías...

CONTINUARÁ…

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