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lunes, 5 de septiembre de 2011

MARÍA VOLVIÓ A PASTOREAR SU REBAÑO DE ALMAS COSTALERAS...


Se repitió el rito un año después, que ciertamente no podría llamarse así pero en el día de ayer volvimos a reencontrarnos con la gloria. La Virgen María salió a “pastorear” su rebaño de almas por la ciudad de Jaén y llenó el barrio de San Idelfonso de un maravillo día lleno de emociones perfumadas de jara e incienso. Decía el año pasado que según los autóctonos del lugar estaba siendo un total éxito la salida del pasado año, y eso se puede resumir con algunos puntos del recorrido con una afluencia de público respetable y otras algo mas vacías, algo lógico si tenemos en cuenta el nivel de cultura cofradiera de la ciudad y más contando que es una hermandad letífica, aunque la Pastora de Jaén tenga su cierta popularidad entre sus paisanos. Este año les puedo decir que estaba el recorrido lleno al 99´9% de público y ¿a qué se puede atribuir este gran cambio estadístico?



















Pues no me gusta alardear de las evidencias de mis pensamientos pero ayer se demostró que los costaleros y en si una cultura procesional arrastra a los fieles a los pasos, como no a Dios y la Virgen… por segundo año la cuadrilla comanda por José Carlos Prieto llenó de bellas estampas cofrades el casco antiguo de la capital del Santo Reino, marcando el compás la banda Sinfónica “Ciudad de Jaén” que rayó a mi parecer a buen nivel aunque la elección del repertorio no levantara mi entusiasmo, repitiéndose varias marchas en muchos puntos del año anterior como “Salve Baratillera” y “Rosario de Montesión” a la salida, la llegada al convento de las Bernardas con “Encarnación Coronada” –donde no se paró el paso como el año anterior- y su continuar con “Rocío”… sin duda me quedo con la interpretación de “Pasa la Virgen Macarena”, “Coronación de la Macarena” y la revirá antes de llegar a la recogía con “Macarena” del idolatrado en la ciudad Emilio Cebrián, las mismas interpretadas prácticamente en los mismos puntos del año anterior. Pero si quizás llamo la atención de muchos cofrades y de un público que se preguntaba quién era ese capataz que recibía constantemente peticiones de costaleros y público en general para fotografiarse con él. Seguramente era para titular la entrada con este hecho histórico pero seguramente él y cualquier capataz no le gustaría restarle protagonismo a la verdadera protagonista de la tarde-noche y es que me quedé de piedra cuando al salir de la iglesia de San Idelfonso para presenciar al igual que año pasado el inicio de la procesión gloriosa se cruzaron conmigo camino del interior de la sede de la hermandad pastoreña el capataz o los capataces sevillanos Antonio Santiago y su hijo Manuel Antonio Santiago. El hijo y nieto del mítico “capataz poeta” Manolo Santiago estuvieron presentes durante todo el recorrido y Antonio acompañando a su amigo, el capataz titular de la cofradía José Carlos Prieto, el cual se considera un aprendiz del sevillano. Estuvo pegado al paso todo el recorrido aunque en muy pocas ocasiones intervino en el trabajo de la cuadrilla dejando para la posteridad una levantá a los pies de la reja de la Virgen de la Capilla en memoria de aquel que decía “que el que no supiera ir a la iglesia, aprendiera a rezar por las tardes”… su padre y una chicotá a faldas del convento de las Bernardas con la marcha “Rocío” del maestro Vidrié que atrajo la atención de los muchos fotógrafos asistentes al recorrido de la Pastora de las Almas para dejar grabado el momento para la posteridad en la que el quizás mejor capataz del estilo sevillano comandó un paso en la ciudad de Jaén…



¿pero quién es este hombre? Le preguntó una señora mayor a un muchacho que acababa de fotografiarse con el sevillano, mientras otros tantos seguían durante una parada del paso ya en los últimos tramos del recorrido, “es el capataz de la Macarena” le contestó a la señora que por su cara siguió sin comprender si era para tanto todo aquello pero es que este mundo se ha convertido en todo un fenómeno de masas y Antonio es uno de sus “ídolos” aunque él no perdiera la compostura, sabiendo lo que es y para que esta delante no solo de la Señora de Sevilla, si no de la Paz, las Penas, Cristo de Burgos, Negritos, Mortaja y Resurrección, amén de varias glorias como la Reina de todos los Santos, todo categoría pura y emblemas de todo aquel que ama la afición de pasear a Dios y su madre bendita por las calles de España. Pareciese que la procesión llevase así toda la vida, mientras la eterna figura del costalero se dibujaba por las calles de Jaén, de blanco impoluto como disfrutaron los amigos y compañeros bajo las divinas plantas del Soberano de Linares, Israel y Josito que junto a sus compañeros le dieron un paseazo a esta bellísima imagen de corte granadino, quizás salida de la inspiración de un gran desconocido como fue Manuel González, baluarte escultórico de la Granada del XIX, sobre su paso de orfebrería de los talleres de Manuel de los Ríos y orfebrería Tuccitana de Martos en los candelabros. Este año iba más ricamente exornada de flor y aunque los puntos de luz de los candelabros no son muy abundantes, ya es hora de que los focos de luz artificial desaparezcan de las cofradías jaeneras. Presentó algunos estrenos como el moldurón, las esquinas de los respiraderos o las maniguetas del paso sin olvidarnos de la interesante imagen de San Miguel Arcángel que cerraba el paso bajo el chaparro en una representación iconografía muy pastoreña donde el “Príncipe de la Milicia Celestial” se encuentra luchando con el lobo que amedrenta el rebaño que, María Pastora, cuida con todo su amor. Una imagen realizada por el joven imaginero de Martos José María Bonilla Garrido, autor así mismo de las dos imágenes de las capillitas laterales en los costeros del canasto de San Francisco de Asís (fundador de la Orden Franciscana) y el Beato Diego José de Cádiz (impulsor de la devoción pastoreña en nuestra ciudad).





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