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lunes, 24 de marzo de 2014

LA TÚNICA MORADA DEL PRENDIMIENTO...

El color de la cuaresma es el morado, así lo siento y así me gusta verlo, por ello este color tan especial para mí por su significado y por lo que anuncia tendrá en esta entrada un papel protagonista. El cronometro hasta la gloria sigue avanzando lento pero sin pausa, abriendo poco el compás en esta dura chicotá eterna que nos llevará a abrir el compás de la gracia en el Domingo de Ramos. El Jueves Santo, si Dios, si el Soberano lo quiere será nuevamente un año más disfrutando bajo sus divinas plantas rodeado de tanto arte y compás y rodeado de buenos amigos, los que cada cual quieren al Cristo más relevante de las últimas décadas en Linares a sus “mañas y maneras” y ello es debido sobremanera al andar de su cuadrilla del misterio… hace tiempo que no lo decía, la estética al servicio de la fe.
Pero hoy no toca hablar de ellos, hoy quisiera detenerme como más o menos he tenido por costumbre en fechas cuaresmales, en mostrar algunas de las particularidades que conforman todo el ser que constituye la vieja hermandad de la Sentencia de Cristo en Linares. Él que nos viene Prendido desde hace tantos años que en cierto modo es ya más Prendimiento que aquel que tuvo que caminar los callejones del Linares en tiempos de Primo de Rivera sin compás ni gracia –iría a ruedas- , viendo como un centurión, de logrado escorzo lo mostraba a la plebe como un despreciable malhechor… y seria escoltado por sus hermanos cofrades, como hoy por un mar rojiblanco de túnicas que lo abrazan en la que en cierto modo es la jornada más esperada de la Semana Santa linarense por todos los ingredientes que la rodean. Las túnicas serán hoy nuestras protagonistas.

