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martes, 15 de julio de 2014

EL NUEVO COMPÁS DE LA "GIOCONDA" DE JAÉN...

Como ya sabrán, tristemente el Lunes Santo apenas tuve tiempo y el que tuve luego me pasó factura por no aprovecharlo para descanso, para poder echar una jornada cofradiera más placentera donde el destino me llevase. Decidí irme donde más lejos estaban mis opciones porque la apuesta cofradiera de la hermandad de la Amargura era la que me colmaba mis expectativas, creo que cada cual va a donde le gusta y por las razones que vea convenientes. Si hubiese surgido lo programado, pues seguramente habría estado entre las dos hermandades de Jaén, y luego Linares e incluso la procesión de mi pueblo. Así lo hice en el Lunes Santo de 2008, desde 2009 hasta el pasado año he estado en el Lunes Santo sevillano. Por ello, por mi crónica, un lector de esta casa, un capillita hermano y devoto de la hermandad de los Estudiantes de Jaén me transmitía en privado sus ganas de que no hubiese podido conocer a su hermandad, porque conociendo mis impresiones sabría que hubiese disfrutado aunque como he dicho ya la vi en la calle en 2008. Aquella experiencia más la sapiencia que voy adquiriendo en la distancia, a través de videos y demás, sobre todo por internet, fue clave para que en mi corto espacio cofradiero del Lunes solo apostase por la salida de hermandad de Pasión y Amargura del barrio del Salvador jaenero en lugar de la corporación de la iglesia de la Merced, aunque la misma tenga muchos ingredientes dignos de paladear en la tarde noche del lunes sagrado.
Una hermandad que procesiona sobre un paso de caoba a su impresionante titular crucificado, supongo que muy inspirado en el paso del Calvario de Sevilla procesiona a una joya del arte jiennense, el Cristo de la Misericordias, una obra que algunos han catalogado al quehacer de Bautista Vázquez “el viejo” en Sevilla y otros, creo con más sentido común a los imagineros residentes en aquellos periodos irrepetibles en Jaén. Pero en esta ocasión me voy a detener en su paso de palio, el cual gracias a este visitante por mostrarme videos e incentivarme a verlos de este pasado Lunes Santo ha hecho cambiar por completo la impresión que me llevé de ellos en aquel Lunes Santo de 2008. Bajo un palio de cajón procesiona Ntra. Sra. de las Lágrimas, la que acertadamente el poeta llamó la “Gioconda de Jaén”, porque ciertamente transmite su impronta esa sensación romántica de los versos y la prosa, por los grafismos inconfundibles de su autor, el bursabolitano Juan Martínez Cerrillo. Imagen que nació (1938) al igual que el crucificado (anónimo XVI) anterior a la fundación de la hermandad estudiantil (1946), y eso es motivado a que Ella también fue una de las imágenes integrantes en el ramillete que creó Cerrillo para engrandecer la Semana Santa de posguerra en Córdoba. Ella nació como Mayor Dolor, para ser la Madre del Nazareno del Calvario allá por San Lorenzo, pero al final acabó siendo la Dulce Señora que derramaría sus lágrimas mientras tunos universitarios le cantasen canciones de amor.


