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jueves, 30 de enero de 2014

LAS "VIEJAS" ORACIONES DE LINARES Y BAILÉN...

Tiene o tenía la Semana Santa de Linares una de las muestras artísticas o iconográficas de las más singulares y genuinas  de la Semana Santa andaluza y quizás española. Es curioso que siendo un niño, cuando el estudio cofradiero y por ende imaginero no sobrepasaba las fronteras de mi pueblo, a veces me hablaban mi padre u otro cofrades de Bailén de la Semana Santa más conocida para los bailenenses que se solía limitar al Abuelo de Jaén  y a las procesiones de Linares. Siempre cuando mentaban al conjunto de la Oración en el Huerto se solía decir lo mismo: “es como la de Bailén”. Eso claro está entonces, porque hoy la de Linares se ha remodificado en altos porcentajes y la de Bailén se ha cambiado por completo buscando una nueva iconografía. Lo de Bailén, la intención, lo considero digno de aplauso, porque sin duda la imagen a sustituir era una imagen del escaso valor artístico que comercializaba los talleres de Olot, aunque es cierto que siempre gozó de la admiración del pueblo, quizás la nefasta remodelación que sufrió fue el detonante para el cambio, porque lo que está claro es que la sustitución de las obras de este tipo sigue siendo un tabú y casi una aberración nombrarlo –aunque me cabe a mí el “honor” de haber lanzado esta “polémica” a la calle-, y por ello este caso ha sido una rayita en el mar, basta contemplar como la misma cofradía ha intentado enriquecer otra imagen de este tipo con nuevas policromías de más calidad y demás aditamentos, que lo ha conseguido, pero la base sigue siendo la que es, pero bueno menos es nada a lo que se hacía hace menos de una década, supongo que el tiempo traerá la madurez definitiva para afrontar esta cuenta pendiente con más facilidad, en mí no cesará la ganas de mostrar estas nuevas filosofías al mundo cofradiero de este pueblo…

Es curioso que aunque la imagen de Linares era para los bailenenses idéntica a la suya,  no era del todo exacto examinándola detenidamente, en este caso no se trataba de otro simulacro idéntico salido de la producción en serie de Olot, como puede ser la Oración en el Huerto de Arjonilla, por mentar un ejemplo, ya que esa sí que es idéntica a la que procesionó tantos años la Santa Vera Cruz de Bailén. El misterio de Linares evidentemente se identificaba con la de Bailén por su casi idéntica iconografía donde Jesús arrodillado en el huerto de Getsemaní, con sus manos entrelazadas como muestra de meditación u oración con el Padre Eterno, las cuales descansaban sobre una peña, mientras el Hijo de Dios alzaba su mirada y se encontraba frente a frente con un ángel que le mostraba el cáliz que había dispuesto el Altísimo que debía de beber, es decir el cumplimento de su misión para la cual nació, entregar su vida para la reconciliación de Dios con el hombre desde los tiempos del Génesis, la manzana, la serpiente, Adán y Eva… mientras en el de Bailén, el ángel le mostraba una cruz –aunque algún año portó un cáliz o se llegó a probar a ver como quedaba-, que viene a ser lo mismo, con la cruz que debería cargar para que se cumplieran las profecías… algunos, como el sevillano de Montesión portan ambos atributos.
Pero había muchas diferencias, como que la de Linares estaba tallada en madera y la de Bailén era de pasta madera, el ángel de Linares estaba proporcionado con el Señor mientras el de Bailén era mucho más pequeño. Lo cierto, es que con la edad y adentrado ya en mi autodidacta formación, comencé a fijarme en esta circunstancia, obviamente conocí los avatares históricos de la imagen que reside en Santa María la Mayor y observando infinidad de Semanas Santas en nuestra geografía no encontraba más pasajes de la Oración en Getsemaní que siguiesen esa disposición iconográfica que no fuese el modelo comercializado por Olot y ésta más que personal de Linares. Es cierto que cuando el granadino Eduardo Espinosa Cuadros la realizó en 1941 se apunta que se le exigió que se basase en la anterior imagen destruida en la Guerra Civil, ya que la hermandad se fundó a finales del siglo XIX, lo que me hacía pensar si es que la anterior sería un modelo igualmente novedoso o que en realidad se tratase de una imagen como la que teníamos en Bailén, una imagen en serie, algo que no era descabellado porque por entonces esa fabricas ya habían comenzado su producción que tanto daño le hizo al esplendoroso mundo del arte religioso en nuestra nación, el cual durante siglos conformó una de las mayores grandezas de este país, su patrimonio artístico. Incluso aquella producción pudo entrar a través de los tallares levantinos tan fecundos entonces en la provincia de Jaén, aunque lo cierto es que casi todo lo que se hizo fueron imágenes en madera, aunque muy a fines a estos modelos, muy amuñecados que explotaría hasta la saciedad los talleres de este tipo de imaginería de escaso valor, que la verdad no solamente se asentaron en la gerundense Olot.
No conocía fotografías de aquella Oración en el Huerto hasta que el buen amigo de esta casa, Andrés Padilla Cerón me mostró esta fotografía.

