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jueves, 25 de agosto de 2011

UNA CALLE PARA CEBRIÁN...

Suele estar a menudo mi padre quejándose del nomenclátor de las calles de nuestro pueblo, cuando nuestro ayuntamiento va y cambia algún nombre de una calle o bautiza una de nueva creación. Siempre se queja de que se las dedican a personajes que seguramente el nombre Bailén le suena a chino y no sabe ni que existe y que luego hay personajes locales olvidados que se las merecerían. No acostumbro a darle mucha importancia a esta manía de mi padre pero hace unos días consiguió llamar mi atención cuando nombró a un personaje del que creo que si está muy en lo cierto de que se merecería tener una calle en la ciudad.
Este personaje es el músico y enorme compositor Emilio Cebrián Ruiz. Vio la luz del mundo en la eterna ciudad castellano-manchega de Toledo el 30 de julio de 1900. A los quince años entraría a formar parte de la Banda de la Academia de Infantería de la capital manchega, y un año después pasa a ser Clarinete segundo de la Orquesta del Teatro Rojas, de la que en breve tiempo fue nombrado subdirector.
Continuaría su carrera como Director del Coro del Colegio de Huérfanos Militares y la Banda de la Lira, ambas en Toledo y, ya fuera de su ciudad natal, en Talavera de la Reina, como Director de la Banda Municipal. Por último dirigiría la Banda Municipal de Jaén a partir de 1932. El 3 de octubre de 1943, mientras se encontraba en Lliria (Valencia) para acompañar a su hermano Francisco, Director de la Banda Primitiva de esta localidad, perdía la vida al caer desde un balcón. Fue enterrado en esta localidad aunque años después sus restos serían trasladados a su Toledo natal.

Será recordada sobremanera su etapa en la banda municipal de Jaén en la que compondría un año antes del estallido de la Guerra Civil, en plena II Republica la obra por la que quizás es más conocido en el mundo, la marcha “Ntro. Padre Jesús” dedicada al que sin duda toca la fibra más sensible de los jaeneros, “El Abuelo”. No sé dónde leí que el mismo viajo hasta Sevilla para conocer la marcha procesional, el modelo que habían seguido genios como Font de Anta o López Farfán para componer su primera marcha que hoy en día es todo un himno en la ciudad, la única e indiscutiblemente que suena –algo con lo que no estoy de acuerdo- tras el paso del Nazareno en la Madrugá más grande la capital del Santo Reino. No fue prolífico en la composición de musical procesional, solo se le conocen tres marchas más: “Cristo de la Sangre” (1941) y “Macarena”’ y “Jesús Preso" (ambas en 1943), todas ellas auténticas joyas de la música procesional, interpretadas en todos los puntos de la geografía española e incluso mundial. Además y según se conoce a través de su hermano Francisco, creó una quinta: ‘María’, de la que no se tiene constancia material. En esta materia procesional, y además de sus composiciones, se considera destacada su labor en la instrumentación de dos marchas conocidas de otros autores, ‘Triunfal’, de José Blanco y la adaptación de una pieza clásica, la ‘Marcha Fúnebre’ de Frederic Chopin.
Como saben este es un blog donde se trata sobre Semana Santa, cofradías y religiosidad popular como norma más generalizada por eso difícilmente trataría un tema que no tuviese relación con lo apuntado. Cebrián no tuvo relación con las cofradías bailenenses – aunque su marcha del Abuelo la tenga la cofradía del Nazareno local como su "himno"- que conozca este que escribe, pero si realizó con su maestría una de sus mejores obras dentro del campo de música militar, haciendo honor a la gesta por la que somos conocidos en el mundo, o por lo menos por lo que salimos en los libros de historia… la Batalla de Bailén del 19 de julio de 1808.
Seguramente compondría “Bailén” en su estancia en la banda Municipal de Jaén, siendo hoy en día una de las marchas militares más interpretadas en los actos castrenses y siendo sin lugar a dudas un himno para mi pueblo, sobre todo en los días de las fiestas que vivimos hace poco más de un mes. Por eso insto desde este mi humilde rincón interactivo a que se le reconozca con este honor al genial Cebrián, que si aportó algo y muy bueno a la idiosincrasia de Bailén.

Bailén:



Marchas procesionales:











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