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lunes, 11 de noviembre de 2013

MOMENTOS MAGNOS (VIII)

El agobiante fin de los retrasos y ciertas desilusiones, pero también de fuertes emociones como la que nos trajo el Dios de Buiza que es coronado por el Zumbacón. Magnificencia del canasto, de lo mejor de la ciudad que le da fama el templo que enmarcaba las escenas, la Mezquita. Una vez más la Redención nos abría la aurora, pero la resurrección llegaría después, que llegaba el Señor de Córdoba, El Rescatado, con esa presencia que tanto gusta al sabor popular para llegar ante otra nueva ración de San Cayetano y de la melena al viento del Dios Caído en el albero de los pecados del mundo. Excelencia a medias, las sensaciones ante la Expiración del Hijo de Dios en tierras del arcángel y el éxtasis, sobre todo para los acérrimos de la música de una noche donde su dibujó “Mi Madrugá” aunque el compás lo trajera un Resucitado de perfil griego, pero también el éxtasis de lo estético, como bien captó el fotógrafo de la vida…






























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