La misma parece pertenecer a una colección de sellos que por lo que se puede intuir, la imagen correspondía sin lugar a dudas a una imagen de las de serie, siguiendo sin duda el modelo tan comercializado aunque es de obligado destacar ciertas diferencias que intuyo como en el rostro del Señor o las alas de Egudiel. La verdad es que no he encontrado otra muestra más de esta iconografía industrial que se asemeje  en todo a esta, pero eso puede explicar que años después se reformarse los moldes y se creara el modelo que luego si se comercializó hasta la saciedad. O que la misma fue una escultura valenciana, levantina seguro, que luego se le sacaría un modelo para los moldes de los tallares de pasta madera, aunque es curiosa la fotografía, más que una fotografía u estampa para una hermandad se asemeja a las más comunes de entonces que las mismas empresas realizaban para sus catálogos, lo que podría llevar a muchas confusiones e hipótesis, una por ejemplo, de que esta imagen no fuera la que se procesionase  en Linares, pero sin ser más rebuscados nos quedaremos en que esta fue la primitiva imagen de la Oración en el Huerto de Linares, mientras no se demuestre lo contrario, que las hordas iconoclastas destruyeron en la Guerra Civil. La verdad no conozco otra fotografía de aquel conjunto, aunque tuvieron que existir porque si no, ¿en que se basó  Espinosa Cuadros para realizarla?





Lo cierto es que estas circunstancias obraron a mi parecer una destacable genuinidad, basándose en un modelo de inferior calidad se realizó uno nuevo de mayor calidad, porque no hay que olvidar que Espinosa Cuadros fue uno de los más destacados escultores granadinos del siglo XX, introductor de los modelos y esencias contemporáneas en su tierra sin tener que archicopiar a los modelos de Rojas, Mora, Cano, Risueño, etc… hasta la saciedad. Aunque hay quien apunta que aquel conjunto no era un portento del arte, que incluso guardaba semejanzas con los modelos más flojos de la escuela levantina, aunque eso según se mire, porque si observamos el misterio de la Santa Cena de Granada, podremos encontrar que Espinosa Cuadros fue un gran artista y con una esencia propia que lo reconocía en su puesto destacable en la línea temporal de la historia del arte, porque hay que entender que todo lo barroco o neobarroco sevillano no es lo único bueno.
La verdad es que  visualizando algunas fotografías de sus primeros años en Linares u anteriores a sus últimas restauraciones, el cual a su llegada estuvo en una casa de la calle Santiago, donde hoy acertadamente nos lo recuerda un azulejo conmemorativo, me hace pensar que la imagen tuvo que tener bastante más esencia que quizás hoy. Eduardo Espinosa crea un conjunto –por el que cobró 2.000ptas.- basándose en un “Olot” pero insuflándole todo su arte e imaginación artística creando algo que recordaba a lo anterior pero totalmente nuevo, y lo mejor, de mayor calidad. Un Cristo frente a un ángel, todo en una misma pieza, con potencias adosadas en la coronilla como las imágenes de Olot, algo que no gustó en demasía a los imagineros de postguerra cuando les exigían casi realizar imágenes los más fidedignas a las perdidas, aunque muchos obraron como en este caso, dándole un 50% de la antigua y otro 50% de su ingenio.






