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lunes, 13 de enero de 2014

BAILÉN 1991. MARTES SANTO

El Martes Santo de 1991 en Bailén fue un año más el centro de las devociones del pueblo. Es lo que nos muestran las imágenes, las ya tradicionales filas o tramos de personas de paisano acompañando a la que podríamos calificar, como el Hijo de Dios según Bailén, el Cristo de Medinaceli. Poco más que aportar en lo novedoso al año anterior, nos encontramos a la imagen, fiel reflejo de la imagen madrileña que comercializó los tallares de Olot sobre su entonces nuevo paso de los talleres de Díaz Roncero de Córdoba, del que aún recuerdo que muchos años lo llamábamos “el trono nuevo”. Se asentaba la estética en el exorno floral, cerrándose más en los colores Cristíferos; rojo y morado y sus características piñas de clavel escoltando al Moreno del Santo Cristo. El “gitano” como también lo llamaban por entones su magistral cuadrilla de anderos, cuando aún no se sabía cuál era la correcta denominación para estos hombres, según el estilo que tenían de portar los pasos y acabó por implantarse la definición más asentada o popular en España proveniente de la popularísima Semana Santa sevillana… la del costalero. Una larga hilera de luz de la cera, entre nazarenos y devotos de paisano iluminando su caminar, cuando bajaba por la calle del Almendral, buscando María Bellido para alcanzar esas dos vías continuas de diferente denominación pero que en Bailén es una y conocemos como calle Real, la calle céntrica y más popular del pueblo, era por decirlo de alguna manera… la carrera oficial aunque no hubiese tribunas ni sillas. Perfectos los movimientos de la cuadrilla, en su estilo, la cual aún salía en la noche del Martes Santo erguida sacando las andas del Medinaceli en lugar de hacerlo con rodilla a tierra como después se implantó en los hombres comandados por el recordado Bernabé Limón.
Tras Él, nuevamente Ntra. Sra. de los Siete Cuchillos, la actual imagen de la Santa Mujer Verónica procesionando en su última Semana Santa con el alto rango de Madre de Dios y de los hermanos cruceros y rodeada de los grandes estrenos de la hermandad para aquel año, como el palio y el manto, y como dije en la anterior entrada, sin la curiosa forma que tuvieron de empujar sus trono de ruedas simulando el movimiento de los costaleros en el compás de la bambalina de la jornada anterior. Cuanto desbordamiento de luz natural por entonces, que no se puede conseguir ni un buen plano de la Virgen como no sea acercando el objetivo de la cámara, incluso llenado de focos hasta los rincones del techo de palio. Hoy poco a poco se está consiguiendo en general eliminar la luz artificial, que hace su servicio perfectamente pero en nada colabora con la belleza estética de los pasos procesionales…  nunca se mencionará al cansino que lleva años demandándolo, siempre para aportar, pero bueno lo importante es que se consiga crecer y entender todas estas circunstancias.
El Señor caminante al compás de un tambor, la música siempre era para “cerrar”, por muy plana y poco agraciada que fuera la música de aquellas bandas, aun el mundo de la música era algo tan secundario que nadie señalaría a una hermandad por llevar un paso en silencio, mejor así, porque con ello no se juntaban pasos y se llevaban formados los dos tramos como requiere más los cánones de una correcta formación y su derroche estético, porque una procesión también requiere de su cuidado estético. Lo cierto es que me sigo preguntando que pasó con aquellas más que dignas multitudes que abrazaban las procesiones. El Martes Santo de 1991, como reflejan las imágenes con demasiada atención a los saeteros, acabó con el derroche de fuerza de la cuadrilla del Señor, realizando las ya tradicionales reverencias bailenenses, en lo que solemos llamar, los “saludos”, algo que parece ser este último año ha pasado a la historia, los alzamientos malagueños darán paso al caminar de los pasos desde el interior, con el estreno de la primera fase del nuevo paso para la hermandad que sustituirá al que contemplamos en las imágenes y que será portado desde el interior como hemos podido comprobar en algunas webs locales que han dado la noticia como es la nueva parihuela y el diseño del nuevo paso, siguiendo el canon implantado en 1692 por Francisco Antonio Ruíz Gijón con el paso del Gran Poder de Sevilla, germen del que parte el resto de pasos de esta tipología hasta nuestros días, siendo el autor del proyecto como no podría ser de otra forma, el toxiriano José Miguel Tirao Carpio.

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