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domingo, 17 de agosto de 2014

... Y LA CENA ANDUVO COMO TENIA QUE ANDAR.

Dejándome caer hoy por el costero de Almería, pero solo para fijarlo, quizás para marcar la revirá… hablar siempre de la Semana Santa almeriense o más bien pensar en ella me lleva hasta su calle Ricardos, su iglesia de San Pedro, su apagada mansedumbre en la noche donde una capilla parecía un lujoso restaurante celestial y los comensales pegan el pellizco de la gracia, a aquel aire entrecortado esperando el inicio de la gloria, para ellos, hermandad de la Cena y una nueva gloria que se habría para los sentidos para este simplemente capillita.
La última vez que hablé en estas páginas de la Cena de Almería, aquella mole de arte que atraviesa cada Domingo de Ramos el centro de la ciudad mediterránea era para exaltar los diferentes conjuntos sobre este pasaje evangélico, el que abre la pasión del Nazareno y cuando me detenía en sus características, uno de sus “legionarios” me advertía de que aun un sueño seguía vigente. Les hablaba como andaba su cuadrilla, grupo humano con mayúsculas de la Semana de Dios en Almería, una de las cuadrillas andaluzas que más ha trabajado en los últimos diez años para conseguir solo un objetivo, ser una gran cuadrilla de costaleros para pasear al portento devocional y artístico que creara un entonces desconocido Navarro Arteaga. Cuanto buen gusto y buen hacer en esta cofradía, cuanta sabiduría y cuanta clase debajo año tras año, siempre creciendo. Un ejemplo de ese regustazo es esa vestimenta del Señor, como también revisten al Dios de San Pedro como el Greco vistió su nazareno, como la liturgia aconsejaba, túnica roja y manto hebreo azul…




Cuando tuve la dicha de acompañar musicalmente hablando a este misterio, ellos como Almería quizás se veían afectados por una necesidad, que no era otra que “llamar la atención” y con esto me refiero, a adoptar un estilo que llamase, a la devoción  pero sobre todo a la afición. “Rompe la Cena” era uno de sus gritos de guerra, porque el cenáculo almeriense, como dije aquel día seguía la práctica y la esencia que inventara un tal Juan Vizcaya para las cuadrillas de Triana. El izquierdo, el costero, el largo, los tres pasos, etc… la Cena caminaba por Almería tal vez buscando el aplauso que no se resumen en tocar las palmas, que da estas “coreografías” como algunos capataces ya han tildado. Se conseguía el arte efímero para este barcazo del alto canasto en “V” que retrotraía al galeón del Herodes sevillano…

Abajo dos grandes costaleros trabajaban, discutían con quien riñera su filosofía para impregnar el buen hacer a la que habían convertido en su cofradía almeriense, aunque ellos el veneno cofradiero se lo inyectasen en la otra punta de Andalucía, en la onubense Ayamonte. En esta ciudad, Sevilla y Almería estos dos costaleros desarrollaban sus pasiones cofradieras, que es ir bajo un paso. Basilio (Kiski) y Agustín eran y son, u eso creo un ejemplo de alguien que en el mundo del costal lo podían tener todo y aun así han seguido soñando en trabajar para la cuadrilla de sus amores allá junto al mar donde Dios grita aquello de “este es mi cuerpo”. Salir bajo el Beso de Judas con Reguera, también en el Cerro del Águila, el palio de la Concepción o ir en la histórica hermandad de los Ariza, en La O de calle Castilla es un corriculum que más quisiera algunos de los foráneos apasionados de las cuadrillas sevillanas.



Pero ellos siguieron trabajando, ilusionados por su cofradía almeriense la cual fue moldeándose como ellos, hace años me iban contando como creían, debería ir su cofradía. Supongo que esto es trabajo de más personas, es bello ver a todos caminar en una misma dirección, pero la Cena se fue “enmusteciendo” y el alma de San Juan de la Palma comenzó a ser la base de inspiración, de Triana a la mítica Híspalis. Nazarenos blancos de cola atraviesan una Almería dibujando una estampa que en aquel 2002 no viví. Se transformó la cofradía, incluso el paso de palio del que les tengo que hablar algún día, que me paro poco por Almería y ya en estos dos últimos años, el paso ha andado como tenía que andar, como me espetaba Agustín García en aquella entrada ya desfasada ante la evolución de los tiempos. En aquellos días pedían un estilo Cigarreras para el compás de la Cena, seguramente el modelo de la Cena hispalense aunque entonces la sevillana no fuera un portento en técnica, nada que ver con los “paseones” que le pegan hoy los hombres de los Palacios. Siempre de frente, con decisión, que la música siempre sea un complemento, la Cena de Almería lo ha conseguido, ha dejado atrás la quizás necesidad de los cambios para atraer a la gente, hoy día se ha conseguido que la cuadrilla que comanda Manuel Flores López “el tri” se sienta costalera sin necesidad de una coreografía para querer disfrutar del trabajo del costalero. Da gusto ver los videos, donde el galeón quizás ha conseguido su definición perfecta, la del arte efímero que en movimiento concluye la obra del tallista, la obra de arte es su magnitud. Música de todos los colores, incluso la polémica “El Refugio de una Madre” marca el camino del cenáculo de Arteaga, pero siempre con decisión, de frente, con elegancia, entre el Herodes y la Bofetá, que sé yo bien, les encanta a estos dos hermanos costaleros, ellos que me enseñaron que era aquello del costalero saca pasos y en sí que era la devoción y la fe sin confundirlas. Valga esta buena noticia como homenaje para ellos, que son una parte más de mi aprendizaje, las redes sociales me muestran que Agustín –cuantas y cuantas charlas enriquecedoras con él, muchas veces las hecho de menos- ha igualao en uno de los pasos más complicados, donde las chicotás deben ser siempre de frente, en la cuadrilla del matrimonio. Mucho cachondeito de su gente en su despedida donde vistieron a este confeso anti-madridista con la nueva equipación rosa del equipo de “Madriz” como tantas veces me lo definía estos locos por el Sevilla FC, algún defecto tenían que tener, así que como has conseguido ver y sentir a tu Cristo de la Cena, con permiso de Pasión de Excombatientes, que te vaya la vida tan de bien cómo anda tu cuadrilla, camina esta chicotá como tanto ansiabais,  siempre de frente porque aún sigue por Almería rompiendo la Cena…

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