Así procesionó durante décadas, donde quizás pocos valorarían todo lo dicho hasta ahora, pero que sin lugar a dudas hoy serían muchos los que se quitarían el sombrero ante esta especial iconografía, hoy con el mediático desbordamiento universal de la Semana Santa, aunque la misma presentase algunos problemas si lo miramos con la lupa de lo “tiquismiquis”, sobre todo desde la visión del creyente, que depara más en su aportación catequética que en su aporte artístico. Un ejemplo similar a lo que voy a exponer podemos encontrarlo en el misterio de la Bofetá de Sevilla, donde Lastrucci dispuso al Señor de espaldas al pueblo, es decir en el plano frontal te encuentras a Jesús de espaldas, algo que no es lo más común, incluso es complicado verle bien de frente la cara al Señor desde la trasera del paso, pero ahí sigue su hermandad manteniendo esta peculiaridad iconográfica, aunque hubo algunas en el pasado que también la llevaron, lo que le da sin lugar a dudas hoy en día una genuinidad inconfundible en la Pasión hispalense. Pues si nos trasladamos a este caso en Linares se podría objetar que al estar el ángel frente a frente, siempre se veía al Señor de perfil, incluso en la capilla, ya que todo el conjunto era un bloque inquebrantable. Aquí llegó la primera remodelación, se rompe el bloque y Cristo y ángel son separables, para su estancia en la capilla de la iglesia además de borrar la policromía original, embutida ya en la solera de la pátina del tiempo y se repolicroma nuevamente según algunas fuentes por el ubetense Bartolomé Alvarado y otras por Fernando Alarcón.

Con la llegada de la sevillanas maneras, quizá para aliviar un poco su peso y para que pudiese salir en su paso portado a costaleros en lugar de ruedas se rebaja la altura del ángel eliminando su trozo de peña de Getsemaní y dejando la típica nube por peana, incluso para ello era necesario quitarle las alas al ángel para poder atravesar el dintel de la puerta de Santa María, unos trabajos que nuevamente realizaría Alvarado, que de nuevo enriquecería con estofados en oro las vestiduras de las imágenes. La obra original se alteraba para poder procesionar sobre el actual paso que gubió el sevillano Ángel de la Feria, dejando patentes los grafismos del canasto del mismo pasaje evangélico de Sevilla, la Oración en el Huerto de la hermandad de Montesión y sin duda muy afín al arte del sevillano, ya que en sus trazas recuerda al canasto antiguo del misterio del Cerro del Águila, hoy en Huelva procesionando al Descendimiento. Un paso que cosas de las puertas de Linares, más con una antiquísima como es la de Santa María forzaba a realizar un paso pequeño para lo que quizás deberían ser las proporciones perfectas de un paso, sin duda las de su paso inspirador serían las suyas, pero la puerta es la que es, aunque el conjunto, aún muy rezumante de la esencia primitiva de Espinosa Cuadros, al ser dos imágenes la verdad que no desentonaban.






