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viernes, 20 de abril de 2012

EL BUEN FIN DE LA EXPO´92...

En el día de hoy 20 de abril se cumple el XX aniversario de la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla… la EXPO´92. Los medios y la sociedad están echando la vista atrás –aunque con poco énfasis- para recordar todo el fenómeno social e histórico que aconteció aquella simpar muestra que cambió para siempre la ciudad que la acogió y sin duda Andalucía. Más moderna se hizo la vieja Híspalis y mas moderna se hizo Andalucía, sobre todo en lo que se refiere a vías de comunicación y transportes.

No son pocos los que están recordando aquellos días, con la construcción de toda la exposición, la mascota Curro y lo que queda hoy de aquellos fructuosos días… incluso alguna película – GRUPO 7- que narra circunstancias sociales que acontecieron en la ciudad por aquellos tiempos. Este servidor de Dios y de ustedes tuvo la dicha de visitarla, pocas cosas se han celebrado en España que no despertasen el interés de tantos por conocerlo. Fue seguramente a principios del mes de junio, creo recordar que fue un viaje organizado por mi colegio donde padres y alumnos visitamos esa singular exposición que se erguía como una nueva ciudad o barrio de corte modernista que creaba una nueva estampa con la viaja ciudad… basta hoy en día con subir a la Giralda y mirar hacia La Cartuja para comprender como la mitológica torre almohade de corona renacentista le sigue echando un pulso al “travesaño” del Puente del Alamillo… el que pronto le echará a la nueva torre que se esta construyendo en la Cartuja – pronto habrá que buscar nuevos aparcamientos para mis visitas…-, que con la acostumbrada polémica en estos menesteres superará en 80 metros la que dicen fue el primer rascacielos de la historia…

Triana, el Puente y las obras de la "Torre Pelli"...

Inolvidable aquella experiencia, en la que contaba con 10 añitos, paseando por sus calles –hoy en día me cuesta reconocerlas, convertidas en parque empresarial o parque temático-, visitando esos pabellones, algunos sorprendentes… otros menos sorprendentes. El recuerdo de mi hermano Cristóbal, en su énfasis por conseguir el sello de cada pabellón para el pasaporte, que por ahí andará… al él solo podemos ya buscarlo en cada rincón de la casa con el corazón… incluso creo que ahí probé mi primera cerveza, de una lata de Cruzcampo que por cierto no me gusto nada –igual que ahora…-. Recuerdo que era imposible encontrar en torno a las una de la tarde una botellita de agua, las máquinas solo tenían cerveza, con la que tuvimos que saciar nuestra sed en ese momento en el que casi nos estirábamos con ese crucificado que vive en Nervión… pero aun no lo conocía.
Apenas ocho meses antes había pisado por vez primera la ciudad, en aquella boda que los mas asiduos visitantes recordaran que les conté. Pero en este viaje, estaba claro que la Sevilla eterna no la vería, que solo seria centrados en un eterno día en aquella inolvidable EXPO´92. Seguramente poco me acordaría de que estar en Sevilla, era estar en el paraíso de las cofradías. Hoy día me es inevitable escuchar tan solo su nombre y comenzar a sentir la brisa de la primavera, el azahar, el incienso… pero entonces aquel veneno solo me daba leves picotazos, apenas conocía nada de la Semana Santa sevillana, los videos del “Correo” tardarían en llegar dos años pero inevitablemente sabia lo suficiente, que Sevilla para la Semana Santa era otro mundo…
Y en aquella EXPO´92 lo volví a comprobar… ya la noche comenzaba a ganarle la partida al sol, y me cuesta recordarlo con exactitud, pero creo que nos encontramos en una cola del Pabellón de España. Como entre unos pasillos de paredes de cristal, que dejaban una especie de patio andaluz en el centro, en aquella cola vi que al llegar a nuestro destino había como una especie de tienda, no lo se seguramente, pero poderosamente llamó mi atención un aparato de estos que no se como se llaman donde se exponen postales de recuerdo. Fotografías de la EXPO´92 y Sevilla ganaban por goleada en aquel aparato, lógico por otra parte, pero había una que por sus formas y colorido era diferente, parecía ser… un paso de Semana Santa.

