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domingo, 3 de noviembre de 2013

LA ESPERANZA CARA A CARA...

Hace casi un mes y aún no he podido volver a saborear el perfume fresado de la gloria… a un mes de la jornadas gloriosas en la ciudad eterna de las cofradías me detendré a recodar y a volver a exhalar el aroma de la gracia y la Effetá que siempre me pellizca la capital hispalense. Jornadas de gracia y gloria, de pasión y sentimientos desbordados a los pies de una Victoria que nos sonó a “Virgen del Valle” entre las tinieblas y a una Encarnación del verbo que nos erizó el vello para la despedida hasta una próxima que aún no tengo marcada en el candelario… pero me dejé una ración de glorias, de nuevas glorias para mis sentidos en la jornada del día donde al alba se alzó la Victoria. Es curioso que tuviese programada que tras contemplar los primeros pasos de la Virgen de la Victoria cigarrera quisiese buscar las procesiones letificas de la jornada, en concreto la de la Virgen de la Cabeza y sobre todo la de la Esperanza Divina Enfermera que además buscaría la alcoba de la Madre de Dios en Sevilla para ganarse las indulgencias, algo que también aspiramos nosotros, además que siempre hay motivos para pisar el cielo según Sevilla…
Y con anterioridad, soñando en casa con la jornada perfecta pensé en buscar el aroma de San Juan de la Palma donde curiosamente el sabor del silencio reluciente se convertiría en la algarabía de un último domingo de abril por el Cerro del Cabezo en Sierra Morena, donde la pequeñita y morenita comienza su sevillano caminar al compás de aquella que en el camarín encoje los corazones de todos aquellos que intentan consolar su Amargura, simplificándonos todos para Ella en el San Juan más perfecto de Sevilla, de hecho todo es perfecto en esta cofradía. Pero era matemáticamente imposible, cuando esa primera chicotá se hiciese para el culmen del arte efímero nosotros estaríamos casi aun intentándonos hacernos a la idea que ante nosotros estaba la espectacular Virgen de la fábrica de tabacos… pero pareció que Ella nos lo quiso conceder aunque fuese de otra manera, con una revirá eterna al compás de “Amarguras” llegando al andén del ayuntamiento, donde casi seguramente la música de Font de Anta se tendría que estar elevando casi al unísono por la bóvedas de San Juan de la Palma, al compás de unas campanillas para una devoción foránea pero universal.








En la búsqueda de esa otra Semana Santa, la de las glorias nos detuvimos eso si para que mi amigo Pedro pudiese por primera vez contemplar los titulares de la grandiosa cofradía del Domingo de Ramos mientras por la estrechísimas calles del arrabal una humilde -y a la vez envidiable por otras latitudes- procesión atravesaba las calles llenando de un imaginario aroma a romero las calles de la inmortal y cristiana Híspalis… la calle del Espíritu Santo pareciese estar levantada para que pasase el pequeño paso de la Virgen de la Cabeza, con su hermandad matriz de Andújar presidiendo a esa filial que seguramente hayan tenido muy en cuenta para la transformación nada fácil de su ya pasada y triunfadora procesión del mes de mayo en la vieja Iliturgi, donde mi amigo Rafa Mondéjar dio una nueva lección de que todo es posible, que filosofías como la que compartimos solo vienen siempre a engrandecer y a poner las cosas en su sitio. Allí en Andújar aun es complicada la trasformación radical pero todo llegará, y la verdad me siento orgulloso de que mis palabras en este blog puedan tener más transcendencia de lo que en verdad son, mis únicas y humildes opiniones, pero en Andújar aún hace falta la esencia que su hermanita sevillana desprendió en la recogida revirá donde la banda de la Cruz Roja detuvo el tiempo con la “Macarena” de don Emilio Cebrián… ya se presentía lo que estaba aún por llegar.


Pedro destacaba la presencia de la Rosa de Oro, una copia supongo, en lo que podríamos llamar la entre-calle del paso, y la elegancia de sevillanas maneras que llevaba una devoción de esta tierra mía, que tal como me dijo hace muy poco una sabia y gran persona, es tan complicada para implantar estas nuestras historias, las de verdad…
Fue fugaz el encuentro andujareño sevillano porque la segunda visita letífica nos llevaba lejos, había buenas razones para hacer el esfuerzo, ya que no me cabe duda de que mi amigo Félix hizo el esfuerzo de volver a perderse en nuestras míticas jornadas capillitas en Sevilla, porque salía una Virgen que poco a poco se ha convertido en alguien muy especial para él, y es que todos no podemos decir que haya una advocación tan unida a nuestro trabajo, más cuando es por vocación y pasión como es su caso de ser enfermero para intentar traerle la salud a quien la necesita… y sin duda que fuimos instrumentos nuevamente de María, pero eso vendrá un poco después.




