Buscar este blog

miércoles, 3 de julio de 2013

MI "BAUTIZO" EN MÁLAGA... DE LA ESPERANZA AL ALIENTO DE MENA.(II)

Recuerdo cierto día en que puse como ejemplo el modelo malagueño como gran recurso para aquellas hermandades que vivían en iglesias desde donde les era casi imposible poner su cofradía en la calle desde la misma, ya sea por las puertas o el callejero para poder apostar por pasos de tamaños más proporcionados a la grandeza de la Semana Santa andaluza. Es decir, la hermandad vive como desde hace siglos en una iglesia pero para la salida procesional tendría que trasladarse a casas de hermandad mayores y adaptadas para el procesionismo. Hubo quien me dijo que esto alejaba a las hermandades de la iglesia, y lo único cierto es que las aleja en las más estrictas distancias entre la iglesia o capilla con el recinto de hermandad, pero no en el sentimiento ni el arraigo. Llevaba ya unas horas por Málaga, y conocía el centro, donde viven la gran parte de sus hermandades y en ocasiones pasaba ante esas puertas enormes de las casas cofradieras y pensaba que las mismas solo sentían la magia de la pasión un día o como mucho unos cuantos días al año… he aquí una esencia genuina palpable de Málaga, para buscar sus titulares durante el año hay que tener un destino distinto a cuando en Semana Santa las hermandades se hacen cofradía, a veces estando considerablemente lejos de la iglesia donde está radicada e incluso del entorno devocional de las imágenes.
El casco antiguo de Málaga tenia sabor y entramado a antiguo, te hacia imaginar los antiguos tronos, muchísimo más pequeños con esas altas peanas de carrete, que un día por la influencia que irradió la capital hispalense todo vino a cambiar, para mejor ¿o no? Se apostaba por más suntuosidad en los pasos, que ellos quieren llamar tronos, y aunque sus primeras muestras retablísticas andantes llegasen a venir de Granada, hay que recordar cuales son las andas de estas características más antiguas documentadas en Andalucía, donde no se conocen otros de similares circunstancias en la historia andaluza ni española… las andas de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder de Ruíz Gijón evidentemente para Sevilla. Con probabilidad desde el paso del Gran Poder los cofrades andaluces que pudieron o como pudieron entendieron que las parihuelas donde se trasportaban las imágenes sagradas para llevarlas al pueblo también podrían ser más ricas para mayor gloria de Dios y su Madre Bendita. En Málaga, sobre todo tras la explosión tanto local como internacional de la decimonónica Semana Santa hispalense, las cofradías, la Semana Santa y por ende los tronos comenzaron a ganar en suntuosidad y en tamaño, que unido a la posterior orden eclesiástica que “expulsaba” a las cofradías de las iglesias, es decir para la procesión de Semana Santa no podían salir desde sus sedes canónicas, sino desde otros recintos que en su mayoría fueron los antaño populares, hoy día casi erradicados, tinglaos callejeros. Unas construcciones efímeras en calles que eran ocupadas por una horas por las hermandades para poder salir en su estación de penitencia, algo que hizo que la medida y la desproporción hiciera crecer quizás como en ningún otro lugar se hubiese hecho, el tamaño de sus tronos.
Las casas de hermandad vinieron a solucionar esta poco estética, menos digna, manera de poner una cofradía en la calle… ahora dejando las callejas que había pisado durante la mañana, buscando el sur de la ciudad, nos encaminamos a buscar la Málaga moderna y de grandes avenidas que comenzaría en Zamarrilla… así contemplábamos el nuevo paisaje cofradiero en busca de la gran protagonista de la jornada, la considerada como la Señora de Málaga, la mayor devoción mariana de la ciudad del popular actor de Hollywood; Antonio Banderas, el cual en este día no iría bajo sus plantas -aunque en el salón de tronos se encontraba su familia-, en el llamado “submarino” del impresionante trono de la Virgen de la Esperanza… se cumplía XXV años de su coronación y su basílica y casa hermandad eran un hervidero de devotos, cofrades, curiosos y de este simple capillita que por Ella decidió en un día inolvidable conocer como las hermandades de Málaga se hacen cofradía por las calles marineras de su tierra, pero eso sería en la tarde… aunque antes había que conocer como diría allí… todo el “aparato procesional”.










