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miércoles, 14 de noviembre de 2012

AMPARO DE TODOS LOS SANTOS...EN EL OTOÑO DE LA VIDA.


Pues parafraseando a  Queen (The Show Must Go On)…”el espectáculo debe seguir”, eso mismo haré y así que hoy continuaré contándoles la gratificante experiencia que me supone siempre el volver a pisar Híspalis… En los últimos años, más de la mitad en la última década siempre me acercaba a Sevilla para poder presenciar por estas fechas, entre los meses de septiembre a noviembre, alguna salida extraordinaria, para poder aprender y sumar y cómo no, disfrutar un poco más de la que considero la Semana Santa más perfecta en el letargo de la espera... Asimismo conocer un poco más esa encantadora, evocadora, embrujadora, misteriosa, monumental, “catoliquisima” y bellísima ciudad donde inevitablemente, al recorrer sus calles y plazas te hacen volar a un paraíso donde con todo ello, además hay cofradías…¡y qué cofradías!. En estos dos últimos años, al nuevo arzobispo le ha dado por cortar este tipo de eventos piadosos –ni Juan ni Juanillo- y por ello no menos extraordinarios –mientras en la provincia no cesa la vorágine- e hizo que esta circunstancia crea en mí un vacío interior, sin duda algo me faltaba y casi sentía la necesidad de estar “enganchado” a la sevillanía. Llegaba el otoño y faltaba mis “dosis” de Sevilla y de esa otra Semana de Pasión fuera de fechas. Así el año pasado decidí que había que buscar otro motivo y por eso que mejor que usar la excusa de ir  a echar un día turístico a la capital de Andalucía y así de paso rematar la faena con alguna hermandad de gloria -porque ese día debería contemplar este ingrediente- las cuales se merecen el mismo nivel de elogio que las penitenciales, y para eso solo le puede poner solución la misma Sevilla.
Me tiré toda la semana cabreado con el tiempo, posiblemente tendría la culpa de que mi escapada a Sevilla desde Semana Santa se pudiese desmantelar. Aun así la gloria bendita de María intercedió con Él que todo lo puede y nos regaló un viaje sin agua y un día magnífico por la vieja Híspalis, aunque ayer creo que viví por primera vez, que en Sevilla también hace frío.
En los aledaños del aeropuerto, en los extramuros de la otra ciudad eterna, en los albores de la metrópolis me recomenzó a parecer que llegaba a otro lugar, a otra idiosincrasia, ciertamente no me había equivocado pero una nueva perspectiva, una nueva imagen de rascacielos enmarca a Sevilla. La vieja ciudad ya tenía uno, el más antiguo de la humanidad coronado por un Giraldillo y ahora se le ha sumado uno modernista… aunque le duela a los puristas la Torre Peris ya recibe cuando uno se introduce en la capital hispalense. Luego la contemplaría a sus pies al aparcar en la Cartuja, porque había que recorrer una vez más Triana… y Triana empieza en el Patrocinio –les aseguro que recordándolo mientras escribo he percibido ese maravilloso aroma del incienso-, y en la basílica del Cachorro se honraba a sus Madres benditas, Patrocinio Ellas, la pequeñita de gloria a los pies del Dios gitano de toda la Cava –que placer es siempre contemplarte, crucificado de mis crucificados- y en su mini camarín la dolorosa engalanada como las Señoritas de Triana que por la luz de la mañana me retrotraía a la mañana del domingo de palmas… La O, la Señora en el altar mayor y el Jorobaito entre esmaltes vidriados donde tiene la alcoba su madre. Y si fui a Triana fue para contemplar –entre otras excusas- el nuevo retablo del que sigue derrochando compás a raudales… me lo esperaba más… ¿amplio? ¿Poderoso? dimensiones que quizás calzan más con la estatura del Santísimo Cristo de las Tres Caídas mientras ella, aunque fuese de negro seguía repartiendo Esperanza, como en las viejas estampas románticas. Por las Cigarreras andaban de cultos, aunque parece que fue terminar y cerrar de cal y canto… que difícil es rezarles a los titulares de esta hermandad… porque también rezo aunque algunos se piensen lo contrario.