Pero llegó una nueva visión, el Cristo solo se veía por los laterales en el paso y quizás encontrarte el frontal de un paso con la espalda de un Ángel no era quizás lo más “catequético”, del cual mucho antes ya se había quitado el olivo y pasó a cobijar a la imagen del Señor en la trasera, aunque algunas fotografías antiguas nos presentaban al conjunto procesionando al revés, el Señor del espaldas en la delantera, como ancestralmente también procesionó, similarmente el misterio de Montesión de Sevilla. Quizás estas fueron las sensaciones que llevaron a su hermandad a romper la idea primigenia de los refundadores y la de Espinosa Cuadros, aunque antes se le añadieran los tres apóstoles durmientes que en nada iban en consonancia con la estética del conjunto del Señor y el Ángel, además de apretar más un conjunto escultórico demasiado grande ya para un paso que por proporciones no estaba realizado para acoger tal cantidad de imágenes. Por ello se acomete un proyecto de remodelación artística y escénica en 2005 donde se suprime la primitiva imagen del ángel y se sustituye por una nueva, realizada para poder ser revestida y en una línea neobarroca sevillana palpable, ya que salió de las gubias de Antonio Joaquín Dubé de Luque, siendo completamente diferente a lo que había, sin nube, con las alas más recogidas y sobre todo ya no iría delante del Señor. La imagen del Cristo, se vuelve a repolicromar por Dubé, con una policromía de más calidad que la que le insufló Alvarado o Alarcón, se le quita un poco más de peña dejando al aire las entrelazadas manos y se coloca presidiendo el paso, y el ángel casi detrás del Señor, basándose en la idea salcillesca pero que en nada copia aquella. Así se conseguía que se viese completamente bien el rostro del Señor aunque después la imagen se llegó a escorar un poco hacia el costero derecho y el ángel lo acompañó en el izquierdo, ofreciéndole el cáliz.
Lo cierto, es que en aquel entonces yo mismo aplaudí aquella intervención aunque no terminara de convencerme el resultado, pero creía necesario que la imagen se contemplase perfectamente. Hoy con el tiempo, influenciado en nuevos estudios y diferentes puntos de vista, pienso y sopeso que la hermandad eliminó un conjunto de tal peculiaridad que le daría simplemente más genuinidad, no solo en Linares, sino en toda España por el gran y único conjunto escultórico que poseía, y podría recuperar porque el ángel sigue en propiedad de la hermandad. En estos casos, como diría un profesor de historia del arte, si no estás contento con lo que tienes crea algo nuevo pero no rompas algo que se creó como tal, aunque salvando las distancias claro y según el caso.



Erradamente a mi parecer actuó en su día la cofradía de la Santa Vera Cruz de Bailén con su primitiva imagen, cuando decidió separar el conjunto, reconvertir la imagen en una de vestir, etc… eso sí acudiendo a artistas bastantemente más inferiores, aunque yo no soy muy de Dubé, en el caso de Linares lo cierto es que es un artista lo bastante reconocido, pero con la nueva imagen de Tirao Carpio se crea un conjunto totalmente novedoso para Bailén, sin mezclar ni recordar nada del anterior, por ello la idea salcillesca calza más perfectamente que la que intentó crear la de Linares con la iconografía de un Cristo de talla completa, neobarroco granadino que no termina de conjugar con el ángel de Dubé de Luque. Esta es una de las partes que me faltaba para la entrada que realicé por la llegada de la nueva imagen de Ntro. Padre Jesús del Consuelo en la Oración en el Huerto para Bailén, del influjo icnográfico que tuvo su anterior imagen, con el caso tan especial de Linares. El nuevo conjunto de Bailén, en su disposición iconográfica está más que acertada, así lo ideó su autor, así lo aceptaría o recomendaría seguramente su hermandad aunque por qué no, ¿no se podría haber obrado como actuó en los años cuarenta Eduardo Espinosa Cuadros para Linares, siguiendo la iconografía establecida pero creando algo nuevo, diferente y genuino pero que no borrará por completo la imagen conocida en el subconsciente de los que la conocieron y nos la legaron?... yo siempre he dicho que sustituir pero siempre recordando a lo que había, al fin y al cabo esa es la historia que se ha heredado.




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