La túnica de nazareno actual de la hermandad surge en los años de postguerra, en la refundación en la iglesia de San José donde se tomaría por primera vez los modelos de túnica que arrasarían en el siglo XX provenientes de Sevilla, sobre todo cuando Juan Manuel Rodríguez Ojeda crea el modelo de túnica para la Macarena, aunque ya en 1856 se documenta la primera hermandad de capa en la capital hispalense, curiosamente una de las hermandades con un corte al que no se suele identificar este tipo de túnica, siendo más para hermandades de barrio o jubilosas mientras las “rancias” continúan con la ancestral negra de cola, esta hermandad fue la Quinta Angustia. La escasez de medios al parecer hizo que las hermandades establecidas en la hoy parroquia de San José de Linares realizasen prácticamente sus túnicas de similares colores para poder aprovecharlas para todas las procesiones, por ello quizá se explica el color blanco y rojo o burdeos entre el Prendimiento y la Borriquilla o el blanco inmaculado de la Resurrección. A continuación les dejo una muestra pictórica de la evolución de la túnica del Prendimiento, desde su fundación como Sentencia y Victoria hasta la actualidad como Prendimiento y Rosario. Una acuarela, si no me equivoco gentilmente realizada por el artista linarense José Ángel Palacios y publicada en el boletín “Rosario”de octubre de la actual corporación de la iglesia de San Agustín del año 2006 para ilustrar un instructivo artículo sobre el hábito nazareno de la hermandad firmado por Agustín López Marjalizo.
Y el morado copa la antesala de nuestro tiempo mejor, y el morado fue el color elegido por los primeros hermanos fundadores para identificar a los nazarenos de aquella hermandad de la Sentencia que paseó por las calles de Linares las levantinas imágenes del paso de misterio y la Virgen del Rosario acompañada de María Magdalena. Una túnica, que como podemos leer en el artículo 10º de los Estatutos Fundacionales de la Cofradía de la Sentencia que yo mismo tuve el gusto de querer compartir con todos los curiosos del mundo de las cofradías en esta casa, describe de esta manera: “EN EL ACTO DE LA PROCESIÓN LOS HERMANOS ACOMPAÑARÁN A ESTA VESTIDOS CON LAS INSIGNIAS QUE USA LA COFRADÍA Y QUE CONSISTE EN TÚNICA MORADA CON BOTONES BLANCOS, CAPIRUCHO Y CORDÓN A LA CINTURA TAMBIÉN BLANCOS”.
Basándonos en la pintura que les adjunto contemplamos la inclusión de un fajín en lugar de cordón e incluso unos ribetes blancos en torno a la botonadura que no se reflejan en la descripción de los estatutos o reglas fundacionales. En el referido artículo si se hace referencia a los mismos y contando como fuente documental para ello otra copia si no me equivoco de estos estatutos que se encuentran en la iglesia del Santo Patriarca en el viejo arrabal de Cantarranas. Además se incluyen detalles como que probablemente contasen con una corona de espinas encima del antifaz, supongo que al modo que presentaba los antiguos nazarenos de la hermandad de la Vera Cruz de la misma ciudad –y convecina de iglesia en la actualidad- hasta su extinción en la Guerra Civil –tras la reorganización, finalmente se optó por la túnica de cola de ruan negro sevillana-. Una túnica sin duda influenciada por los modos que presentó la Semana Santa en la provincia de Jaén en el siglo XX como podemos contemplar en las grandes Semana Santas del antiguo Santo Reino como Úbeda o Baeza y que también afectó a las pequeñas poblaciones como es el caso de Bailén. Túnicas que según otros estudios de las mismas en estas poblaciones se dejaron influir por todos los ornatos religiosos de los talleres de la zona levantina, murciana y castellano-manchega, y por ende de su estética cofradiera, algo que a mi modo de ver esto acrecienta el origen levantino de nuestros titulares y la influencia de los modos operandi que insuflaban aquellas escuelas, como después paso con la castellanización de Víctor de los Ríos y la sevillanización de Antonio Garduño.
Las formas sevillanas que introdujo la hermandad trajeron consigo, supongo que en esta hermandad sería la primera aparición, la inclusión de unos novedosos personajes que hoy en día son muy comunes en casi todos los pasos de la ciudad que llevan maniguetas, esos pequeños palos a modo de varal, normalmente ricamente decorados a comparación de la humildad textil de los inicios y no tan inicios que vienen a recordar las primitivas andas en que nacieron las procesiones, como hasta hace apenas un siglo en la ciudad minera se pudo contemplar, aunque por Sevilla, en el siglo XVII ya se suponen que habían desaparecido para dar paso a los grandes y suntuosos pasos que dieron de si la imponente realidad, de la que bebió el Prendimiento en la década de los maravillosos años ochenta del pasado siglo, de ahí que el modo sevillano se implantara también en los pasos linarenses. Tanto las maniguetas de Guzmán Bejarano en el Señor como las del palio de Orfebrería Ramos son acompañadas de sendos nazarenos de la hermandad, vestidos con su túnica de reglas aunque con la salvedad del capirote que sustenta el caperuz o antifaz que normalmente utilizan los nazarenos de luz. Vestidos así pero portando una cruz es como comúnmente salen los correctamente llamados “penitentes”. En esta época es cuando el concepto de túnica “juanmanuelina” en sus formas y medidas se acomete definitivamente en la cofradía y en otras tantas hermandades, donde se eliminan fajines por cordones o se amplían las cortas baberolas del antifaz o caperuz entre algunos ejemplos.
Pero no me gustaría acabar esta historia sin aportar mi humilde opinión con un detalle que a mi parecer podría enriquecer un poco más los muchos detalles y particularidades que han ido confiriendo en estos más de treinta años al Prendimiento su siempre sello tan especial desde que las sevillanas maneras se enredaran por su ser. Hoy que está muy de moda lo “retro”, el volver a los modos pasados quizás se podría hacer un giño en este sentido a nuestra historia y lógicamente a la túnica fundacional. Aunque yo no soy muy dado a esta nueva corriente porque soy del opinión que lo pasado, pasado está, que lo que hay es el cauce normal de los tiempos y la evolución, si me decanto cuando lo que se coge es la esencia y se reinterpreta al sentir más actual. Cierto día conocí una particularidad como no podría ser de otra manera, en Sevilla, donde algunas hermandades tienen una túnica especial y diferente a la de reglas que se utiliza simplemente por los manigueteros. Los colores, los escudos o incluso los tejidos cambian para destacar a estos simbólicos y privilegiados personajes que conforman el personal que asiste al caminar de los pasos. Hermandades como Pasión, Silencio, Lanzada, San Esteban, Santa Marta o la Redención –que fue la que me puso en sobre aviso sobre esta particularidad- son algunas de las que presentan este distintivo, que la verdad no sé si ya estará imitado en otros lugares.




Evidentemente veo la actual túnica correctísima y asentada en la estampa que dibuja la hermandad del Prendimiento por las calles de Linares, y diría que inamovible, pero en cierto modo pensé y así he querido exponerlo en este mi blog que se podría recuperar aquellos colores para los manigueteros, pero como digo adaptándonos a los tiempos donde una túnica morada y un caperuz blanco, completamente en terciopelo, obviamente con la baberola “juanmanuelina”  conformaran una curiosa estampa escoltando a los pasos, con su cordón blanco o incluso un ceñidor de esparto en su color, ya que aunque no sería túnica de cola no debería llevar capa, la conjunción de la vieja esencia con la actual. Se dé lo complicado que es esto, más hoy en día y los diversos inconvenientes que podría acarrear el cómo hacer una túnica con unas medidas que cada año calzasen con el hermano que quisiera salir en este lugar, pero tan solo es lanzar una idea que a mi modo de ver las cosas tendría su sentido y no desentonaría creo yo. Si se sigue leyendo la Sentencia al Señor ¿porque no este nuevo guiño a nuestros orígenes? 


Seria similar a la túnica que por ejemplo visten los anderos en la procesión del Resucitado de Bailén en lo que se refiere a los colores, y además finalizo toda esta historia con este humilde montaje de este nazareno de la pintura de José Ángel Palacios a modo de manigueteros en el paso del Señor del Prendimiento.

Nota: Es grato que se te acerque un compañero de trabajadera, un hermano y te dé el aliento necesario para seguir con este blog y te insufle la chispa para seguir mostrando la hermandad al mundo, esta va dedica a Jesús, un veterano costalero del Soberano de Linares.

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