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martes, 9 de septiembre de 2014

EXTREMADURA DEVUELVE LA GLORIA EN SEVILLA

El tiempo de glorias volvió a florecer en Sevilla tras el tiempo estival o más bien tras el bajón que se paga en agosto donde la única procesión letífica la protagoniza su excelsa patrona. Cada 8 de septiembre, festividad de la natividad de la más pura y limpia de las nacidas, caiga como caiga y como forma más asidua, el laberinto de calles del Arenal o la zona de Molviedro vuelve a inundarse con el olor del incienso y la cera y el sabor de una banda de música. “Guadalupe” de Pantión sonaba en el barrio en la noche de ayer, a las puertas donde una dolorosa romántica mira al cielo desconsolada desde uno de los mejores azulejos cofradieros de la ciudad… San Buenaventura para recibir a una de las Guadalupes que viven en Sevilla. La marcha dedicada a la más sevillana, la dolorosa de la hermandad de la Aguas se alzaba para recibir a su hermana en advocación y que junto a la tercera viene a proclamar la sevillania con la que algunas hermandades filiales o reflejos de otras de fuera existen en Sevilla. Una es la de Úbeda aunque aún no ha conseguido o se ha planteado salir en procesión gloriosa anualmente y la otra, evidente si, viene a llenar a Sevilla del espíritu devocional más sensible de los extremeños.
La hermandad fundada en 1959 viene a ser el reflejo de lo más común en estas fundaciones… oriundos de Extremadura la fundan para tener cerca en Sevilla su más profundas raíces. Un gran imaginero, poco valorado sin duda porque no dejó su arte plasmado en una imagen pasionista de la Semana Santa por excelencia, Juan Abascal Fuentes realizó – en madera de encina, árbol emblema de Extremadura- la semi copia de la Virgen morena extremeña, la cual procesionó en el día de ayer completamente restaurada por el restaurador del momento sin duda, el sevillano Pedro Manzano. Y digo semi copia porque tenemos un nuevo ejemplo de trabajos que aunque parecen fieles a estilos remotos, en este caso románico, siempre llevan ese pellizco del arte de la línea temporal en que fue realizada, la esencia “neo” del siglo XX. Por ejemplo, la policromó con una policromía muy tostada, morena como diría los románticos capillitas por seguir la pátina del tiempo que atesoraba el icono primigenio de Guadalupe aunque revestidas por prendas nobles como ocurre con la gran mayoría de estos iconos marianos.
Icono Original.

La imagen sevillana tras su restauración.




Sevilla

Extremadura

Y como está en Sevilla, aunque los que hablan de ella en los estudios cofradieros digan que son hermandades muy sencillas, no sé cómo lo haces Sevilla, pero impregnas de tu magnificencia todo lo que huela a cofradía. Extremadura pero a los modos sevillanos, es decir, su paso se pasea portado por el estilo, no impuesto, sino el que nadie discute, porque es el que todo aman… los costaleros, a las órdenes de José Manuel Rechi García. Sobre un coqueto paso, tallado y dorado, con candelabros de guardabrisas, salido de los talleres del gran Bejarano, los extremeños en Sevilla y los que no pueden contemplar como su devoción más universal se mueve al compás de la gracia, con marchas cofradieras, llenando estos rincones embrujadores en la noche de septiembre, incluso estacionando a la capilla del Despojado en Molviedro, volviendo, siempre volviendo a levantar los repelucos de esta gloria, que parece una segunda Semana Santa, que nos hace sobrellevar y también disfrutar de la otra vertiente de la religiosidad popular, aunque sea la gran semana la que disloca a los cofrades y capillitas, allá por San Buenaventura, su compañera, la Soledad es para ellos como una hermana mayor que en todo les han ayudado, la clave del existo para la glorias, impregnarse de la magnificencia de las penitenciales.


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Extremadura llenando Sevilla en la noche de septiembre, aunque cuentan las viejas leyendas románticas que el icono primigenio tiene su pellizco y alma sevillana, siendo el legendario San Leandro quien la recibió como regalo del pontífice San Gregorio Magno. Ciento catorce años dicen que esta veneradísima advocación fue sevillana hasta que los musulmanes expulsaran a los cristianos visigodos, cuando un 14 de marzo de 714 huyeron con las sagradas reliquias que poseían, los cuerpos de los hermanos San Fulgencio y Santa Florentina y la imagen que acabó asentándose en tierras extremeñas, en la zona que los árabes llamaron “Guadalupe” o “Rio de lobos”, siendo hoy una de las grandes devociones de España y teniendo su reflejo en la sevillana iglesia de San Buenaventura, donde a muchos solo les suena a la “Soledad Franciscana” del maestro Abel Moreno y su entorno a un cegador sol en la tarde del Viernes Santo…

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