Y es que se crea una hermandad, podría decirse que sin modelo, pero en cierto modo se ampara en el modelo que de aquí y de allá, que de esta ocurrencia o de aquella se conforma en el Jaén de la dictadura y la posterior democracia hasta llegar al boom cofradiero de los ochenta, que se comienza a impregnar de Sevilla, hasta llegar a estos últimos años, donde la vorágine de la sevillanas maneras está implantándose a pasos de gigante en las cofradías de la capital del Santo Reino, para mí a Dios gracias. Yo pienso que la Amargura fue la que terminó por abrir esa puerta hacia el perfeccionismo sevillano, nada de mezclar las herencias del pasado con lo nuevo que de allí se quería coger… eso se tradujo en la estética detenida del arte y la estética en movimiento del arte efímero.
Cómo no voy a conocer a la Lágrimas, cuando el Diario Jaén me la mostraba en este video hace veinte años, si aún recuerdo a los bordadores Javier García y Juan Carlos Colmenero hablando en la ermita del Santo Cristo de Bailén de sus primeros trabajos para la hermandad de los Estudiantes de la capital. Una bambalina de cajón, entre el oro y la plata cubría gracias a sus manos la dolorosa de la merced, la cual también se impregnaba de toda la estética sevillana, como en su forma de vestir, en el formato de colocar la cera, la flor, incluso los respiraderos tienen mucho en común, al ser bordados, con la bambalina que un año después realizaron para la Virgen de los Siete Cuchillos en Bailén. Una estética que se fue completando con los años, mientras la “estética en movimiento” seguía los patrones que seguramente implantó décadas antes la manera de andar del nazareno jaenero, el Abuelo… sobre dos hombros, modelo jiennense o granadino, nadie se pone de acuerdo en donde surgió este tipo de carga que aun hoy muchos piensan que sobre los hombros el peso es menos dañino que sobre la cerviz. Un estilo que evolucionó en este paso como en otros muchos en Jaén, al paso corto como dicen allí, que en realidad era una imitación del “sobre los pies” sevillano que no me extrañaría se adoptase a través de una pantalla de televisión, hasta como dije, quizás no llegó hasta que por el Salvador no se mostrarse a los jaeneros como era en verdad este andar, aunque les costara horrores vencer los vicios de tantas décadas andando como se piensa en Jaén, cada vez menos, es su estilo propio. Aún recuerdo aquel Lunes Santo el compás del palio, en el Señor se dominaba más o más bien que es menos “chivato”, es decir un palio da más el “cante” de los movimientos  de abajo, los cuelas hundían demasiado los kilos en los costeros, que hacia parecer que el paso iba como una barca balanceándose por las calles, además con la estética más seria del crucificado, el cual iba y va con cornetas y tambores, después de comprender sus hermanos que las agrupaciones no encajaban con la seriedad que buscaban, la cual llegó hasta plantearse en salir el Cristo en silencio con la llegada del nuevo paso, es decir sigo sin descartar que el Calvario de Sevilla fuese el modelo. Pero las herencias de idiosincrasia de los años, hicieron que aquello se tomase por algo muy contundente y se quedó en cornetas y tambores. Tras Él venia un palio de cajón, con marchas alegres, como la que le dedico Abel Moreno con una de sus conocidas denominaciones “La Virgen de los Clavitos”- por portar los tres clavos de la cruz en una de sus manos-, con esa estética que como ya dije hace unos días ha sido lo más aplastante en asentarse en este costero de Andalucía en detrimento de las hermandades rancias de sevillanas maneras, le pese a quien le pese el más contundente modelo a seguir.


En cierto modo, ante mí se dibujaba un estilo respetable, no todo el mundo puede pensar como yo, con cosas buenas y otras mejorables… y una de esas, en el paso de palio según mi criterio ha llagado con una presencia embriagadora y demoledora. Le di las gracias a este visitante y devoto de la Virgen por recodarme que la “Virgen de los clavitos”, la “Gioconda” a la que le cantan canciones de amor una tuna universitaria que peina ya muchas canas, saldría a costal y además con el asesoramiento de un capataz que para muchos será desconocido, pero para mí no, porque en cuento veo un paso que anda como la gloria enseguida busco el encargado de su martillo. El palio de la Consolación de la Sed de Sevilla, es uno de esos palios que andan con una finura digna de seguirla todo el Miércoles Santo con un babero puesto. Su capataz, Ricardo Almansa, no discípulo (creo), pero si ha salido debajo de las trabajaderas de la filosofía Santiago. Él fue quien viajó hasta Jaén y enseñó a la vieja cuadrilla de dos hombros a lo que es el costal y todo su inmenso y diferente mundo, sus por qué y sus beneficios.