Salida del pasado Miercoles Santo 2012.
Un “trono” diría entonces, así que mi empeño fue tal que lo primero que hice al entrar, fue dirigirme hasta allí y comprobar de que se trataba. No estaba equivocado, era un paso de Semana Santa, el cual desconocía por completo. “Cómpramela papá” le dije insistente a mi padre, que riéndose –ya sabia que lo de su hijo con las cofradías, era algo mas que lo que me había enseñado- me dijo: “pero llévate una de la EXPO de recuerdo” a lo que contesté: “pero esta es mejor”. Y así me la compró, creo que quejándose del precio, la que desgastada por dos décadas, escaneada, les muestro en esta entrada.
En la parte trasera me indicaba quien era el protagonista, el Santísimo Cristo del Buen Fin como muchos habrán acertado tan solo visualizarla. No conocía nada de aquel crucificado hasta años después. No sabia que su genial figura con olor a canela saliese de un menos conocido imaginero llamado Sebastian Rodríguez, como iba a saberlo si ni siquiera sabia quien fue y era su maestro… un tal Juan de Mesa. Pero en el viaje de vuelta y durante muchos días después me quedaba absorto contemplándola. El dorado de las andas, que candelabros más altos y bonitos, los guardabrisas, la cera, las vestiduras... Que detallismo y que “calvario” más raro, sin duda la mujer arrodillada tendría que ser la Magdalena, como ocurría en mi pueblo, del romano no había dudas, pero ¿Quiénes eran los otros? ¿Que misión desempeñaban? ¿Dónde esta la Virgen? El que estaba tras el Señor podría ser San Juan ¿seria el otro un nuevo apóstol? La formación y las catequesis aun lucían en su génesis… Tiempo después iría conociendo la Semana Santa Sevilla en la distancia (gracias a las nuevas tecnologías Juan Pepe Villar) y como no, este paso. Ya descubriría en que consistía el misterio, que lo tallo un tal Álvarez Duarte y que salía el Miércoles Santo, sorprendiéndome de que en Sevilla no se llevara el rigor de la Pasión como hacíamos en mi pueblo… como aun hoy siguen muchos jóvenes y mayores preguntándose… fácil solución… la formación. Años después, se suprimiría el misterio donde se escenificaba el permiso dado por Pilato a José de Arimatea – al que no sabia identificar, el otro era Nicodemo, no San Juan-, y me acordé de esta postal. Un misterio que iba en un paso pequeño, seguramente el gran motivo de procesionarlo como hasta nuestros días, solo en el calvario que nos viene desde San Antonio de Padua, pero que bajo mi punto de vista no desentonaba en proporcionalidad.



Poco he sabido de esta postal, tampoco he investigado mucho la verdad pero la he seguido guardando durante todos estos años. Ahora quizás se da uno cuenta del valor de guardar las cosas para recordar su pasado y el origen de mi ser. Por casualidad o porque el Señor del Buen Fin ha querido encontré información sobre las mismas. Al parecer fue una colección editada especialmente para la EXPO´92, evidentemente para mostrar al mundo –el número total a la conclusión de la Expo fue (redondeando) de 41,8 millones de visitantes- una de las grandezas de la ciudad, sin duda y quiero ser objetivo la que mas, la Semana Santa de Sevilla. Se editaron de varias; la Sagrada Cena, Penas de San Roque, el Cachorro o el Gran Poder entre otras, y entre ellas estaba esta que fue la única que encontré en aquel recinto, como he dicho, puede que se tratara del Pabellón de España. No obstante, según las fuentes del Boletín de las Cofradías de Sevilla del mes de julio-agosto de 1992, indica que fueron realizadas para las tiendas del Pabellón de Andalucía, un pabellón que estoy seguro que no visité porque tenia sin duda la cola mas larga de todos los pabellones, y llegamos a el a poco de irnos sin no antes contemplar el espectáculo de luces y fuegos artificiales que cerraban cada jornada en el lago del recinto. Las fotografías correspondían a las realizadas por Fernando Salazar, en una colección titulada “Colección Semana Santa” estando numeradas, esta le correspondía el nº 189, editada por FOTOS JULIÁN, en la Colección Paisajes & Figuras.

Así, que el viaje fue muy provechoso, me traía unos de los tesoros de Sevilla, unos de los primeros misterios que conocí de su Semana Grande. Curiosamente, esta entrada surge porque los informativos nos recuerdan las efemérides, hasta hace unos días no me di cuenta que se cumplía veinte años de aquellos días. Pero Él, quiso inspirarme… el pasado Miércoles Santo, no pude verlo por las calles de Sevilla, si a su Madre de la Palma. Pero por la mañana pise por primera vez su casa conventual y pude detenerme a contemplarlo en la magnitud de su paso y en su portentosa figura, incluso me quise inmortalizar junto a su paso, seria que el Señor quiso veinte años después conocerme a mi.


1 comentario:

  1. Preciosa entrada Juan Pedro. Tuve el placer (porque es un placer y un deleite) de ver al Buen fin y a la Virgen de la Palma en la Plaza de San Lorenzo, donde lo suelo ver cada año, y cada vez descubro algo nuevo, diferente. Espero que hayas pasado una buena Semana Santa, yo no pude salir con el Cachorro por la lluvia, pero viví momentos preciosos. Tras la Semana Santa, he estado unos días sin entrar en los blog por falta de tiempo, pero una vez que me he organizado ya estoy aquí de nuevo dando la "lata". Me alegro de leerte amigo. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
    http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

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