AMPARO PARA EL FINAL DEL CICLO...

Ya lo vengo diciendo, cada vez son o serán menos por no decir que se pueden contar con los dedos de una mano las salidas letíficas de este año del Señor de 2010 en la ciudad de Sevilla y en si en el resto de Andalucía.

Y qué mejor que pararnos en la incomparable iglesia de la Magdalena de Sevilla donde esta tarde si Élla lo quiere saldrá en su salida anual, la Virgen del Amparo.

Con la Reina de todos los Santos ya comente el “poderío” de su hermandad dentro del círculo de las cofradías de gloria y seguramente esta sea la otra “grande” de la ciudad en lo que se refiere a devoción, solera, presencia, elegancia, etc…

A primeras horas de la tarde se echará a la calle el paso presidido por la Virgen del Amparo a las ordenes de Ismael Vargas y al compas de la banda de música de las Cigarreras de una de las devociones antiguas de la ciudad en aquellos años que se pierden en la noche de los tiempos donde estas imágenes eran las verdaderos puntos de referencia de los rezos y suplicas de los sevillanos y donde las cofradías de penitencia estaban muy por bajo de estas cofradías y para nada con el tirón que tienen hoy en día, siglos después.

La patrona de la feligresía es una de las mejores tallas que posee la ciudad en torno a la figura de la Virgen Santísima con el Divino Infante en sus brazos. La Virgen obra anónima pero atribuida con mucho fundamento a Roque Balduque a mediados del XVI –autor de la Reina de todos los Santos- sostiene en su mano derecha un corazón alado de orfebrería, como anagrama o signo de su nombre de esta imagen de talla completa que luce en su salida manto, este año siendo novedad el estreno de la restauración del manto bordado en 1851 –siendo el manto más antiguo documentado de la ciudad- por Manuel María Ariza y que ha recuperado en todo su esplendor el artista astigitano Emilio José Gómez Moreno.

Ello lo hará sobre su paso procesional, otro ejemplo de las grandes joyas que esconde estas hermandades más desconocidas para el mundo cofrade y que fuese realizado entre 1927-28. La talla pertenece a Antonio Corrales, Rafael Domínguez y Luis Domínguez sobre un proyecto inicial, con modificaciones e incidencias sobre la marcha, atribuido al Sr. Montenegro. El paso sigue la línea de los pasos de gloria con altos candelabros arbóreos rematados por un farol de orfebrería realizados estos por Jorge Ferrer y peana, siendo esta el único vestigio que queda de unas anteriores andas siendo realizada la peana por Lucas de Prada en 1831 siguiendo uno de los dos diseños que ejecutó desinteresadamente el Arquitecto mayor de la ciudad don Melchor Cano que viene a conformar uno de los conjuntos letíficos más armoniosos de la ciudad que unida a la exquisita música y el incomparable marco de barrio de la Magdalena hacen de esta salida otoñal una de las ultimas delicias para el cofrade, que ya si tendrá que esperar a que pasen la inminentes navidades para adentrase una vez más en el aroma morado que nos recuerda una nueva cuaresma….