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domingo, 25 de noviembre de 2012

LA IMPORTANCIA DE LA EXPIRACIÓN DE PALMA BURGOS DE BAILÉN EN SU CARRERA.


Hace justamente dos años, como pasa el tiempo, realizaba una entrada para mostrar al mundo cofradiero o quizás más al mundo artístico religioso una obra desconocida que dormía los sueños del olvido en la vieja parroquia de mi pueblo, Bailén, perteneciente a la gubia de unos de los mejores artistas de la imaginería del siglo XX en España como fue el malagueño Francisco Palma Burgos. Entones decía, que dentro del amplio conocimiento que podía atesorar en torno a la obra de Palma Burgos, era el Cristo de la Expiración y por ende todas sus intervenciones en Bailén desconocidas por aquellos que hasta el momento habían catalogado en diversos medios la obra del malacitano. Pues bien, hace unos meses conseguí el quizás libro más completo sobre la figura de Paco Palma hasta la fecha, una publicación realizada por el ubetense Felipe Toral Valero el cual aporta en la misma, como digo la mejor reseña aunada en una sola obra del imaginero, pintor y hasta escritor. Un libro escrito por un aficionado, o eso creo, que más que un estudio científico, es una recopilación basada en la investigación y los recuerdos y comentarios acumulados durante años del que fuera su amigo personal, Palma Burgos.
Toral indica en su obra, muchos aspectos de la vida de Palma, tratados sin duda desde un respeto hacia una evidente amistad y aprecio hacia el artista. Con mucho tacto nos intuye que Palma Burgos seria como nos lo reflejaría otras plumas con menos sentimiento, sin duda un artista que como otros muchos fueron, arrastraba un aspecto de irresponsable, de cierto carácter bohemio que desesperó a más de un cliente, algo que el malagueño siempre pudo sortear en su no menos singular vida. En este sentido apunta que Palma Burgos nunca catalogó por decirlo de alguna manera su producción, lo que hacia que la investigación sobre su figura se acrecentara en mayor dificultad. Me ha extrañado que muchas de las obras que adjudica en su complicada investigación, incluso sin documentar a Palma Burgos, lo ha hecho gracias a los testimonios de los diversos empleados que tuvo Palma Burgos durante su vida, en los diversos lugares donde trabajó como fueron Málaga, Madrid, Andújar, Úbeda o Italia. Me ha extrañado que para nada nombrasen su participación en Bailén, donde sin duda dejó uno de sus crucificados, uno de los que sin duda marcaria sus últimos trabajos sobre la iconografía del Cristo crucificado, tan solo un curioso apunte, hasta ahora desconocido por mi en el “retablo” y camarín del Santuario de Zocueca, supongo que aquella restauración tan solo sería en las magnificas yeserías del camarín, porque el retablo fue quemado y creo que no se volvió a levantar ninguno más.
Casi sin duda y basándome en la cronología del libro, Palma Burgos trabajase en Bailén gracias a su participación en la reconstrucción del patrimonio religioso perdido en la Guerra Civil en la provincia de Jaén. Comenzó a trabajar para “Regiones Devastadas”, un organismo creado por el Régimen Franquista para restaurar y recomponer las perdidas de la Guerra Civil, abriendo taller en la ciudad de Andújar desde donde realizaría muchas de sus mejores obras hasta que decidió trasladarse a la que consideró su segunda casa, Úbeda y donde descansa el sueño de los justos. Gozó de la admiración y buena amistad del obispo Romero Mengíbar, algo que le dio fama y trabajo en toda la provincia, la cual sin duda atesora entre sus características por albergar la esencia artística de Palma Burgos.
Como dije en aquella entrada, y ahora en esta por completar un poco más esta historia y darla a conocer tanto a mis paisanos como a todos los visitantes que se dejan su tiempo en estas paginas, seria el mítico párroco de entonces, D. francisco Caballé el que quizás promoviese la realización de este retablo, para intentar devolver la esencia artística y por ende devocional al arrasado templo de la Encarnación y fuese por recomendación del obispo Romero Mengíbar el por el cual Bailén tendría la suerte de albergar una obra de estas características, de un para mi, “grande” de siglo XX. En el libro no se le nombra, mucho menos al busto de San Juan evangelista –de la cual también puede que hable algunos asuntos en el futuro- pero sin duda si aparece un reseña más que curiosa enlazada indirectamente con nuestra imagen de la Expiración bailenense, una imagen que no es procesional que conste. En 1957 realizaría una imagen la cual hasta ahora desconocía, un crucificado advocado de la Vera Cruz para la localidad vecina de Úbeda, Torreperogil. Una imagen que hoy día es procesionada por la hermandad de la Pasión la cual podemos contemplar en estas fotografías sacadas del libro de Toral Valero y donde podemos precisar que no hay cierta inspiración he impronta entre el crucificado torreño y el bailenense, si no que se tratan de unas rotundas copias. Incluso puedo aportarles una fotografía del maestro Palma Burgos modelando en barro el boceto del crucificado, según la publicación, de Torreperogil, fechada el 8 de marzo de 1957. Ya que no se nombra en la publicación la imagen de Bailén, la hipótesis que me surge es de que Palma al recibir el encargo de Bailen –descarto que la imagen bailenense pudiese ser el boceto policromado, ya que creo que está realizada en madera- volviese a utilizar el mismo modelo y realizase una nueva copia sacada por puntos para el pueblo de la arcilla por antonomasia en Jaén. Esta fecha, me hace catalogar el año de ejecución de la imagen bailenense, aun sin comprobar datos contrastados en los archivos de la iglesia, que tuvo que realizarse entre el año 1958-59, años este ultimo donde Palma cambió el busto de San Juan Evangelista. Sin duda, Caballé quedaría tan contento con este trabajo que llevaría a la cofradía “sanjuanera” hasta Palma Burgos e incluso pudiese darse el caso de otra cofradía para un trabajo similar, pero eso aun es solo una idea abocetada en mi cabeza, sin investigar ni cerciorar, así que no le daré más importancia hasta si alguna día encuentro más pistas para poder comentarlo.


