EL PODERÍO DE FUSIONADAS...

Intentando abarcar todo el orbe cofradiero, siempre y sobre todo andaluz, me volveré a dejar caer por la Costa del Sol y su celebérrima Semana Santa de la capital. En Málaga, en la iglesia de San Juan, punto neurálgico cofradiero de la ciudad te puedes encontrar tal multitud de capillas de imagenes pasionistas que lo primero que te puede hacer pensar es que en esta iglesia abundan las cofradías. Nada más lejos de la realidad, muchas de ellas pertenecen a una sola cofradía, la cual saca a la calle cada año, respetando el argot de allí, seis tronos, donde dos son palios e incluso tres crucificados, necesitando para ello varias jornadas de salida.

Esta circunstancia quizás no le sorprenda a mis visitantes paisanos, ya que algo similar hacen las cofradías de Bailén, eso de tener más de un titular, más allá de lo típico; cristo y dolorosa y sacarlos en varias jornadas. La que más procesiones alcanzó, la Santa Vera Cruz (6) junto a la Ntro. Padre Jesús (4), dos cofradías que tienen además fuertes vínculos históricos en su conformación. Pero hablemos de Málaga y para ello nos referiremos a esta cofradía como es popularmente conocida, las Fusionadas de Málaga -aunque su título completo abarque a todos sus titulares como Hermandad Sacramental y Reales Cofradías Fusionadas de Ntro. Padre Jesús de Azotes y Columna, Santísimo Cristo de la Exaltación, Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos, María Santisima de Lagrimas y Favores, Archicofradía de la Santa Vera+Cruz y Sangre, Nuestra Señora del Mayor Dolor Reina de los Ángeles y San Juan Evangelista-. Esta denominación viene dada porque este gran elenco de pasos u tronos es el resultado de varias cofradías que se fusionaron para subsistir en el pasado creando una sola cofradía que es el resultado de la actualidad. No es algo único, en muchos lugares de Andalucía, cuando se dispone uno a leer la historia de muchas cofradías, te das cuenta de que muchas son el resultado de fusiones, y que de esas fusiones se ha conformado la actualidad, pero en muchas ocasiones subsistiendo unas cosas y las otras desapareciendo, algo que como veremos no pasó en este ejemplo malacitano. Muchas cofradías, por ejemplo de Sevilla consta que tuvieron unas imágenes que con la fusiones poco a poco tuvieron que pasar a un segundo plano, optándose por un Cristo y una imagen de la Virgen de ambas, por sus advocaciones y las otras desapareciendo sin un destino muy esclarecido, unas de ellas, en Sevilla puede ser el Amor (Entrada en Jerusalén + Amor) o la Quinta Angustia (Dulce Nombre + Quinta Angustia), siendo la Siete Palabras una de las cofradías más influenciada por diversas fusiones, muchas de ellas por esta razón son sacramentales, de animas e incluso letíficas. El Nazareno de la Divina Misericordia proviene de una hermandad de sacerdotes…

A finales del romanticismo, en pleno apogeo de la Semana santa andaluza vista desde un prisma folclórico y casi turístico - guste más o menos el término-, engrandeció muchas Semana Santas como es el caso de Málaga, se realiza la primera fusión, en 1891 entre las hermandades de Azotes y Columnas, Vera Cruz y Ánimas de Ciegos, todas ellas antiguas hermandades, alguna incluso la más antigua de la ciudad, que se unieron para comenzar a forjar esta singular cofradía. Un Cristo amarrado a la columna, dos crucificados, una dolorosa y un San Juan fue el primer resultado. En 1913 se realiza la última fusión con la hermandad de la Exaltación y a lo que habría que añadir la Virgen de Lágrimas y Favores que se encontraba en la parroquia y de la cual la corporación se hizo cargo, como si no tuvieran poco…

Seria extensísimo hablarles de la historia de cada una de las hermandades y de sus avatares, pero si me gustaría hacer un bosquejo de lo que esto se ha traducido en la actualidad donde podría parecernos un proyecto de hermandad y cofradía irrealizable, estos hermanos malagueños lo han conseguido. Porque salir muchas veces y con muchos pasos no es algo único de ellos, existe en muchos rincones de España, pero hacerlo con el poderío y presencia que lo hacen es lo que me sorprende. Es curioso, parece ser que organizan todo este gran aparato procesionista con una especie de “escuadras”, al modo en que en la antigüedad obraron algunas cofradías de la provincia de Jaén, como es el caso de las Vera Cruz de Linares, Andújar y Bailén. La hermandad cuenta con una junta soberana que delega –aunque todo con su aprobación y supervisión- en grupos, secciones o como quieran definirlo que trabajan por su parcela, paso o imagen titular, como una especie de comisión.