Desde la distancia no podría saber hasta donde pudo llegar sus consejos, pudieron valer mucho o venir y pasar sin pena ni gloria, solo quedaba ver el paso andar y evaluar… La lluvia el pasado año se cargó el estreno del costal en la plaza de la Merced, pero este año la Virgen de las Lágrimas salió a Jaén al son que solo da la trabajadera soportada con la arpillera, y no solo eso, cuando a veces ni yo mismo creo en los milagros, la Virgen de la Lágrimas me mostró por videos, que el Lunes Santo me perdí otra gran cuadrilla y otro estilo para abrirse al éxtasis de los sentidos y de la gracia de la Semana Santa según la siento y la amo. Porque han conseguido cambiar el estilo, algo que comienza a ser difícil tarea nada más que con lo más importante, los que tienen que llevarla, pero se consiguió, de portadores a COSTALEROS, en mayúscula aunque digan los de la DRAE que eso engloba a todos los que portan pasos, y luego los cofrades y pueblo que puede echar muy en falta el estilo que muchos verían genial y que a mí por la estética del paso y en sí de la hermandad no me terminaba de convencer… otro paso a completar es hacer entender que un palio mustio no le caben canticos de tuna a la salida, supongo que eso será tarea más complicada o no…
Porque las Lágrimas se hizo rancia y mustia, similarmente a lo que viví al día siguiente en Granada con la Virgen de los Reyes. Esencia “servita” diría yo, como dije en Granada marcó la percusión de la Virgen de los Estudiantes de Jaén, que anduvo con el tambor destemplado, una opción que prefiero antes que el único son de una caja para los palios serios. Y eso evidentemente trajo la conformación de un repertorio clásico, solemne y fúnebre a lo que habría que añadir además de las dotes adquiridas en el mundo de abajo, la colocación del palio para que perdiera ese desmesurado movimiento de antaño y ahora pareciese eso que en el bajo Jaén le decía a Mondéjar, que “pareciese un coche”, como podrán ver en los videos donde su bambalina se movió con una elegancia sublime, con el movimiento justo, lamiendo los varales, casi como símbolo del dolor de María. Incluso el dibujo escogido para el interior de techo y bambalinas terminaron por definir contundentemente el estilo romántico del palio de las Lágrimas, aunque no me convenza esa escueta cornisa de orfebrería que corona el palio. Los respiraderos también he observado que han sufrido una remodelación a los que se crearon a principios de los noventa en el pasado siglo. Marchas como “Reina de San Román”, “cristo del Desamparo y Abandono”, “Santo Traslado”, “Macarena” de Cebrián, “quinta Angustia”, “Virgen del Valle”, “Jesús de las Penas”, “La Madrugá”, etc… como pueden verse en los videos que hay colgados en youtube, donde seguramente tuvo que hacer las delicias por el viejo Jaén por donde prácticamente procesiona, como esa chicotá con “Margot” ante la catedral en busca de la calle Campanas o ese compás abierto, que ha hecho que la hermandad este menos horas en la calle y le dé más sentido a su recorrido y al sentido de una cofradía seria, con la genial “Valle de Sevilla”. Especialmente me tocó la fibra el momento en el interior de la Merced tras las recogía, tras una más levantá fuerte y con categoría, como en toda la tarde, la banda de música comienza a interpretar una versión del “Ave María” de Caccini, incluso con voces vocales que estremece los repelucos al verla caminar tan solemnemente con tal inmortal música, quizás solo les faltó haber pagado el templo y que la luz de los nazarenos y la candelería hubiese llevado al éxtasis de los sentidos…




Como ven, para los capillitas, siempre hay algo más, que va más allá de la simple devoción, esa búsqueda de los factores mundanos y folclóricos que hacen de nuestra semana grande una “fiesta” para los sentidos. Fui a Jaén sin demasiado entusiasmo por verla y todos estos gratificantes cambios han hecho que ahora me arrepienta por perderme una jornada donde además de acompañar a la hermandad que le encaja más aquello de la “festividad” de los barrios, me hubiese también apostado como pasó en Granada a los faldones de la Virgen de las Lágrimas, que curiosamente ha acabado con la misma esencia con la que en Córdoba ocupó su lugar…
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