Casi nos vamos de Triana y nos dejamos al “Zapatero” de las Penas y su Madre de la Estrella, la estrella más grandiosa  le hacía hueco en su casa a Juan Pablo II, el primer Papa que pisó Sevilla, que dormirá junto a Ellos a partir de ahora… de Arteaga me esperaba más la verdad…. Y si decía que Triana recibía la inusual esperanza de luto, allá por los cielos de San Gil, hacia las mismas la Madre de Dios en Sevilla, o según un mayor número de sevillanos, para mi sin duda lo es, no soy sevillano ni me siento sevillano pero Élla tiene un no sé qué... Una vez más la Señora me guardó un rinconcito en sus dominios, y simplemente que decir más que no esté dicho ya, como diría su himno entre Rosario y Sentencia un día más repartía Esperanza, de color mustio, de color rancio, tal como la conocieron en otra época pero que como antes sigue abarrotando su templo. Después tocó buscar a Sevilla, pise por primera vez la que fue su casa durante muchísimos años, San Gil, aunque ciertamente Élla sigue estando en San Gil, aunque hoy solo está en la mítica iglesia una hermandad, la que rendían cultos y pude conocer en persona, la Virgen del Carmen de San Gil. Tras comer, saborear después de tantos meses la incomparable Cruzcampo, con ese puntito que tiene en Sevilla, fugaz visita a San Pedro y sus cofradías, saboreamos las nuevas vistas desde el cielo con forma de panal que son esas polémicas “setas” de la Encarnación, quizás por las vistas ya merece la pena la obra para antes de sumergirnos en la gloria, acercarnos a la que sí es más que aceptada Plaza de España y el Parque de María Luisa, su inmensidad nos llenó y nos emplazó a quizás al Domingo de Ramos a contemplar a la Paz de vuelta al Porvenir o la ida… Por cierto, allí surgió el tema que quizás a esa hora se confirmaba… Macarena dame la oportunidad en 2014 de verte “coronar” con tu gracia la portentosa obra de Aníbal González…
Por cierto para ir allí y volver utilizamos el polémico tranvía… la verdad nos quitó una paliza. Y la tarde se haría cofradiera en busca del rancio abolengo, de hermandades clásicas, porque en la gloria también las hay. Un refresquito en Puerta Triana y a conocer esa “Madrugá” de las glorias… y es que así suelen definir este día cuando las dos “glorias de las glorias” coinciden y se echan a la calle en estación gloriosa. Este año volvían a coincidir “las Esperanzas de las glorias” y la tarde se sumergía en la pasión devocional de siglos y siglos ante dos Madres que reinaron en la noche de los tiempos, quizás lo mismo que sus versiones dolorosas que viven en la Resolana y en Pureza. Y conocí por vez primera en la calle, la deliciosa hermandad de Nuestra Sra. del Amparo de la parroquia de la Magdalena.  Curiosamente la procesión sale por la puerta de la calle Cristo del Calvario mientras por la que salen sus cofradías penitenciales estaba abierta y para allá que fuimos… mereció la pena, muchos quilates de categoría se vivieron en el interior, nada más que la iglesia le daba un aura incomparable. En la puerta la hermandad de la Quinta Angustia esperaba el inicio del cortejo para acompañar su vecina letifica… al fondo la Madre sin lágrimas en el rostro me recordaba la historia del día siguiente, las que les conté estos últimas días. Iglesia casi repleta y la gloriosa Virgen esperando el inicio del sueño. Ismael Vargas hizo “volar” las singulares andas, definitivamente hasta en esto hoy era el día del “punto y aparte” de las glorias, el incienso perfumaba el ambiente y la indescriptible iglesia te sumergía en un imaginario Reino de los Cielos. Y si la escena enmudecía, el órgano puso el broche de oro perfecto al momento mientras la elevada Virgen del Amparo buscaba un año más a Sevilla para ampararla con su evocador manto, sin duda un momento para no olvidarlo jamás –decía Cris que como seria la salida del Calvario…-, solo queda intentar emularlo pero para ello nos faltaría al Amparo y la iglesia de la Magdalena.










