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miércoles, 11 de abril de 2012

ALGO MAS QUE SIMPLE PAPEL...


Ya se está convirtiendo en una tradición el que tenga que echar mano de la cartera para volver a inundarme de olor a incienso, el aroma a azahar y revivir los momentos de gloria que nos trajo la Pasión. Pasan entre mis manos y reavivo el instante, el momento de esos lugares en los que sin el paso de una cofradía siempre se sienten vacíos en el imaginario de un capillita, más ahora que comienza la larga espera. Así que es momento de recordar a través del papel lo que nos trajo esta pasada Semana Santa, la cual se esperaba con ansias porque la anterior fue mas bien tirando a nefasta, y volvieron los ensayos y la cuaresma y por tercer año consecutivo todo salió perfecto o mas bien dejémoslo en mejor que el año anterior, las cosas paso a paso como las cofradías por carrera oficial.
Y llego la gran Semana de Dios y nos tocó torearla como el año anterior bajo un horrible cielo de nubarrones negros que en ocasiones se tornaron en lagrimas de aquellos que de alegría veían a sus cofradías en los cielos como entonó Garduño bajo una estremecedora manta de agua en la puertas de la Magdalena. Y el Domingo de Ramos no quiso comenzar jubiloso, y medio se fue al garete, pero parece que días antes el Dios de las Penas me quiso dar un toque y me regaló y al resto que nos perdimos en su divina suplica, un nuevo Domingo de sueños entre palmas y ramos tras los que le dan “aire para sus Penas”… uno de ellos me regaló la estampita que no se corresponde con la que ustedes pueden ver, la misma ya forma parte de la colección de mi capataz Parrita… ya, ya, sabia que al enseñártela era para perderla, pero si me regaló otra muy especial que el mismo se trajo del besamanos de la Estrella que iluminó Sevilla bajo las nubes.
Nubes que no se marcharon para destrozar el Lunes Santo. Ahora están discutiendo que es lo que se intenta salvaguardar como para suspender una estación de penitencia… ¿patrimonio material o humano? Ciertamente veo de tontos exponer a la destrucción un patrimonio irrepetible y por ende caro añadido al esfuerzo que supone su consecución. Pero el humano también, una manta de agua como la que le cayó a San Gonzalo puede acarrear accidentes grabes, mas grave si contamos el envidiable y extenso tramo de nazarenitos que pasaron delante de mí, ante la casa del Dios de la Penas y su Madre Estrella. Jamás olvidaré, niño anónimo que ibas de la mano de tu padre, tu cara inocente y alegre cuando extendiste tu bracito y me regalaste su Soberano Poder… y un caramelo de anís…
Y Dios siguió cubriendo Sevilla, es momento de preguntarnos si es que estamos errando de verdad, porque el Martes Santo por segundo año consecutivo tan solo fue martes. Para el recuerdo quedará mi primera visita tras la larga cola a la parroquia de San Benito y llevarme de allí al Señor Presentado… siempre a Sevilla y a su Madre bendita y bellísima de la Encarnación.
Y llego el día esperado, el ansiado y quizás con pena, porque hasta que no sentí la brisa de Linares calarse por la hojarasca de tu paso no pude terminar de creer que mis suplicas las habías escuchado, perdona porque sé que te gustaría que te pidiese antes por otras cosas mas importantes, pero es que necesitábamos tu gloria soberana sobre nuestras almas… gracias Medina, German y no se quien mas de que este año las estampitas se pasearon por Linares y Él venia detrás, además que ya voy por mi tercera tarjeta de relevos, uno de los tantos frutos que se vieron esa tarde gracias a alguien que entorno a la media noche no pudo evitar las lagrimas de ver a su Soberano desde los balcones del cielo… pero esa historia será para otra entrada. Por cierto no estaría nada mal, que la hermandad editase estampitas para los hermanos que se pudiesen adquirir junto a la papeleta de sitio… hubo quien las pedía… para esos somos los “sevillanos” de Linares.
Y la crónica “estampil” acabó en un apoteósico Sábado Santo, el segundo que vivía en mi vida en la ciudad que baña el Guadalquivir. La hermandad “alegre” del día me regalaba la esencia de sus ser, la Santísima Trinidad, en ese Decreto que corona a su bella Esperanza… una alegoría que pocos entendían… “paranoillas raras” decía uno, pero que “andaba del carajo”… quizás una frase para replantearnos muchas cosas, pero ahora nos quedaremos con la gloria hecha estampa, guardadas en la cartera de los sentimientos para el recuerdo de la Semana Santa del año del Señor de 2012.

2 comentarios:

  1. Te faltan las "estampitas" que hice del Soberano y la Reina del Rosario para este año. Te las guardaré :)

    Un saludo.

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  2. pues a ver si es verdad antonio jejej

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