Para continuar la senda de la Semana Santa de mi pueblo en 1987, en estos videos para el recuerdo o para el conocimiento como es mi caso, seguiremos con la “procesión de las tres de la tarde”, la hora nona en que Cristo exhaló su último aliento entregando al Padre su espíritu y cumpliendo lo que estaba escrito. Como es lógico el primer paso pues era el Calvario de la cofradía de la Santa Vera Cruz, que lo conformaba el Cristo de la Expiración, la antigua Virgen de los Siete Cuchillos y la casi desaparecida imagen de Santa María Magdalena, tal como casi siempre procesionó, sobre el trono primitivo de la Virgen, con el exorno tan común de los años ochenta. La cofradía embutida en su esencia de tantos años, de su misma música, dibujando siempre sus envidiables filas, es más observo estas imágenes y ni yo me explico que manera puede haber para recuperar aquella estampa… me cuentan y mira que yo no pregunto que puede ser que vuelva este paso o la esencia de aquel al medio del Viernes Santo.
Para el siguiente paso he querido acudir en búsqueda de datos a la publicación que hace pocas fechas publicó la hermandad protagonista para reflejar algo de su historia. La hermandad de la Mulica sacaba a su segundo titular, a la Virgen de la Piedad con el recién “bautizado” de advocación “Cristo de la Misericordia” en sus brazos. Y según esta fuente que adjunto estamos ante el año del estreno del primer paso de la Virgen de la Piedad, que luego sería el de toda la cofradía, la cual llevaba procesionando en Bailén solo dos años, ante la precariedad de entonces y supongo por las ganas de que fuera portada por sus hermanos –porque trono digno tenían, pero a ruedas como vimos el Domingo de Ramos- en las andas de la Virgen de Zocueca y no a ruedas. Estamos ante la primera salida de un paso que tristemente ha desaparecido ya del programa procesional bailenense, el que según, nuevamente a los datos consultados fue enajenado por la hermandad de la Expiración de Jaén por la cantidad de 500.000 de las antiguas pesetas, y que tristemente vino sin los singulares candelabros que ejecutó el taller de Nicolás López Prados. Cuatro jarras con voluminosas piñas de clavel blanco ocupaban su lugar dando la razón a aquellos que insistían que un candelabro completaba perfectamente todo paso, esto no era candelabro pero le daba otra presencia al paso, que curiosamente en aquellos primeros años contó con partes caladas en lo que sería la zona de los respiraderos, para eso mismo, dejar pasar el aire a la gente de abajo, y que también le daba otro aspecto más positivo al paso, el cual lo ideal hubiese sido restaurarlo, adaptarlo al costal como ya se han estrenado e enriquecer sus tallas y dorado… no sé, quizás aún no es tarde.
A destacar como es lógico el mobiliario publico desaparecido, como el antiguo Cine Hernández en la calle María Bellido con la glorieta Virgen de Zocueca, la “carrera” para los de “bailenensismo” acentuado…
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