Ya en la calle, la hermandad comenzó su caminar ante una ingente cantidad de espectadores, que si el discurrir hubiese tomado rumbo hacia Rioja, aquello parecería la salida de Montserrat. Sin duda estábamos ante ese tipo de hermandades que la sevillanía sabe paladear y respetar, por eso en Sevilla no todo vale y todo hay que trabajarlo… las Cigarreras, la banda de música entonaba sus primeros acordes con marchas como “Amparo”. La capilla de reminiscencias catalanas – ¿como se tomarían los afines a la “Estelada” tener la hermandad matriz de su patrona en “otro” país? Hasta esto se están cargando, según ellos las cofradías “huelen a españolismo”- abría su portón y la Señora con gracia –“la llevan los costaleros de la Virgen del Cachorro decía un espectador que peinaba un buen puñado de canas”- y sobre todo elegancia se postraba ante la hermandad, aunque no hubiese una imagen o el Santísimo frente a frente, solo comprendo estos giros ante estas circunstancias, en otras algo especiales y puntuales como que monjitas benditas quieran cantarle a Dios y María –en esto tienen más culpa allí arriba que aquí abajo- y no a “tíos” con varas en la mano… una vez más, ante estas puertas sonó “Virgen de Montserrat” de P. Morales y tras la revirá se le entonó un bello rezo-cántico que te sumergía en unos tiempos que se perdieron para siempre…
El cortejo siguió su marcha, sonó “Amor y Socorro” y en busca de Puerta Triana comenzó esa esencia que como les dije solo puede dar noviembre fuera de los tiempos morados… las marchas fúnebres, para eso dije que en las glorias también existe el rancio abolengo con la genialidad en honor de esa Virgen que al día siguiente seria noticia… “Quinta Angustia”. Ahí tuvimos que decir adiós, porque la tarde se tornaba casi como una jornada semanasantera y había que buscar otra cofradía, en verdad solamente era la otra… este año tocaba una nueva ración de la que es Reina de Todos los Santos… y como había que trasponer desde la Magdalena a la calle Feria, que mejor que hacer una paradita ante el Señor… ¿hace falta que les diga quien es? La de coronas de espinas surcaba su cuerpo, el barroquismo una vez más extasiaba y todas nuestras penas las borró el solo roce con su talón… en poco tiempo las luces de su nacimiento iluminaran la tierra y por la Epifanía nos mostrará por primera vez su Gran Poder… aunque en San Lorenzo lo muestra todos los días del año.
Y si pensamos que ya estaría en la calle, la “otra Esperanza” se disponía a volver a engrandecer la religiosidad sevillana. Hasta su capataz es el que también comanda a quien es quizás la Reina de la Reinas que si hasta San Fernando levantase la cabeza declinaría la rodilla ante tanta evidencia. Antonio Santiago tuvo una vez más la misión de traspasar la ojiva, difícil maniobra que incluso hasta él le rozan las puertas o los dinteles. Se repetía la estampa pero por otro recorrido como acostumbra la Reina de Todos los Santos para así poder llegar al máximo de hogares de sus vecinos y devotos. Un barrio por otro lado entremezclado con la zona menos ortodoxa de la ciudad y donde por desgracia la magnificencia de la precesión se entremezclaba con la presencia del algunos que se creen que tiene la verdad absoluta y que en realidad carecen de algo tan importante como es la vergüenza.