De este modo las Fusionadas han conseguido, si no me fallan las fuentes o no se han quedado desactualizadas, levantar una cofradía de  gran nivel, por lo menos el patrimonio así nos lo atestigua, fusionando nunca mejor dicho lo salvado del pasado, con los nuevos avances patrimoniales, artísticos y humanos donde obviamente la influencia sevillana se ha visto reflejada en muchos aspectos.

Sus cortejos procesionales comienzan pronto, el Domingo de Ramos por la mañana, abriendo la Semana Santa, para pasar a la jornada grande de la corporación, el Miércoles Santo y acabar en la madrugada del Viernes Santo. Se mezcla todo tipo de canon procesionista, desde la “alegría” mariana de la Virgen de Lágrimas y Favores, pasando por un canon más común de cofradía de tronos con bandas e incluso como gusta tanto en Málaga con presencia del ejército para acabar con la sobriedad y rancidez de la madruga del Viernes Santo con un vía crucis del Cristo de la Vera Cruz.

No habrá capataz más famoso en el mundo, o como lo llaman allí mayordomo, que el de palio de Lágrimas y Favores, porque iré por cronología de salida. Él la llamo en un gran pregón “La Niña de San Juan”, una poesía bajo una petalada en el mismo teatro levantó los repelucos de los malagueños ya que gracias a él, esta dolorosa de Dubé de Luque es quizás más conocida, indudablemente me refiero al malagueño y famoso actor del “jolibú” Antonio Banderas, el cual entre otras cosas es una apasionado cofrade malagueño. Ella salía en un rosario de la aurora en la mañana del primer gran día, hasta que estos “locos” fusionados también le levantaron uno de los mejores tronos que se han realizado en los últimos años en la vieja Málaka donde se fusionan los trabajos de grandes artistas de la nueva hornada sevillana y también malagueña.

Si no fuera poco, el primer trono que se hecha a la calle el Miércoles Santo, el de Cristo de Azotes y Columnas –anónimo del siglo XVIII, pero repolicromado por Juan Manuel Miñarro- recientemente ha estrenado un completo misterio donde se muestra la flagelación del Hijo de Dios, siendo su autor uno de los mejores artistas que ha dado la ciudad en los últimos tiempos, Juan Vega Ortega además de estrenar en 2012 también el cajillo o canasto del nuevo paso u trono de este Cristo, siendo una obra conjunta del tallista Juan Carlos García de San Fernando (Cádiz) y orfebrería del taller de Aragón y Pineda de Motril (Granada) y estando basado en las tallas de la sillería del Coro de la Catedral de Málaga, de Luis Ortiz de Vargas (1630).

Lo que la Guerra Civil y altercados antirreligiosos de la II República no consiguió eliminar para siempre, lo consiguió un fuego fortuito en 1980 que destruyó el antiguo Cristo de la Exaltación que como su advocación indica estamos ante un crucificado en el momento de exaltarlo o erguir su cruz en el monte calvario. Un grande para la historia de Málaga, en el apogeo de las sevillanas maneras en la ciudad, Francisco Buiza dejó su sello Mesino en Málaga con este crucificado, el cual es levantado por unos sayones de Dubé de Luque, otro beneficiado del boom cofradiero de los setenta y ochenta de la pasada centuria en Málaga con las vistas puestas en Sevilla. Camina por Málaga sobre un trono realizado por el genio de Guzmán Bejarano, acompañado de una banda que en su tiempo fue la referencia de las cornetas y tambores de la ciudad, seguidora de la madre y maestra, los Bomberos pero culpable de que a la ciudad mediterránea llegase la evolución sevillana en la nueva concepción de entender la música que creó el genio de Alberto Escámez.

