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martes, 26 de agosto de 2014

LA EXPIRACIÓN CERÁMICA...

Seguramente sería hace veinte años, porque en 1994 fue cuando comencé a embelesarme con esta pasión que es conocer el universo cofradiero, siendo la línea de salida aquellas cintas del Correo de Andalucía, donde paradójicamente se mostraban en cada entrega la salida de dos hermandades hispalenses encuadradas en aquellos primeros años de la última década del pasado siglo. Fue un torrente de nuevos conceptos los que entraron por mis pupilas, y la verdad eran vicisitudes que me embriagaban y me hacían comenzar a sentir que en esto de la religiosidad popular, la capital hispalense es punto y aparte y que ¿por qué no seguir sus postulados? Sería con Jesús Despojado o quizás con La Candelaria, pero lo cierto es que en aquellas imágenes aparecían unos detalles que la verdad me apasionaron, algo que ya me hacia comenzar a soñar con verlo en las fachadas de las capillas y templos de las cofradías de mi pueblo… no podría ser otra cosa que los mosaicos de azulejería religiosa, que por este matiz se les conoce como retablos cerámicos.
Una pintura, algunas más fehacientes a la imagen real otras menos, mostraban en la puerta de los templos sevillanos las imágenes titulares de las cofradías que allí residían. Es Sevilla, y sobre todo desde Triana, una enamorada de la decoración con este genial arte del mundo de la cerámica. Una ciudad de tanta raigambre religiosa también tenía que verse afectada por este arte para con las cosas de Dios, donde desde la noche de los tiempos ha decorado el callejero de la vieja Híspalis con azulejos donde se mostraban idealizaciones de las figuras divinas para seguir catequizando al pueblo cuando los templos se encontrasen cerrados. En 2012 se conmemoraba el centenario del primero dedicado a una imagen titular de la ciudad y casi seguro del mundo, donde gracias a la invención de la fotografía, los ceramistas ya podían realizar sus obras lo más fehacientemente a la imagen real, no podría ser otra, el Señor de Sevilla, en la fachada de su entonces templo, San Lorenzo, el Gran Poder habría una veda que seguirían hasta la saciedad el resto de cofradías de la ciudad y por ende, por ser Sevilla el modelo más imitado, al resto de Andalucía y fuera de ella… por ejemplo, cierto día caminando por Ciudad Real me pude encontrar un azulejo dedicado al Prendimiento de ciudad manchega.

