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jueves, 15 de septiembre de 2011

EL TRONO DE MADERA DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES.


Así es como los que ya peinan más de una cana llaman al actual trono del Cristo del Buen Morir o de la Soledad de Bailén. El trono de madera barnizada que posiblemente desde los primeros años de la década de los sesenta del siglo pasado procesionase la venerada imagen de la que hoy se celebra su festividad Ntra. Sra. de los Dolores, la gran devoción mariana –con permiso de la Virgen de Zocueca- de mi pueblo. Y por ser hoy su festividad – aunque el día de las Lolas sea siempre el Viernes de Dolores, preludio de la semana más grande- me gustaría hablar sobre los pocos avatares que conozco sobre ese trono, de líneas correctas aunque con la talla de algunos bustos y cartelas de iconografía pasionista con un cierto interés artístico. Paso emblema en la historia reciente de la Semana Santa local ya que fue el primero que fue adaptado para ser portado por una cuadrilla de hermanos anderos, la primera constituida de estas características en la ciudad allá por los años ochenta del siglo XX.

Trono de “autor anónimo”, por lo menos es lo que único que se conoce del mismo aunque también es cierto que nunca he indagado lo suficiente y por los cauces más correctos para averiguarlo, pero usando la maldita costumbre de este pueblo del “boca a boca” puedo añadir que al parecer este trono, entonces paso de ruedas fue adquirido posiblemente gracias a la gestión del cura párroco de la Encarnación, seguramente don Francisco Caballé para su utilización en las procesiones del pueblo.
Y aquí es donde viene a colación las primeras fotografías de la entrada donde se vislumbra un paso que no les será reconocible a los bailenenses que lean esta entrada, que me consta no son pocos… el mismo pertenece o lo hizo a la hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno de la ciudad renacentista de Úbeda en el que podemos ver esa antigua sacra conversación donde procesionaba la Virgen de los Dolores, San Juan Evangelista y en este caso la santa mujer Verónica. “Las hordas del marxismo” tal como se expresaban en la época – aunque dudo que el nivel intelectual de aquellos llegara como para saber que era aquello e incluso quien fue Carlos Marx- destruyeron la imágenes de la antigua cofradía ubetense con lo cual en los duros años de la postguerra tendrían que levantar de sus cenizas a la cofradía de la mañana del Viernes Santo ubetense. Jacinto Higueras renacería al llamado “Señor de las Aguas” y Amadeo Ruiz Olmos a la dolorosa en 1942 junto al valenciano Vicente Bellver que realizaría las imágenes del evangelista y la piadosa mujer de Jerusalén entre 1943 y 1945 –sustituidas en 2005 por las actuales de Bartolomé Alvarado Carrasco-. El trono no he podido confirmar aun su autoría pero comparándolo con el trono de Jesús Preso de Torredonjimeno es prácticamente evidente que lo tuvo que realizar el artista de la cercana ciudad de Torreperogil (Jaén), José María Trillo Olivares autor asimismo documentado de las andas toxirianas y el cual tuvo trabajos paras las cofradías de Úbeda.

Aquel trono sería sustituido por uno de nueva ejecución en 1959 realizado en el entonces taller ubetense del malagueño Francisco Palma Burgos –autor curiosamente del Jesús Preso de Torredonjimeno-, que igualmente realizaría una nueva dolorosa, la actual y que cosas del destino acabaría en Bailén, el trono digo aunque de esto hablaré en otro momento. Por entonces con toda probabilidad el taller de Palma Burgos habría realizado el retablo del Cristo de la Expiración de la parroquia de la Encarnación y el nuevo busto de San Juan Evangelista, todo ello gracias a gestiones de anteriormente mencionado presbítero, motivo por el cual me hace suponer que el mismo compro de segunda mano con el asesoramiento del eterno artista malagueño aquel trono para que sobre el mismo procesionase la bella dolorosa de José Romero Tena. Mi padre siempre me ha contado que aquel trono se compró en Úbeda y tal como vemos en las fotografías ubetenses, constaba de dos cuerpos que en Bailén se separaron para formar dos pasos diferentes para ser acoplados a chasis mecánicos para ser transportados por el sistema de ruedas. La parte inferior pasó a la Virgen de los Dolores y la parte superior para la Santa Vera Cruz, en el cual procesionaria a sus titulares como podemos ver en esta desaparecida estampa de Santa María Magdalena en la mañana del Viernes Santo por la calle García Morato, antes de que la sustituyera la santa mujer Verónica en 1992 aunque años antes procesionaria sobre el actual trono del cordobés Díaz Roncero. Aquel pequeño trono de madera oscura, corta filigrana y destacable cartela frontal donde se representaba el encuentro de Jesús con la Verónica en la calle de la Amargura lo conoceríamos los de mi generación como el trono antiguo de la Virgen de los Siete Cuchillos hasta que se sustituyese en 1996 por el actual de “usanzas” sevillanas, siendo vendido si nuevamente el “boca a boca” no me falla, a la ciudad de Guarromán.




Aquel trono, el cual parece ser no trajo consigo los candelabros que observamos en las fotografías, seria readaptado para ser portado por varales exteriores y la inclusión de un palio para que procesionase la Virgen de los Dolores sobre los hombros de sus hermanos hasta que fue sustituido por el actual, consistente en una parihuela con respiraderos de orfebrería cordobesa realizados en el taller de Gonzalo Angulo de Lucena (Córdoba). El trono dormiría el sueño de los justos unos pocos años hasta que volvió a ser reutilizado para procesionar al nuevo titular cristífero de la antigua hermandad de la Soledad -que antaño tuviese como titular al Santo Entierro- el Cristo crucificado que fue bautizado con la advocación del “Buen Morir” aunque todo el mundo lo llame de la “Soledad” por ser esta la denominación de la ermita y sede donde recibe culto durante todo el año, la serena muerte del Dios que sacase de la madera el cordobés Miguel Arjona Navarro hace ahora veintiún años. En los últimos años, este paso ha sido restaurado por los talleres de Santiago Lara de Socuéllamos (Ciudad Real) -autor del actual retablo de la patrona de Bailén-, el cual modificó el sistema de anclaje de los varales a lo que podríamos definir como canasto, dándole más altura y repolicromando el mismo, mezclando tonos dorados con el oscuro barniz para continuar cada Miércoles Santo portando al Cristo de la soledad en la llamada procesión del silencio de la Semana Santa bailenense.




1 comentario:

  1. Enhorabuena de nuevo por seguir ilustrándonos en la historia cofrade bailenense "eres el cronista cofrade oficial de la ciudad de Bailén"

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