Entraba por primera vez en un salón de tronos, las iglesias efímeras de las hermandades en Semana Santa y lo cierto es que ante las proporciones del trono, todos nos quedamos absortos, era el paso de palio más grande que había visto en mi vida, ya sin varales era una mole increíble de pensar que se pudiera levantar por seres humanos, que por cierto, nos preguntábamos porque los mismos no llevan almohadillas para aliviar el roce en el hombro, esto era hierro contra carne prácticamente. Ciertamente porque días después me dio por comprobarlo, pero entonces hubiese jurado y metido la mano en el fuego de que al canasto o “cajillo” como prefieren denominar allí estaba salido de las manos del genial artista malagueño Francisco Palma Burgos, incluso así lo catalogué en reiteradas ocasiones durante el día, aunque lo observase y encontrara que le faltasen muchas de la esencias artísticas del imaginero que duerme el sueño de los justos en Úbeda. Como ven me gusta admitir mis errores… Pero lo cierto es que tan descomunal trono fue diseñado y realizado por el también taller malagueño, por lo menos coetáneo en el tiempo a Palma Burgos, de Adrián Risueño Gallardo. Nos llamaba la talla femenina con venda en los ojos, “será la fe, que es ciega” como nos tiene iconográficamente bien enseñados el misterio del Sagrado Decreto de Sevilla…
Un edificio de trazas modernas, con unos frescos en el techo que la verdad no me gustaron nada y unas paredes recubiertas de expositores donde se guardaba en gran patrimonio que ostenta esta hermandad, ricos bordados tanto de talleres sevillanos como de los actuales malagueños. Pero en medio de todo reinaba Ella, la Esperanza, lo que me más me sorprendía era que la imagen es de un tamaño normal, como otra cualquier dolorosa de Andalucía y a la vez encajaba perfectamente en la proporción de sus descomunales andas, sin duda es la imagen que he visto más alta en un paso en mi vida, y ya la atura que alcanzaba el palio, el grosor de sus varales o barras, los candelabros o “arbotantes”… sin duda pura esencia malagueña, con mucho arte y genuinidad aunque se palpaba la gran influencia de lo bueno traído de Sevilla, ello me ratificó que la Semana Santa de Málaga, merece mucho la pena y un respeto a su idiosincrasia y todos sus valores y como ha sabido evolucionar inspirándose en la cuna de la Semana Santa andaluza. Nuestros cicerones nos contaban historias y anécdotas de la Virgen, incluso que eran amigos del vestidor de la misma, y las fotografías volaban por whatsapp, estábamos en el olimpo cofradiero malagueño, veníamos del Dios de la ciudad, estábamos ante su Madre y aun nos quedaban dos pesos pesados de la ciudad, donde también vivimos experiencias para guardarlas en el corazón…
Nos contaron algo así como que la hermandad tiene un sano frente a frente abierto, los devotísimos de la Madre ante los devotísimos del Hijo… en la basílica se encontraba huérfano de la compañía de su Madre, una de las más importantes imágenes que hayan dado la imaginería contemporánea española, el Nazareno del Paso, una imagen con poca esencia barroca que talló uno de los grandísimos baluartes en la línea temporal del arte en este país, el valenciano Mariano Benlliure. Aunque algunos se sorprendan, porque creen conocer todos mis gustos e incluso hasta donde llegan mis conocimientos, tenía muchísimas ganas de conocer al Nazareno del Jueves Santo -casi Madrugá- malagueño, porque sin duda su autor me muestra cada vez que lo contemplo, que el arte y la unción sagrada pueden maravillar sin tener que seguir casi copiando las esencias de los grandes maestros nacionales del siglo de oro. Incluso me quedé muy con las ganas de conocer a su “hermano” crucificado, que casi vive frente a frente, el Santísimo Cristo de la Expiración, pero nos decían que estaba cerrada su sede canónica y ya será para otra ocasión, si Él lo ve conveniente…
Una basílica sencilla, sin apenas decoración, la cual espera un mastodóntico retablo donde recibirán los rezos los titulares de esta populosa hermandad perchelera, nos dibujaba sobre un dosel al Nazareno de Benlliure, pero ahora había que seguir la ruta y la siguiente parada seria la que fue la sede de esta hermandad, una de las iglesias claves para entender la Semana Santa malagueña… Santo Domingo, y allí ya sentía en mi interior las vibraciones marciales con encontrarme con el primer y único “novio de la muerte”, por la más buena de todos los tiempos, mientras nos acercábamos, en un salón de tronos relucía bien grande la palabra… MENA… y el vello se erizaba.
Por Santo Domingo nos encontrábamos las puertas cerradas aunque el desconocimiento nos hacía buscar alguna puerta, pero antes encontramos a la que podríamos llamar la “Virgen de la ventana de Málaga”, en un símil con el Cristo de la hermandad de San Esteban de Sevilla, el cual puedes ver a todos horas desde la calle sin tener que entrar en el templo. Junto al puente o pasarela peatonal de Santo Domingo o de “los Alemanes” se encontraba la capilla callejera donde otra de las dolorosas más malagueñas en sus grafismos recibía la visita de devotos y curiosos, la Virgen de los Dolores del Puente Coronada, dolorosa del Lunes Santo que es conocida por recibir culto desde que se pierde la memoria de los vivos a las faldas de Santo Domingo. Pero justo al lado había abierta una puerta desde donde nos invitaban a entrar… la verdad me resultó un momento extraño, que nos invitaran a entrar, ¿Por qué y para qué? que ante el paisaje parecía como una especie de tienda, pero no, para muestra sorpresa era la entrada al camarín de nada más y nada menos, que del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, para el universo cofradiero el Cristo que sigue siendo de Pedro de Mena y Medrano, aunque un jovenzuelo Francisco Palma Burgos lo levantara de las cenizas o de su desaparición misteriosa y al enseñárselo a los profesores de las escuela de Artes y Oficios de San Telmo, le espetaran: “… Paco, tú has comenzado por donde nosotros acabamos”.





