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viernes, 2 de septiembre de 2011

SEPTIEMBRE ROMERO PARA TU CARA MORENA...

Como ya indicase en el pasado estaba dispuesto a mostrar aquellas hermandades o procesiones de carácter letífico de mi pueblo, Bailén y hoy hablaré de la última que me queda -en realidad solo están en activo dos- que al igual que ocurre en tantos otros lugares viven siempre bajo la larga sombra de las cofradías penitenciales, más en boga en las ultimas centurias cuando en los inicios del culto a las imágenes eran están las hermandades más boyantes. Basta con echar la vista atrás y comprobar que en aquellos tiempos existían en la villa más cofradías de gloria -contando con la de Animas y una sacramental- que de penitencia las cuales con total seguridad serian dos o quizás tres, si aquella cofradía del Dulce Nombre se trataba de una cofradía penitencial, algo que yo particularmente dudo.
El pasado día 5 de agosto mi buen amigo, seguidor y no menos crítico de todo lo que escribo –en plan constructivo claro- Francisco Javier Comino se preguntaba a qué venia que en la salida procesional de la Virgen de Zocueca –como en otras tantas como el Corpus o San José Obrero- saliesen las hermandades bailenenses con sus representaciones y su máxima insignia, el estandarte o gallardete, pieza proveniente del primitivo “Simpecado” que en esta provincia se reconvirtió para varios menesteres, sobre todo con el objetivo de servir como elemento para abrir los cortejos de las procesiones no teniendo en muchos casos nada que ver con la pieza sevillana llamada coloquialmente “el bacalao” o “bacalá”. Rápidamente le expliqué que esto se había recuperado hace pocos años y que antaño, era una tradición que se perdía en la noche de los tiempos de nuestro pueblo como consta en varios pleitos entre las cofradías para dejar fijado cuál era su puesto o lugar a ocupar, siendo la más antigua la que más cerca del paso de la patrona tiene que figurar. Hoy en día no se sigue el orden histórico, otras razones utilizarán los actuales dirigentes como para observar por ejemplo en los primeros puestos a la cofradía más antigua en activo, La Santa Vera Cruz y la protagonista de esta entrada, la Real cofradía filial de Ntra. Sra. de la Cabeza.
Gracias a un pleito encontrado un libro de actas de la cofradía patronal, forrado en pergamino con apertura en el año 1570 por el presbítero don José María Marín Acuña (1898-1936), último párroco del Rumblar sabemos que el 6 de marzo de 1575 ya existía esta cofradía siendo además algo más joven que las actuales cofradías de la Santa Vera Cruz y la Virgen de los Dolores, por lo cual debería ser la tercera por la cola en lucir su privilegio histórico. Posiblemente tuvo que constituirse en los últimos años de la década de los cincuenta o primeros de la sesenta del siglo XVI ya que el dato más antiguo que se conoce sobre la misma es el de su participación en los actos del Cerro de la Cabeza durante la romería del año 1567, siete años antes que las vecinas de Baños, Mengíbar, Vilches y Linares (1574). Por antigüedad, la cofradía filial de Bailén ocupaba el puesto número treinta y tres entre las más de setenta cofradías que desde finales del siglo XVI llegaron a congregarse en la famosísima romería más antigua de España que se viene celebrando en Sierra Morena cada último domingo de abril. Dada su antigüedad en la actualidad ocupa el undécimo lugar en las procesiones y actos de fe que se celebran en el Santuario, tras la de Andújar, Colomera, Martos, Alcalá La Real, Rute, Arjonilla, Puertollano, Lopera, Jaén y Arjona. Durante las prohibiciones del reinado de Carlos III (1773), esta cofradía de Bailén fue una de las primeras que presentó sus estatutos ante la justicia real, inmediatamente confirmados en los años siguientes. En los peores años de crisis y decadencia de la romería, durante las primeras décadas del siglo XIX, fue una de las poquísimas cofradías filiales que siguió subsistiendo y subiendo al Cerro para venerar a la Morenita.

Todo esto son muestras evidentes que demuestra la más que probable dedicación durante siglos de sus hermanos por no faltar nunca a su cita con su venerada Morenita y por eso hoy les hablo sobre la misma porque el próximo sábado celebraran procesión con la imagen a la que rinden culto en la parroquia de la Encarnación, una celebración con pocos años de existencia. Desde que este que escribe tiene uso de razón, esta cofradía se limitaba a “aparecer” en el famoso Domingo de Banderas que ya les mostré, a petición del amigo Antonio Garrido otro de los seguidores de esta casa, enamorado de la fiesta del último domingo de abril, pero sobre todo de su Virgen de los Dolores sin dejarnos atrás su condición de “trianero” cuando no duda en mostrar su inclinación hacia la Esperanza del otro lado del rio.
Añadir su participación en los actos de la romería a la que rara vez ha faltado a la cita, con su famosa casa hermandad junto al mismo arco que abre la famosa empinada calzada que tantas promesas ha soportado sobre sus losas. Pero sería a finales de la década de los noventa del pasado siglo XX cuando la cofradía comienza a experimentar un nuevo auge para hacerse más presente en la idiosincrasia religiosa de la ciudad. Sus nuevas reglas o estatutos fueron aprobados el 31 de marzo de 1998 quedando erigida la Real Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Bailén como asociación canónica, con personalidad publica con sede en la Parroquia de la Encarnación. Como ya comenté en aquella entrada, estrenan un Simpecado que se une a las típicas banderas, bordado en oro sobre terciopelo verde por la bordadora local Antonia López García que con una pintura de la morenita representa a la cofradía bailenense allí donde se les requiere. Pero sin lugar a dudas el gran logro fue la adquisición y realización de la imagen de la Virgen, copia de la que recibe los rezos en el santuario-basílica de sierra morena. Su autor fue el imaginero natural de la ciudad zamorana de Toro, Manuel López Pérez, residente en la ciudad de la que es patrona la Stma. Virgen, Andújar en la cual tiene su taller.