Curiosamente, mi padre siempre me ha comentado que siendo un niño y monaguillo de la parroquia en aquellos entonces pudo contemplar como Palma Burgos venia acompañado de su hermano –José María- al montaje y decoración pictórica del retablo protagonista de esta entrada. Siempre comentaba que venia en un peculiar vehículo de la época llamado “Biscuter”, un micro coche que fue entonces muy común en la Europa de después de la Segunda Guerra Mundial. Gracias al libro a mi padre le ha saltado la nostalgia al poder contemplar una fotografía de Palma Burgos conduciendo su coche, en el que venia a Bailén y que el contempló con sus ojos de niño y que como no, les aporto en esta entrada. Dentro de su peculiar forma de ser, Palma recorrió media España en aquel pequeñito vehículo, donde anecdóticamente, estando en Toledo un turista extrañado por el peculiar coche le preguntó si lo había fabricado el mismo. Un modelo de coche que curiosamente quedó unido al argot popular de mi pueblo, el cual entonces comenzó–  ya apenas se hace- a llamar de forma cariñosa y coloquial al famoso botellín de cerveza como un “Biscuter”… no han sido pocas las ocasiones que el típico bailenense en un bar de otras ciudades ha vuelto loco al camarero de turno cuando pedía un “Biscuter” y éste se pensaba que se estaba pitorreando de él.
En la entrada de entonces, la complementaba diciendo que nuestro crucificado venia a marcar las pautas utilizadas por el artista, ya pleno de una impronta propia, peculiar y reconocida en el ámbito artístico de su época en su ultimo crucificado, el del Perdón de Almería. Pues hoy, quiero reflejar este nuevo apunte, para completar más la historia de nuestro crucificado. Así la cronología de estas pautas nace con el Cristo de Torreperogil, el de Bailén y otro que también posee una curiosa historia, el Cristo de la Expiración de Sabiote –aunque también habría que añadir al de la Noche Oscura de Úbeda-. Una interesante cofradía lo procesiona cada Viernes Santo por la calles de Sabiote desde 1960, la cual sin complejos ni sentido de inferioridad por estar en un pueblo pequeño y humilde le están intentado impregnar a su cofradía con la magia sevillana, con su banda de cornetas y tambores, su paso de similares ideas y proporciones sevillanas y como no, llevado siempre de frente por una cuadrilla de costaleros –si no me equivoco asesorados por la hermandad de la Sentencia de Úbeda-.




En torno a este crucificado, orgullo de su cofradía existe una curiosa historia que a veces se confundía con el origen de su ejecución. El 9 de enero de 1959 la rotura de la presa de Vega de Tera (Zamora) ocasionó un traumático accidente que conmocionó a la sociedad de la época, donde murieron  116 personas. Entre las perdidas ocasionadas, estaba un crucificado de la Expiración del que se conservó algunas fotografías. Uno de los ingenieros encargados  de rehabilitar el daño ocasionado era de Jaén y conocía a Palma Burgos, al cual contó aquella historia, mostrándole una fotografía del aquel crucificado desaparecido. Entonces Palma Burgos  prometió recomponer aquella imagen que se encontraba en Ribadelago, haciendo pensar a muchos que la imagen era para aquella localidad y que se quedó sin saber el por qué en Sabiote. Lo cierto es que nunca la realizó para aquello, sino que aprovechó el encargo de Sabiote para plasmar en el rostro las facciones de aquel Cristo desaparecido. Aunque ciertamente observando sus grafismos vemos que sigue en la línea de los crucificados enumerados, quizás solo se inspirara en el rostro el cual se desconoce como fue. Con un video de esta hermandad concluyo esta entrada dedicada a la obra de uno de los imagineros más interesantes a mi modo de ver, de la historia de España, en Jaén y como no, en Bailén.

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