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martes, 31 de diciembre de 2013

EL AÑO DE LAS CRÓNICAS...

Me pongo a reflexionar un nuevo aldabonazo anual en esta casa virtual, y me paro a saborear algo que ya va teniendo color de gran reserva. Va sintiendo uno la madurez en esa línea del tiempo, mientras volvía a echar la vista atrás no solo al año, sino a todos y he sentido la satisfacción de que en verdad cumplí un objetivo, que es aprender. Es curioso, pero me siento fuerte, cuando me he tirado cuatros años sin ni siquiera saber qué es lo que tenía en frente y lo que me podía dar. Y este blog me sigue dando cosas buenas, y esas cosas buenas son las que creo que deben de contar siempre en mi corazón. Es cierto, buceando en las entradas de todos los años anteriores me he dado cuenta que si en algo he ganado, es en cultura y experiencia de la vida, y no ha sido fácil, han sido unos pocos los que han sabido coger el sable más doloroso para clavarlo en el corazón más sensible, pero por fin, y creo no estar confundido, comienzo a sentir esa fuerza para no hacer caso a todos aquellos, que disfrazados de demócratas, suelen lanzar sus opiniones “constructivas” con el sable envenenado de la frustración.

Se va un año, que dentro de dos o quizás menos, diremos; “pero que bueno fue”, porque al final, nuestra mente solo recuerda los momentos gratificantes, mira si es así, que ayer cuando recordé la daga envenenada que me clavaron en julio, sentí hasta vergüenza de haber actuado como actué, pero como por muy público que sea esta casa, yo no vivo para ser famoso, lo mejor es que “corazón que no ve, corazón que no siente”, y la verdad es triste tener que llegar a esto, como me demuestra que la humanidad no sabe ser demócrata, aunque sea el sistema que tiene a las masas más apaciguadas. Pero como yo no voy a fusilar a nadie, ni voy a montar holocaustos, pues decidí ser un “dictador capillita”, y dejar cabida solo a mis únicas opiniones, total, no sé cuándo a los “constructores” de estos blogs se les ocurrió que en un diario personal pudiese participar todo el mundo… el morbo de la fama o yo que sé, pero yo seré muy raro, porque a mi todos esos royos no van conmigo.

Es curioso que cada día me encuentre que grandes eruditos o personas con grandes dotes en esta temática, sienta enorme predilección por esta casa, incluso con sus faltas garrafales y mis flojos conocimientos esquemáticos en literatura, y a su vez no sepan quién es el que está detrás de todo, pienso que con ello, lo que ustedes ven es más grande que lo que yo puedo imaginar, incluso es curioso que algunos les cueste creer que esto no es un portal con varios administradores, sino un simple blog de un simple usuario.
Se nos va un año, y lo cierto es que cuando he echado la vista mes a mes, he ido recordando muchos de los momentos en que escribía las entradas, de mis estados de ánimo y he llegado a sentir que cuando acaba un año, Simplemente Capillita se convierte como en un anuario o ese libro que a todos alguna vez nos gustaría escribir, porque son nuestros actos los que harán que nuestro nombre perdure en el tiempo, los que nos harán que vivamos muchos años después de muertos, quizás este blog no sea para eso, pero la dedicación ante una simple pantalla, le ha dado a mi vida muchas más cosas transcendentales que un simple entretenimiento virtual.

He hablado nuevamente de muchos temas estéticos, mundanos, por eso este blog se llama Simplemente Capillita, porque iba a englobar una temática muy concreta para todos aquellos que piensen que la religiosidad popular es algo muy diferente a esta forma de vida, lo tuviesen claro, y la verdad que pocos problemas me he encontrado en este punto. Pero yo siento la Semana Santa, o el mundo de las cofradías desde el sentimiento, desde que tengo uso de razón, nunca he visto esto como un mero espectáculo. Este año comencé un viejo proyecto, incluso me compré un aparato para el pc para poder desarrollarlo, como me ven esto me cuesta hasta el dinero. Una capturadora para poder colgar en la red mis viejos archivos audiovisuales, para poder compartir lo más fehacientemente mis sensaciones de todas las épocas de mi aun corta vida. Seguramente muchos serán los de mi pueblo que ha disfrutado con lo colgado hasta el momento, de la que fue la Semana Santa de mi niñez, esa que sin muchos conocimientos veía y ya me preguntaba qué sentido tenía todo este fenómeno, no lo veía como un entretenimiento ni un festival como muchos, y muy adultos siguen creyendo que es. Era un niño y me preguntaba de todo, quizás así Dios quiso que fuera, que fuese curioso con su mundo, con su vida, que sin lugar a dudas marcó la mía, tal como dijo un pregonero, no hay para mí una figura más importante en la historia y en el pensamiento como aquel desconocido carpintero nacido en Belén hace dos mil trece años, no hay nadie que me tuerza el gesto como Él, el que haga agachar la mirada, el que me haga sentir la vergüenza más profunda, porque lo cierto es que soy un simple hombre más con tantos y tantos defectos, seguramente el peor de todos… pero eso ya lo dictara Él en su momento. Que se alegre la iglesia, que yo por lo menos no he tenido mejor catequesis que las cofradías…