La sevillania exportada a otros rincones del país fue mayoritariamente la razón de que las ciudades se llenaran de estos elementos decorativos y catequéticos, donde incluso no existía esta tradición ornamental. Por ejemplo, aquí en Jaén, en Linares, la primera ciudad en ser afectada por la idiosincrasia sevillana, pronto coronó una de sus calles más emblemáticas con un azulejo en honor de la Virgen que trajo todo aquello, la Virgen del Rosario, siendo hoy uno de los emblemas que definen los rincones más populares de Linares… la calle Rosario ya no sería la misma sin su azulejo de la Madre del Soberano… con los años, azulejos redecoraron las fachadas de San Francisco o Santa Bárbara, porque una de las funciones de estos retablos cerámicos es el de anunciar qué imágenes reciben culto en su interior o como ocurre con el del Rosario y su Hijo del Prendimiento en la plaza del Ayuntamiento, donde “sacralizan” lugares apartados de las sedes de estas hermandades para darle a la ciudad aún más carácter de la esencia religiosa predominante e incluso del poder social de las cofradías entre otras muchas más circunstancias. Hoy día, la globalización y las facilidades de las nuevas tecnologías están aportando mucho más para la extensión de este arte, ya no hace falta tener una cofradía con connotaciones sevillanas, basta una excursión cofradiera o no, para ver las grandes ciudades andaluzas repletas de estos retablos cerámicos o navegar por cualquier web como puede ser esta y admirarte de estos asuntos que también conforman el mundo de las cofradías.
En definitiva, que para hablar de retablos cerámicos nos faltaría blog, espero que sirva esta bosquejo para la esencia de esta entrada. Hace no tantos años, comencé a comentar en los entornos cofradieros de la red de mi pueblo, que esto sería otra aliciente más para el engrandecimiento de las cofradías y por ende, del embellecimiento del casco urbano –aún recuerdo mi buen amigo Vicente destacando que en Bailén sobre todo, pueblo alfarero por antonomasia, debería estar sobrado de estos retablos callejeros-, porque normalmente estos trabajos suelen ser obras de arte, aunque también existe los trabajos en serie en esta faceta como el que yo mismo poseo en mi azotea del Gran Poder. En lo que respecta a los lugares públicos, prácticamente Bailén conocía una plaza de fuertes tintes andaluces y un cierto aroma a la arquitectura de Sevilla. La Glorieta Virgen de Zocueca, en la popular calle María Bellido era coronda con un azulejo de la Patrona de Bailén, un azulejo que desconozco el autor, que debido a la mano destructora de los desaprensivos fue sustituido recientemente, ante el gran deterioro que presentaba, por una semi-copia que sigue hoy día engalanando la bella plazuela bailenense.
En cierta ocasión, en la que ya hablé de esta temática en este mi blog, hice una cronología histórica - muy corta la verdad pero la hay- de los retablos cerámicos públicos en honor a las imágenes religiosas bailenenses, centrándome sobre todo en las de las cofradías. Un azulejo del Nazareno “el viejo” que ornamentó algún tiempo la fachada de su capilla y que fue retirado sin que este sepa el por qué fue unos de los ejemplos que mostré. Tuvo que ser la sevillania que insufló don José Antonio Balboa durante su ministerio en la parroquia de San José Obrero la que abriese la veda definitivamente con un portentoso retablo cerámico para uno de los cúlmenes de su carrera, la dedicación de una imagen de la Madre de Dios con la advocación de su Amor Hermoso, una obra realizada en Bailén por el taller “La Casa del Artesano”.
Pues recientísimamente estamos de enhorabuena porque los pinceles de la Casa del Artesano han vuelto a realizar un retablo para la anunciación, catequización, embellecimiento y también culto de una de las imágenes titulares de la ciudad, en la fachada de la popular ermita del Santo Cristo con una decoración muy afín a los modelos primigenios sevillanos a la hora de enmarcar a las imágenes, en esta ocasión, el Santísimo Cristo de la Expiración, titular de la cofradía de la Santa Vera Cruz y a su vez el que sobrenombra el título de la ermita o capilla.  Al parecer la base para la pintura la ha realizado Joaquín Castro creando una composición donde en el arco de medio punto se corona con dos ángeles que enmarcan el actual escudo de la cofradía. En la parte inferior se abre una cartela con la historia de la capilla y la imagen mientras que a ambos lados, en las columnas, sendas cartelas anuncian dos fechas; 1558 como fecha más antigua documentada de la existencia de la primitiva hermandad y 2013 como el año en que supongo se realizó el azulejo, aunque será bendecido el próximo día 12 de septiembre del año en curso. En la parte inferior igualmente en ambos lados aparecen en pequeñas hornacinas los antiguos patronos de Bailén, San Andrés y Santa Gertrudis y como no, reinando sobre todo, tras un fondo de un cielo cubierto por nubes la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración tomado desde una perspectiva lateral, sobre su nueva cruz y presentando su actual apariencia con las nuevas potencias.






En los días en que la ermita se encuentre cerrada, en el recibimiento cuando la misma esté abierta, en los cultos, en las salidas procesionales o en la soledad de la mañana, tarde o incluso madrugada, gustará para los creyentes, cofrades y hasta capillitas detenerse a lo que sea, a lo que surja, espero que los destructores nunca elijan ese camino en el anonimato de la noche y que este azulejo siempre nos pegue el pellizco que cada uno sintamos, cada vez que paso por la glorieta miro a la patrona, cada vez que paso por San José miro al Amor Hermoso, ahora cada vez que pase por esta capilla donde se plantaron los cimientos de mi pasión, le echaré… lo que surja al que en mi familia siempre hemos considerado nuestro Cristo…

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