Uno de estos personajes, despectivamente se “sorprendía” de lo que se le estaba pareciendo contemplar… un paso pienso, seguramente se pensaba que era un paso de Semana Santa hasta que confirmaron de lo que se trataba. Pues si, hasta en Sevilla hay gente que no comprende que a una procesión de gloria se le puede dar la misma magnitud que a las penitenciales. Refulgente paso de destellos dorados, costaleros, incienso y ciriales y música “capillita”… pero que música, una vez más Tejera volvió a demostrarme que para mi no hay banda en estos menesteres mejor que ellos. Este año el repertorio ha sido menos sobrio; “Pasa la Macarena” o “Guadalupe” –que placer ahora si; con cornetas- marcaba el compás a un nuevo matiz, por nuevas calles pero llenas de mucho encanto y sabor. Sabor que desprende estas cofradías, ya se lo dije a mi amigo Madueño, de que siempre veo a sus amigos y él se pierde la gracia de las hermandades letíficas cuando en realidad no hay tanta diferencia.
Y la multitud, como en el Amparo arropaban a la antiquísima imagen, muchísimos más que el año pasado, parecía aquello por la zona y horas de luz que más que “Todos los Santos” venia “El Herodes” o la Amargura… “es que nueve días lloviendo son muchos aquí, y la gente tiene que salir” me decía entre risas el amigo Rafa Ríos cumpliendo con su hermandad, portando el recién restaurado estandarte de la cofradía letífica de Ómnium Sanctórum. El nivel capillita subía y las caras conocidas comenzaban a buscar la comitiva… Babío, Manolo Gallego, Antonio Villanueva, Dubé de Luque, Martínez Alcalde, López Cantero, Esteban Romera, etc… simple síntoma de que la ocasión lo merecía. Y la música seguía dando el magnifico complemento a la noche, una gran marcha que no conocía me embrujó, “Jesús de la Salud, una recuperación del maestro Braña de 1969” me decía un veterano corneta de la sublime banda. También pude saborear una magnifica revirá un año más con “Virgen de las Angustias” del cordobés  Báez hasta que se plantó en la plaza de Montesión. Ahora si le encontré más sentido a que la Virgen buscase el portón de la capillita del Rosario, Élla, el Dios de la Oración hasta el ángel confortador y el Señor de la Salud giraba la cabeza para no perderse el momento. Como la banda es Tejera sonó una marcha que no conozco llamada “Montesión”… dudaba mucho que la banda y la hermandad recurriesen a las más popular “Rosario de Montesión”. Después, con la despedida se volvió a recrear esa terapia sicológica que más le gusta a mi amigo Cris… revirá y chicotá antológica que en un símil taurino callaba la plaza al compás de “Rocío”… ciertamente estos momentos te hacen olvidarte del mundo y sus problemas… es devoción pero también mucho arte.
La “Estrella Sublime” cerró el gran momento mientras la Virgen, ya iba de vuelta con ese magnifico compás abierto que le imprimía la cuadrilla. La verdad sin ánimo de verlo como una competición, este paso en todo andaba mucho mejor que el otro de la jornada. Después por fin pisaba por primera vez la capilla de Montesión, me gustó la nueva decoración del camarín  de la Virgen, vestida con unos tejidos “raros” y de morado, y eso que Ella el negro le vendría por lo dominico… pero el que me dejó mudo, fue el crucificado de la Salud, Ortega Bru en estado puro, ese poderío echado hacia adelante mas que pedir sed o hablar con Dimas lo que pide es “calle”…
Así la Virgen comía calle, la ultima revirá que le contemplé fue con “Pasan los Campanilleros” para en la próxima esperarla a la puertas de su casa. Este año el repertorio ha sido menos mustio y en la Feria le giñaba a su vecina de arrabal, la Esperanza mientras caminaba con “Coronación de la Macarena”. Pero estaba equivocado, cuando antes de entrar en la plazuela de Ómnium Sanctórum desde el frio cielo salto la batuta del mítico Pepín Tristán para dirigir a su banda con la que era su hermandad familiar, algo poco dado en los sevillanos, que su hermandad sea una gloria. Y no podía ser menos, cuando sonó la marcha que le levantaba los repelucos del alma, esa misma que sonó en todas las entradas en Campana de su banda y que el mismo tuvo que contemplar por primera vez en las sillas de la gloria… si dicen que es el día en que salen las “dos esperanzas de la glorias”, esta podría ser “la Macarena” por lo del domicilio pero para la despedida sonó una marcha compuesta en aquellas estampas románticas que dije al principio; fúnebre paradójicamente para la algarabía actual de la Reina de Triana cuando Tejera fue una vez mas dirigida por Tristán y por el cual solo podía sonar “Solea dame la mano”.
El frio se entremezclaba con los acordes de la marcha de la Virgen mientras una vez más Antonio Santiago demostraba al respetable que las puertas en Sevilla solo son engañosas, tocaba volver a la tierra, de haber vuelto a disfrutar un año más de la dosis sevillana en el otoño de la vida.
Fotos: http://periodistacofrade.blogspot.com.es/ http://www.pasionensevilla.tv/

2 comentarios:

  1. Si vas a coger fotos de mi blog, Periodista Cofrade, te rogaría que indicaras la procedencia de las mismas o bien añadas en cada entrada en que lo hagas un enlace. Muchas gracias.

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  2. Ah, perdón. No me había dado cuenta de que sí has puesto el enlace. Perdón, eso me pasa por no leer hasta el final... Gracias por ello.

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