Buscar este blog

miércoles, 17 de noviembre de 2010

UN PASO MANIERISTA DEL SIGLO XXI...


Muchas veces se discute en ámbitos cofrades no pertenecientes a Sevilla la idoneidad de que otras ciudades y pueblos sigan las formas y modelos de la capital hispalense para con sus cofradías. Muchos de ellos opinan que para realizar una simple copia mejor es estarse quieto, pero otros intentan diferenciar entre copia e inspiración.

Copias de la Semana Santa sevillana existen en Andalucía y fuera de ella que también tendría para un estudio, pero también hay hermandades que han querido beber de la idiosincrasia de la ciudad de la Giralda, en su poder de atracción patrimonial basado en unos modelos que siguen calando hondo en el pueblo como fueron los del barroco, su respeto por el mas estricto respeto de la liturgia tradicional, su sentir cofrade en el que la vida de hermandad y en si la cultura de la Semana Santa se extienden a lo largo de los 365 días del año y no solamente a una semana y por qué no, su puesta en escena a la hora de echarse a la calle en estación de penitencia y su más que asentada, estudiada y perfeccionada manera de cargar los pasos a la que se le puede añadir la creación de un estilo musical exclusivo para la celebración, también realizado desde el más escrupuloso perfeccionamiento y respeto a las normas musicales, creando con ello una música de calidad y no simples “coplillas”, “chirigotas” o “pitorradas” como a veces se piensa sobre esta música en el colectivo social.

Un buen ejemplo a mi parecer es el que traigo a esta nueva entrada ocurrido en la Semana Santa de Córdoba. Una ciudad que claramente está influenciada por la Semana Santa sevillana prácticamente en el 99% de sus cofradías, con buenos ejemplos de trabajo propio y evolutivo que lo podríamos denominar como una ampliación del estilo sevillano al resto del mundo y que de seguir este ritmo, tendrá que llamarse “estilo andaluz”.

Lo más curioso es este nuevo giro de tuerca a las formas sevillanas es que se da en lo que se viene a llamar “hermandad seria” o de “negro”, “silencio”, Fúnebre”, etc.… en lugar de las hermandades populosas de barrio con grandes paso de misterio como es más habitual.
En el Viernes Santo del año 2007 la hermandad del Santo Sepulcro de la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos (Compañía) estrenó una espectaculares andas y urna para su titular, una antiquísima imagen de Cristo Yacente de autoría anónima de finales del siglo XVI o principios de la centuria siguiente, dentro de los postulados de Juan Bautista Vázquez “El Viejo” dentro de la estética Manierista.

En este estilo podríamos encasillar estas andas, en una corriente” neomanierista” que viene a recordarnos los modelos usados en aquellos tiempos para la realización de retablos y que hoy en pleno siglo XXI se han adaptado como se hiciese en el barroco a los pasos procesionales de las sagradas imágenes. Vino a sustituir a las antiguas andas de gran calado popular –por su gran deterioro- realizadas en madera oscura barnizada por autores como Antonio Castejón, Francisco Ruíz, Rafael Juliá Villaplana, Antonio Corrales León, Manuel Manosalvas y Antonio Rubio comprendiéndose su hechura entre los años 1874 y 1982 de un paso que calzaba veinticinco costaleros.

Las nuevas andas cambian por completo la estética conocida por los cordobeses con un paso dorado ideado por Jorge Mellado Lucena siguiendo algunos parámetros del anterior paso en lo que se refiere a la iluminación como tal y escogiendo el estilo del tiempo en el que fue realizada la imagen del titular.

He aquí un nuevo ejemplo de lo que he venido comentando en entradas anteriores sobre la existencia de profesionales que pueden trabajar igual o incluso mejor sin tener que acudir como ha sido costumbre en las últimas décadas a la ciudad de Sevilla, de cómo se puede conseguir nuevos e interesantes resultados de la estética creada en la capital de Andalucía sin tener que acudir a sus a veces inaccesibles talleres por su altas pretensiones económicas.

El elenco de artistas que han trabajado estas curiosas andas pasa por la ebanistería de Juan Pérez Sánchez, la talla de Pedro Sánchez Poveda, diseño de la orfebrería a cargo de Manuel Varela Pérez con la realización del mismo y Ángel Cano Flores, Hermanos Zamorano y Manuel Alonso Durán –se han seguido utilizando cuatro jarras del anterior paso realizadas por Hermanos Zamorano y Manuel Varela en 2001-, contiene óleos con prefiguraciones de la Sepultura y Resurrección de Nuestro Señor de Luis López Pereda siguiendo el programa iconográfico que propuso el Rvdo. D. Pedro Cabello Morales corriendo el dorado de todo el conjunto al taller cordobés de Ángel María Varo Pineda pasando a calzar estas andas treinta costaleros que cubren unos faldones realizados esta vez sí en la provincia vecina de Sevilla, en concreto en el taller de Jesús Rosado Borja de la ciudad conocida como “la sartén de Andalucía”, Écija –este igualmente un taller por entonces desconocido que ya ha sido requerido para importantes trabajos en la capital como la restauración del palio de las Cigarreras o el manto de la Exaltación o San Isidoro-.




Según palabras el día de la presentación de la obra del historiador Alberto Villar y en la que estuvo presente el actual Arzobispo de Sevilla Juan José Ajenjo sobre la obra:

"Todas las bellas artes se dan cita en este paso” y catequéticas; “el carácter triplemente catequético del paso por un lado, donde se ha hecho catequesis histórica, al utilizarse la estética manierista, propia de los años en que se hizo la imagen, hacia 1600, una época de crisis y turbulencias como la que ahora vivimos. En segundo lugar catequesis artística, realizada por el grupo de artistas y artesanos que han hecho este paso, cofre y joyero de la imagen sagrada y catequesis pura, teológica y pastoral con el amplio programa iconográfico que incluye el paso, con citas bíblicas en latín y tablas al óleo que muestran escenas de la Sagrada Escritura”.






Tras Él un paso palio fiel a los cánones de una hermandad de este tipo el cual ya “rescató” la desaparecida costumbre sevillana del siglo XIX de representar bajo palio la llamada “Sacra Conversación” con la imagen de Ntra. Sra. del Desconsuelo en su Soledad -obra de Duarte de 1977, donde aquí si se optó por Sevilla- junto a San Juan Evangelista y María Magdalena obras del cordobés Miguel Ángel González Jurado en 1995 y que en estos últimos dos años ha estado tan de actualidad en la capital hispalense por su recuperación por parte de la hermandad del Sol.

Palio de reminiscencias clásicas de cajón, siguiendo también una estética neomanierista con el trabajo orfebre cordobés en las bambalinas, varales, candelería, jarras, etc... Y el bordado en el techo y los faldones igualmente de Jesús Rosado.

Al elegante compas que imprime en sus cuadrillas el capataz Luis Miguel Carrión “Curro” avanzan silencioso –con música de capilla y escolanía- en la triste noche del Viernes Santo cordobés esta elegantísima hermandad en sus formas que aunque beben de la idiosincrasia Sevilla han sabido evolucionar, basándose también en la antiguas formas que esconde la historia de su no menos bella y apasionante ciudad, Córdoba.

Fotos: www.hermandaddelapasion.org/










No hay comentarios:

Publicar un comentario