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sábado, 11 de enero de 2014

LA DESACRALICACÍON FOTOGRÁFICA...

Me ha resultado curioso cuando recientemente he realizado una entrada donde se muestra fotografías sobre imágenes devocionales algo comprometidas ante lo que muestran, algunas diferencias que he tenido tanto en persona como por la red de redes por estas circunstancias de mostrar estas fotografías que según se miren, nos pueden mostrar aspectos mundanos, que a su vez nos pueden enriquecer en nuestro saber sobre cómo son al fin y al cabo los elementos que conforman las cofradías, o que pueden levantar el estupor de los que tan solo ven ante una imagen la figura congelada del que consideran el Hijo de Dios, su Santísima Madre y todo los Santos que conforman el calendario santoral de nuestra Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Lo cierto es que edité en este reciente caso la fotografía, porque encima pertenece  a mi hermandad y como la posible polémica la podía tener bien cerca, pensé es pasar una “censura” y meditar que hacer. Meses donde dejé aparcado el recorte de periódico y por la simple razón de mostrar el dato de la autoría o una porción de la misma, de aquella remodelación, pues al final mostré todo el documento editado, aunque ya todo el que quiera puede buscarlo en ese archivo y está a expensas de que otros tengan menos “tacto” que yo y la publiquen. Incluso otra de mis entradas en torno a estas fotografías, en su día decidí eliminarla, con todo mi dolor, porque fue el mismo hermano mayor de esa hermandad, el Nazareno de La Rambla (Córdoba) el que se expuso a mi buena voluntad y a mi corazón cristiano para que quitase esa fotografía, también publicada en un libro, pero según me comento él, sin el consentimiento de la hermandad.
La verdad, que aunque pueda estar muy en desacuerdo con algo, nunca creo que llegaré a dejar algo a sabiendas de que verdaderamente hiere la sensibilidad de la personas, la verdad no soy tan malo… Otra de este tipo de entradas (ver aquí), versaba sobre una fotografía de mucho impacto, la imagen protagonista no era una cualquiera, era uno de los iconos devocionales de este planeta, Ntro. Padre Jesús del Gran Poder de la capital hispalense. Era una instantánea de la imagen del Señor de Sevilla, tumbado, cubierto gran parte de su cuerpo por una tela blanca donde los hermanos Cruz Solís e Isabel Pozas acometían sus labores restauradoras sobre una de las imágenes más castigadas por los avatares del tiempo. Parecía una escena médica en toda regla, fotografía más que conocida nada más que por la simple razón de que la puedes encontrar en internet. La verdad, que siendo su hermandad como es, que se desgarraron las vestiduras al conocer una copia del Señor tan exacta (Almería) pensando que alguien le había mostrado al autor de aquella copia, José Antonio Navarro Arteaga, la imagen de Juan de Mesa desnuda, luego no muevan un dedo al conocer la filtración de estas fotografías que podrían herir la sensibilidad del devoto.

Por aquella entrada, algún anónimo, cuando daba libertad a que la gente rebatiera mis pareceres, encima enmascarados tras la vil mascara del anonimato, me comentó o me censuró por mostrarla. Pues bien, el pasado jueves la fotografía ha vuelto a ser publicada, con una calidad magistral en la conocida revista cofradiera “Pasión en Sevilla” del diario ABC, y no solo esa sino otra centrada en el rostro del Señor, donde se vislumbra algo el pecho y algunas señales de los trabajos restauradores sobre la misma. Pues yo lo aplaudo, por la simple razón de que gracias a estas osadías “entiendo” algo más de imaginería y porque no, de restauración, gracias a esto observo lo que los especialistas nos cuentan y gracias a ello, me siento en la satisfacción de saber que hoy en día a un “profesional” le costaría un poquito “metérmela…” y ya he vivido una experiencia de ese calibre… incluso gracias a esto, y ya limitándolo al entorno privado de las hermandades y los cabildos, es bueno mostrar estas fotografías, quizás muy faltas de divinidad, pero necesarias para que una junta tenga claridad y transparencia con sus actuaciones ante los “dueños” de las imágenes a las que rinden venerada devoción, y así no caer en una espiral de malos pensamientos. Además que es misión de una hermandad la formación cristiana y eclesiástica de sus hermanos y hacerles entender la significación de la cosas. Anoche mismo, por enésima vez escuchaba a un sacerdote tras una bendición patrimonial y artística, la necesidad de saber entender que la materia y la estética debe ser siempre un medio para llegar a la mística, y que entender de aspectos mundanos en torno a los achaques de nuestras imágenes no tiene por qué borrar ni un ápice de la veneración que se siente por esa imagen. Me consta y lo agreden muchos “incultos” – aunque otros aprendan y les cueste claudicar ante este “enterao criticón”- de estos menesteres, este énfasis mío por mostrar estas fotografías, porque entienden que con ellas alcanzan un peldaño más en su formación cofradiera, porque no olvidemos que las cofradías son además cultura, por eso a veces no entiendo como muchos de los que se han beneficiado de estas osadías para llegar a convertirse en buenos eruditos son los primeros que ahora se desgarran las vestiduras. Que estas fotografías se puedan utilizar fuera de contexto y obren sobre ellas con la mofa, en este mundo estamos expuesto a todo y a todo mal, a veces por ignorancia y otras, las muchas, guiados por el de los cuernos y la cola con punta de flecha…

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