Es un orgullo, que este aún muy desconocido blog, poco a poco sea más tomado en cuenta por personas o instituciones de las que me puedo sentir el admirador, y ellos me hacen sentir también el admirado. Es un orgullo que la Oliva de Salteras se haga eco de mi humilde homenaje a sus cien años de vida, lo mismo que la ya añeja colección fotográfica de Sevilla en la Memoria siga siendo utilizada para ser publicada en publicaciones escritas, que seguramente en algún hipotético caso, en el futuro, algún necesitado investigador vuelva a descubrir y a rescatar de un posible olvido y diga que fue un tal Juan Pedro o simple capillita el que las mostró al mundo. Sería por lo que respecta a este año en el boletín de la Exaltación de Sevilla por que en otras publicaciones no han tenido la sensibilidad que luego más reclaman.

Gracias a esta casa tuve el honor de llamar la atención de los grandes de este mundo, como Bienvenido Puelles, Luis M. Carrión “Curro” o Federico Jiménez, Pepe Carvajal, donde no puedo olvidarme de aquella inolvidable noche en Andújar en aquel foro de capataces donde una hermandad me hizo sentir especial, el Gran Poder de Andújar al considerarme los suficientemente apto para llegar a su casa he intentar engrandecerla un poco más, donde ya de por si hay grandes maestros trabajando para ella. Es curioso, pero esto que ven por una pantalla ha conseguido que Nuestra Madre Santísima, advocada del Carmen o el Amparo se eleven al cielo de Andalucía por este insignificante punto en el universo, quien me lo iba a decir, pero si le doy gracias a Dios y su Bendita Madre, es el don del aprendizaje para saber valorar estas cosas en su justa medida, porque este mundo está lleno de muchos que darían un brazo por estas cosas y más que esperar como una recompensa siguen viviendo en el pensamiento que ellos se lo merecen más que nadie.
Termina un año donde me ha hecho reflexionar mucho sobre mi condición de cofrade, que no es lo mismo que capillita, porque se puede ser ambas cosas a la vez y solo una de las dos. Mucha reflexión sobre lo que necesito y puedo dar en mi hermandad, o más bien si hoy puedo necesitar lo que antaño disfrutaba. Siguen ahí mi Soberano y su Madre del Rosario, pero las personas cambian, y llegan nuevos ambientes, nuevas ideas que me han hecho pensar mucho si era mejor seguir siendo capillita cofrade, cofrade capillita, cofrade o simplemente capillita… quizás por esa razón mi amigo Óscar – lo bueno de sus análisis con esta casa, es que me lo dice a la cara, con la sensibilidad que requiere esta opción, así es como me gusta aprender de mis errores- me decía que mis crónicas del Jueves Santo fueron algo tristes, melancólicas, como de un sentimiento de decepción… no lo creo, porque disfruté de la gloria de ser su costalero un año más, pero uno escribe según su alma se siente en cada momento, este año la Semana Santa me tocó vivirla con un enorme esfuerzo de desconectarme de la vida personal, solo lo conseguía cuando me introducía en la burbuja o aura de los pasos y eso me ha llevado a reflexionar mucho sobre cual debe de ser mi hueco en este mundo cofradiero.