El escultor que iniciase sus primeros titubeos en el taller del sevillano Antonio Joaquín Dubé de Luque y complementando su formación académica en la Facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla realizó una imagen siguiendo las directrices iconograficas de la venerada en el cerro, de talla completa en madera de cedro y estofados en oro en su policromía, realizada al óleo siguiendo el modelo que tallase para mayor gloria del cristianismo español el imaginero natural de Álora (Málaga) José Navas Parejo en su taller de Granada en 1944 para restituir a la ancestral imagen desaparecida en los tristes sucesos bélicos acontecidos en su santuario durante la guerra civil. La imagen, una de las pocas muestras imagineras de su autor –es autor entre otros del Resucitado de Andújar- , más proclive a otros menesteres y artes escultóricas es ligeramente más pequeña que la venerada en el Santuario siendo igualmente revestida de mantos y sayas de tejidos naturales –algunos cedidos por la cofradía matriz-, coronas en plata de ley e igualmente una copia de su singular ráfaga, que la “reviste” de sol tal como describe el Apocalipsis. Fue encargada gracias al interés del párroco D. Antonio Baeza que mostró un sincero interés para favorecer esta devoción en Bailén y dotar a su cofradía de una imagen que la aceptó con gran cariño siendo bendecida por el entonces obispo de la diócesis de Jaén, D. Santiago García Aracil -al que le fue entregada una réplica de la talla de inferior formato, que todavía conserva en su oratorio particular- el 2 de febrero de 2003 procesionándola su cofradía justamente un mes después por primera vez en sus centenarios años de existencia por las calles de Bailén, el cual profesa gran devoción entre sus ciudadanos a la patrona de la diócesis de Jaén. Posteriormente se pasó el día de salida al sábado más cercano al 8 de septiembre, festividad de la Virgen de la Cabeza sobre las pequeñas andas de plata de la Virgen de Zocueca, vestigio del decimonónico paso que estrenara en 1910 la patrona de Bailén y que saliese lo más probable de los talleres de Hijos de Leoncio Meneses. Un paso que por cierto volveré a mentar si Dios y Ella quiere en próximas semanas con bastante relación con la devoción a la Virgen de la Cabeza.




Es significativo el impulso de su cofradía con esta celebración, no solo con la procesión que ha pasado de ser muy humilde a ser muy concurrida y seguida por el pueblo, convirtiéndose en una fecha inamovible del calendario procesional bailenense cuando cada primer sábado de septiembre, la ciudad se convierte en Cerro de la Cabeza para vitorear a la “Morenita y Pequeñita”, sino que además le honra con un triduo que comenzó el pasado jueves y que viene a evidenciar el sentido cultual de una hermandad que no se limita solamente a la salida procesional como ya he reivindicado en más de una ocasión con el resto de cofradías que no le rinden cultos a muchos de sus titulares, porque esto es esencial en la vida de una hermandad, aunque no asistan muchos fieles, yo el primero como ya me han reclamado en alguna ocasión. Cofradía humilde se ha reivindicado en el panorama cofradiero bailenense, incluso realizan su propia “velada” tras la procesión, la cual llenan de colorido las cofradías filiales de otras localidades que asisten junto a la cofradía matriz de Andújar, regadas de los populares ecos musicales en honor de la Virgen… “Morenita y Pequeñita” del malagueño José María Gallo Moya que lo creara tras pedirle un poema para la Virgen en la ciudad de Jaén el alcaudeño Miguel Rivera de la Rosa sin saber nada de la imagen, pues nunca había visitado el Santuario, únicamente con la descripción que le dieron, compuso el poema al que Miguel Rivera le puso música y más tarde se convirtió en el Himno "extra-oficial" de la Virgen de la Cabeza, hoy conocido en todo el mundo.
Pero que como ya sabrán mis lectores que saben de mis gustos que bajo mi apreciación solo le falta aquello con lo que pienso le podría dar un impulso mayor y a finales de mes y octubre si Dios quiere podrán ver con los ejemplos que muestre.
Nota: Quiero agradecer a Daniel de la Morena, Antonio Cobo Almazán y Francisco Javier Cabrera la cesión de algunas de las fotografías que ilustran esta entrada e igualmente al artista Manuel López Pérez por su desinteresada aportación detallándome algunos aspectos técnicos e históricos de la hechura de la imagen que se venera en el antiguo altar de San José en la parroquia de la Encarnación.




2 comentarios:

  1. Me encanta la entrada Juan Pedro sólo un pequeño apunte que reseñar el Himno Morenita y Pequeñita no es el himno oficial por decirlo de alguna manera es un pasodoble pero no es el himno.

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  2. fantastica entrada Juan Pedro. muy instructiva e ilustrativa
    enhorabuena

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