La verdad no sé cómo explicarles la experiencia, el Señor es espectacular, sin duda para mi uno de los mejores crucificados del siglo XX, siguiendo la esencia de una inmortal imagen del XVII eso sí, pero con la singular esencia de la familia Palma. Su piel morena, el desplome de su cabeza en el intimismo que vivimos hacia resonar en mi alma los ecos de las cornetas del tercio y un mar de hombres con chápela arrancándose con “El Novio de la Muerte”… ya lo dije en cierto día, es la cofradía que más me gusta de aquellas que se alejan de mi modelo… que me acordé de mi padre, de lo complicado que puede parecer llevarlo para que lo conociera igual que yo, con Magdalena llorando a sus pies y la muñequita dulce que me pareció la Virgen de la Soledad con su singular estética… la chica que nos acompañó en la estancia perteneciente a la congregación, nos explicó que estábamos viviendo un privilegio, ya que nunca se abre al público el camarín… el motivo, pues que Santo Domingo abre como tantas iglesias de nuestra Andalucía… lo justo. Por ello la corporación comprendía que en un día así, serian muchos los que vendrían buscando a unas de las imágenes esenciales de Málaga y no podrían decepcionarlos encontrando la iglesia tal como estaba, cerrada a cal y canto. La verdad que el privilegio me llenó el alma, la primera vez y casi sentía cerca su último aliento, porque Él parecía que solo dormía en su enorme trono de la cruz, tal como le dije a Pedro… me ha pasado como con la Macarena, sabía que venía y quería que no se me olvidara y jamás mientras crea en sus enseñanzas y crea en su palabra se me olvidará el día que conocí a Mena, el único Cristo, quizás del mundo que es llamado por el apellido de su autor primigenio para su veneración cuando, entonces se llamaba Cristo de las Cinco Llagas, antes de que comenzara a recorrer las calles de la ciudad que baña el Mediterráneo y las cambiara para siempre…
Fueron momentos intensos, estábamos en la gloria malagueña, quizás aquí se acarició un lógico crecimiento mayor de nivel estético equiparable a la enorme devoción que levantaban estas imágenes, en la capilla de Mena parecía no pasar el tiempo, mientras el frescor de sus paredes nos relajaba la marcha que ya llevamos y la que aún nos quedaba, pero seguro que el Cristo de la Buena Muerte nos quiso regalar el gran día cofradiero que vivimos en los días tórridos del verano, donde seguramente las playas de Málaga centrarían más la atención de aquellos que no ven en las cofradías una pasión de todo el año…

CONTINUARÁ…

3 comentarios:

  1. Una pena que estando en Santo Domingo no pudieran ver a Jesús de la Humillación, otra de las grandes tallas de Palma Burgos, realizada en 1942 (el mismo año que Mena)y también a La Estrella, anónima del XVIII. Otra vez será.
    Les recomiendo un Martes Santo en Málaga, pues además de lo referido podrán ver a "La Novia" en la Tribuna de los Pobres.

    ResponderEliminar
  2. no se preocupe que en la tarde, en la misa si pude entrar y conocer al hermano gemelo del señor de la columna de ubeda... tambien conoci a la novia de malaga, no lo esperaba pero tuve la suerte de conocer esta "dolorosa" tan singular en andalucia.

    ResponderEliminar
  3. Yo he tenido la inmensa suerte de portar ( en víacrucis ) al cristo de mena , es mi crucificado de Málaga aunque yo sea sevillano.
    Y tbn he tenido el gusto de ver el jueves santo por la mañana el desembarco de la legión para la procesión de por la noche , el año pasado fué recogerse los panaderos y me fui para málaga del tirón jeje
    Saludos.

    ResponderEliminar