Porque llegó la Semana Santa, y uno le cuesta ya mantener la sonrisa, cuando ves que lo más grande de tu vida, no sé, llamémosle espiritual se diluye por las alcantarillas, porque parece que Dios o el cambio climático no terminan de querer “pasea santos” por nuestro mundo en los últimos años. Una Semana Santa que estuvo a punto de vivirse de forma muy diferente a lo que en mi alma se fraguaba, pero Dios quiso que viviera lo que a Él se le antojara, pero donde mi ser más lo ansía. Para el cajón de la memoria se queda esos momentos juntos al Zapatero de Triana, al Cautivo del Polígono llenado las avenidas, ese Postigo de San Gonzalo, ese Valle en el Museo, esos platillos por la calle Feria, esa Caridad baratillera elegante por Arfe, esa subida y en fin, la recogía del Soberano en Linares, ese Cristo de los Favores en mi primera vez semana santera en Granada o ese canto de ángeles junto a una Piedad servita…

Me daba cuenta ayer que este año poco les hablado de glorias o más bien que poco les he mostrado esas entradas que sin duda palpo que gustan en gran medida a los visitantes de esta casa, donde sin duda se viene a aprender un poquito más de todo lo que puede rodear a una hermandad, en este caso letifica. Sí me di cuenta que ha podido ser por como creo que debería titular esta crónica del año del Señor de 2013, como “el año de las crónicas”, porque este año ha sido tremendamente extraordinario, tras unos años de auténtica sequía, algo que por otro lado ha podido incentivar en mi la pasión por las glorias, que ante la falta de salidas extraordinarias de pasos de pasión, optase por deshojar la margarita de la espera con este apasionado mundo de las letificas, incluso hasta en agosto. Así pude conocer más procesiones de gloria en Andalucía, donde destacaría por poner un ejemplo sentimental a la Esperanza Divina Enfermara en la casa de la Madre de Dios en Sevilla, y la destaco porque mi amigo Félix volvió a viajar conmigo seguramente para conocer un poco más a esta dulce Señora de San Martín que casi la tendrá como patrona, para eso son colegas de profesión… curiosamente le ha concedido algunas peticiones con el gremio, que incluso hoy para sorpresa le ha encontrado una guardia de las gordas a su novia, también deseosa del trabajo por el que tanto luchó en la universidad. No puedo olvidarme de mi segunda faceta como cofrade, si podemos llamar así al que participa de las cofradías. Si la Semana Santa es el Prendimiento en Linares, mi gloria llega en el julio carmelita de la primera gloria a costaleros en mi tierra jiennense, pasando una noche de gran satisfacción para el alma, junto a hombres comprometidos con su puesto en una hermandad y como no, junto al bueno de Rafa Mondéjar, del que solo puedo decir que en once años solo me ha traído cosas buenas y buen corazón, es lo único que puedo hablar de este maestro de Andújar.

Y si es el año de las crónicas es porque desde febrero hasta el mismo mes que estamos a punto de despedir no he parado de darle a este blog su utilidad, transmitir mis vivencias personales, en este caso junto al mundo cofradiero. Desde el frustrado vía crucis del año de la fe en Sevilla, y aquel inolvidable sábado cuaresmal por la vieja Híspalis, la Semana Santa donde en mi cada vez más extensa rebúsqueda de recuerdos me planté en pleno mes de agosto contándoles como pudo ser mi Semana Santa, porque eso es imposible de describir con palabras y recursos literarios humanos. Y con el año de la fe llegaron procesionismo extraordinario de todos los colores, a los que me hubiese gustado asistir a todos pero que se quedaron en la Magna de Jaén, la Magna de Córdoba, la salida extraordinaria de la Esperanza de Málaga, conociendo por vez primera su procesionismo, su idiosincrasia y muchas de las devociones malacitanas, glorioso mi encuentro con Pasión y el Cristo de Mena. Memorable la salida extraordinaria de la Victoria de las Cigarreras, los viajes en plan glorioso como en aquella “Madrugá de las glorias” o el Amparo de Córdoba y por último la gratificante experiencia de sentir el aliento de la Esperanza en nuestra alma.

Se acaba el año y a partir de este momento me quedaré con las satisfacciones, y una de ellas fue ese gran detalle que tuvieron la banda de música del Nazareno de mi pueblo, de total apoyo a una joven bailenense que se tuvo que dar de bruces, tan joven, ante la cruz que significa la desmejoría de salud. Ellos le pidieron al que carga con los pecados del mundo por ella, yo emocionado con la historia solo pude hacer lo mismo a través de esta casa y con ello les deseo un próspero año, por que el presidente de su cofradía me comentó que la chavala está llevando su mejoría magníficamente y que si Dios lo quiere esto puede ser tan solo un lunar en la vida… al final parece ser que aquí no se hace nada tan malo…
Mañana Simplemente Capillita me parecerá un libro con las páginas en blanco, no sé si deseosas de llenarse de historias o no, eso como solo me queda decir un año más, será lo que Dios quiera…

FELIZ AÑO NUEVO.

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