Subiendo la Feria, nos detuvimos en Ómnium Sanctórum, ya saben que iglesia con cofradías abierta es un auténtico imán de capillitas. Carmen Doloroso y Almas de los Javieres nos esperaban en su letargo de capilla mientras en el altar mayor, la suntuosidad de la estética sevillana nos entornaba los ojos y a Guerrero lo hacía soñar… unos respiraderos, un techo de palio, una bambalina, una candelería… con que poco se puede construir grandezas para María… era lo que nos mostraba Gracia y Amparo en su altar de cultos. Pero había que seguir que se nos escapaba la dama de verde de la iglesia de San Martín, este año vestida con unas de la alhajas de la Señora a la que iba a visitar, la Esperanza de Sevilla.
El manto se dibujaba al final de Relator, junto a la casa donde nació la hermandad que buscaban, San Basilio. La multitud se agolpaba y el paso de la Virgen del Buen Fin reconvertido en letífico se alzaba siguiendo su camino mientras los músicos del Carmen de Salteras alzaban las cornetas para la entrada triunfal en los dominios de María según los cánones hispalenses. Y ahí sentí su aroma cuando me dio el pellizco y mis sentimientos volaron hasta el sofá bailenense donde estaría mi padre descansando de las oportunidades de vivir que le concede la Virgen, porque para entrar en territorio macareno hay que hacerlo como Dios manda, y para ello sonó su marcha preferida… “Aniversario Macareno”. Como sonaba Salteras señores, un lujo para los sentidos, seguro que era una señal a nuestros ruegos de seguir un poquito más, porque la Virgen entraba triunfalmente en la calle Parras, que es casi lo mismo que decir Esperanza Macarena, pero en ese instante, con el sabrosísimo olor a incienso y a esa eterna primavera que parece siempre desprende Sevilla sentí otro aroma diferente e inesperado, un aroma que no olvido pero que tenía algo aparcado en mi corazón, seguramente por la distancia y en décimas de segundo me pregunté si era otra señal… En Parras sentí tu aroma inesperado mientras me volví buscando una sonrisa arcaica y una mirada perdida en el oscuro horizonte hacía renacer a mi alma en la Esperanza, que rápidamente se diluyó entre ese aroma que tanto me enamora, el incienso… pero en la noche por fin me encontré contigo en mis sueños más deseados, ¿casualidad?¿Una señal?... que con el despertar de idílico horizonte azul, casi aun sintiendo el roce de tu piel me hizo pensar si la Esperanza por fin me concedió la venia… son peticiones muy personales, pasos e imágenes sagradas han habido de sobra en estos tiempos para la fe como para solicitar aunque solo sea el consejo y en ese momento y cuando me sumergí en los sueños, despertó en mi alma la incertidumbre y la búsqueda de respuestas… sin duda que no estaba en cualquier sitio, mientras la Virgen caminó gloriosa por Parras recordando a los “balboistas” presentes su viejas leyendas de pasión, cuando Salteras alzó a los cielos de San Gil esa “Virgen de la Aguas” del maestro Santiago Ramos…















Sin duda que palpé que no estábamos en un lugar cualquiera, el embrujo, el misterio y lo divino se pueden casi respirar sin encontrarle sentido razonable. Y es que las cosas del cielo nunca son razonables en esta mundana vida. Vislumbrado el Arco de los Arcos hispalenses, con los sentimientos a flor de piel una paradita en el bar de al lado de la legendaria muralla a tomar rica Cruzcampo que nos hizo comprender con la facilidad del sencillo donde estábamos y el porqué de los sentimientos experimentados… que mejor recibimiento que un azulejo de sabor autóctono indicándonos la gracia: “Bienvenido al barrio de la Macarena… aquí vive la Madre de Dios”. Cuanto arte y cuanto pellizco y cuanta verdad mientras entre risas se lo explicábamos a David, loco apasionado por la Esperanza que vive amarrada al ancla de la otra orilla de la ciudad de la fe por antonomasia.
En el interior basilical, la Esperanza daba sentido al poder de las imágenes, siempre que hay misa en la basílica, siempre se encuentra hasta la bandera o por lo menos cuando voy yo, por esa razón mi acercamiento a “la más buena Moza de San Gil” no fue el deseado pero siempre profundo y penetrante como solo Ella sabe transmitirme, porque hay algo de lo que no tengo duda, y es que eres Tú, Macarena, devoción mariana sin discusión de mi corazón, es tu cara la que quiero encontrarme cuando un día, espero que aun quede mucho para eso, me encuentre contigo en esa basílica celestial donde tienes que vivir, que cuando al entrar a tu alcoba, sin duda con las mismas trazas que el camarín de Marmolejo, encuentre reflejado en esos espejos de la gloria tu virginal perfil entre la pena y la sonrisa, mientras los mejores vestidores de la gloria, seguramente Garduño te estuviesen peinando para tenerte siempre tan guapa, y es que no sé qué tendrás que me tuve que salir por no romper a llorar… y no recurro explícitamente al recurso romántico de la saeta de Manuel Cuevas, sino a la verdad…
Por ello no puede besar la mano de Rosario, un besamanos muy especial y silencioso y es que Sevilla nunca quiere despertar “al Sentencia niño” que siempre se encuentra fritico en regazo tan sublime y macareno. Y la luz de la cera se alzaba en el atrio para que iluminé a los que estamos y a los que ya se fueron, porque ya lo dije eres Tú Madre mía la Esperanza en la que me sustento, que tendrás Macarena, que tendrás que hasta los músicos trianeros te quisieron saludar con la marchas de la otra orilla, que no pudo hacerme evitar acordarme de mi gran amigo Raúl “Vokas” y su predilección con la marcha que anunciaba que por San Gil llegaba “Triana” abriendo paso a la Divina Enfermera. Por cierto que se me olvidaba ya… en Parras un señor era elegido por la Virgen para repartir su esperanza hecha estampa a aquellos que seguramente la necesitaban y yo sabía de uno que la quería con ansias, así que no dude en pedirle una que mi amigo Félix ya guarda como oro en paño a lo que seguidamente aquel hombre presto a repartir la gracia de María les dio otra a David y Pedro, quedándome yo sin ninguna pero con la satisfacción de haberle hecho un regalo a la vez sencillo y a la vez grandioso a mi amigo enfermero… además que la Virgen ya tenía preparado todo, para utilizarme como instrumento para que Pedro se llevase una y se la dejara en el hospital días después a su hermana que necesitó los cuidados de la Enfermera más bendita y que como no podía ser de otra manera, todo ha salido bien… quizás por esto nos pegamos la paliza hasta la otra punta de Andalucía, y en Sevilla hasta la otra punta de la ciudad porque luego nos volvimos a pie hasta los Remedios…

