Llega el malaguensismo de las procesiones militarizadas con un nuevo crucificado, rezumando manierismo desde que el IAPH nos mostrase que de barroco tenía poco y que habría que encuadrar a su autor en otro análisis artístico, un ubetense afincado en Málaga en el siglo XVII llamado Pedro de Zayas y del que aquí por Jaén habría que investigar un poco más lo que pudo realizar, él y su familia. Lo siguen los paracaidistas, del cual es su patrono y también un cortejo de unas personas auténticamente llamadas a la fe verdadera, los que creen sin ver sin más remedio en la luz que desprende el Cristo de Ánimas de Ciegos, advocación curiosa que proviene de haberse llamado Cristo de las Ánimas del Purgatorio como así se llamó su antigua cofradía antes de la famosa fusión, la cual nació  con la condición precisa de que las personas encargadas del ministerio, que deberían adoctrinar a las mujeres musulmanas –residentes en la ciudad tras la reconquista- deberían ser ciegos, con el objeto de que no pudiesen verlas, por ello el populacho acabó llamándolo el Cristo de Ánimas “de los” Ciegos. El mismo procesiona sobre un personal trono realizado en los talleres de Caballero González en el año 1996, y siguiendo las trazas diseñadas por Jesús Castellanos; que lo diseño al estilo del antiguo trono que portaba a esta imagen, donde como muchas veces he nombrado se mezcla lo local con la magnificencia de la talla y el regusto sevillano para dar de sí una obra de gran calidad y sobre todo de gran personalidad propia.

El Miércoles Santo lo cierra el otro trono u paso de palio, el de la Virgen del Mayor Dolor en sacra conversación con San Juan evangelista, imágenes realizadas por la mano de Dubé de Luque para levantar igualmente de las cenizas del incendio de 1980 las tallas perdidas pero no su alma, que sigue viva en los grafismos de las nuevas imágenes. El mismo imaginero, igualmente diseñador dibujó su trono dotándolo de un cierto carácter de hermandad rancia en la concepción de las bambalinas con corbatas y crestería de orfebrería. El impresionante despliegue procesional de esta hermandad, que no acabó acaparando un advocación de las que cuenta, sino que la fusión de ambas le dio su particular carácter y denominación, acaba en la madrugada del Viernes Santo con un sobrio vía crucis, a la Catedral sino me equivoco con la antiquísima imagen del Cristo de la Vera Cruz, imagen titular que seguramente perteneció a la considerada hermandad más antigua de la ciudad la cual procesiona entre hachones de color del Santo Árbol de la Cruz –verde- sobre un plano y sencillísimo trono afín a la austeridad que la hermandad quiere dotar a este Cristo que recientemente ha restaurado Miñarro para recuperar en lo que pueda el esplendor de esos últimos coletazos goticistas de la primera mitad del XVI en que tuvo que ser realizado.

Sirva esta pequeña entrada muy resumida para ahondar y mostrar esta singular cofradía, donde muchas más cosas de valor y calidad me dejo en el tintero –y no precisamente en el famoso chiringuito de la playa del Palo-, de cómo una empresa tan enorme se ha podido llevar a buen puerto, a unos altos niveles de prestancia, en su ímpetu de poner en la calle a todos sus titulares, dotándolos de grandes pasos y ornamentos de un gran nivel artístico, cada uno con su trono, cortejo y quizás un ejemplo a seguir de cómo se puede impulsar cofradías de estas características, como las que cuentan en mi pueblo, las que intenta mantener esta herencia filosófica a la hora de dar vida a la hermandad y cofradía, es complicado, lo sé, como ven mi fuentes de inspiración no solo están en Sevilla, incluso en Málaga, la que piensan muchos que no admiro. Aunque quizás el camino más lógico es la opción que tomó la hermandad del Silencio de Almería, la cual también ponía en la calle cinco pasos en el Jueves Santo y al final redujeron hasta acabar en dos; misterio y paso palio. Esta grandeza de Fusionadas solo la pueden obrar el patrimonio más importante y muchas veces menos valorado de una cofradía, el humano…