El atrio y la Resolana no eran la media noche del Viernes Santo, pero los cofrades de verdad esperaban el momento histórico. La verdad que odio el repique de campanas, el cual recibió a la Esperanza Divina Enfermera en la basílica de la Macarena, y es que para mí el arte efímero quedó borrado cuando el repicar nos evitaba escuchar la eterna oración musical del maestro Gámez Laserna para la Señora de la casa, aquella marcha que sonó en aquel mismo lugar mientras el cuerpo del galduriense se despedía para siempre de nuestras vidas, pero no de nuestros corazones con su inmortal legado. “Pasa la Virgen Macarena” para que pasase a la gloria, la Virgen de la Esperanza Divina Enfermera, la Esperanza más antigua de Sevilla dicen los eruditos… y hasta las puertas de los cielos macarenos se aproximó al compás de la sublime percusión de Salteras,  con ese redoble de caja que seguramente seguirá levantando los repelucos de mi amigo Vicente. Seguramente estábamos presenciando una estampa histórica, merecía la pena la caminata y el cansancio cuando Cebrián volvió a dirigir los instrumentos casi divinos para que su marcha sonase hasta las plantas del camarín donde esperaba la Madre de Dios según Sevilla.
Así, con paso atrás, sin perderle la mirada de esperanza de María dolorosa y gloriosa comenzó la despedida, con las indulgencias ganadas donde no quisimos despedirnos sin dejar nuestra presencia inmortalizada mientras las bellas estampas se dibujan si censar y los hombres de Ismael Vargas reviraban por completo al compás de la marcha “Madre y Señora del Buen Fin”, aunque yo me quedé con la ganas de una “Esperanza Macarena” de Pedro Morales para así sentir esa nana de cuna que es el trio que seguramente cada noche la Macarena o Rosario lo mismo da, le entonan al Sentencia fritico de sueño. La O de la expectación de María presidia el canastito especial de este paso, mientras los candelabros de aquel del que emana sangre y agua iluminaba su arcaico semblante sosteniendo ese ancla símbolo de la esperanza de todos los hombres, siguiendo ya su camino de vuelta mientras Pedro y David se me escaparon al interior de la basílica para poder besar la mano del Rosario y rezarle a la que es para mí y para millones de seres humanos la Madre de Dios hecha madera, tallada entre las brisas celestiales y bajada por los ángeles para dejarla - eso sí, previo paso seguramente por el taller de Roldán para imprimirle su impronta- en Sevilla… despedida al compás de una marcha que solo podía recordarnos a nuestro amigo Antonio Pradas mientras Juan Manuel se perdía en la mirada por unos momentos de esta otra Esperanza que le llegaba desde la iglesia de San Martín, es curioso, por la mañana un compañero de trabajo, apasionado de la música de palio me la tarareaba  mientras le espetaba, que quizás en la noche podría escucharla, la otra “Macarena” la de Abel Moreno cerró una nueva experiencia para la vida ante las letificas Vírgenes de la Cabeza y la Esperanza Divina Enfermera ante uno de los lugares con más sabor para poder anonadarse en su perdida mirada en el horizonte, donde junto a Ella pudimos experimentar sensaciones muy especiales y profundas, mas cuando mi Macarena esta en medio de todas las búsquedas y razones…

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