Tras Él y en una plaza que presentaba el doble de “aforo” que el año anterior, en una horas donde quizás la bulla busca al Cachorro de Dios en la noche de Castilla o el fúnebre cortejo de La Mortaja en busca de su sede en Bustos Tavera llegó el personalísimo paso de palio de Montserrat.
Seguramente entre esa multitud aparecería la figura de Joaquín Turina, para revivir esa triste canción de amor de una francesa despechada al paso de una Virgen, seguro que cada año sacará esa papeleta de sitio en el balcón de la Gloria.
El palio se levantó al cielo y entre el silencio sepulcral de este riconcito del Arenal la banda del Maestro Tejera comenzaba a interpretar esa opera que se ha echo marcha para crear uno de los momentos que seguramente con los años sera una cita ineludible de la jornada del Viernes Santo.
Hace poco leí en otro blog un articulo sobre ese momento especial que vive cada cofrade en su particular Semana Santa, ese momento que no se vive desde dentro si no desde la acera de una calle que te deja marcado, quizás de por vida. Puede que este año mi momento fuese en aquella revirá de la Bofetá en la calle Jesús del Gran Poder pero la verdad que este año al igual que el anterior mi momento se vivió en Molviedro con este palio y esta marcha que tiene algo tan especial que nos envuelve a todos los que tuvimos la dicha de vivir la historia de amor de MARGOT.
El año pasado lo viví solo, este con Felix y Óscar y tanto nosotros como el resto de personas solo daban crédito a que acaban de vivir una autentica estampa cofrade, de las que hace a Sevilla diferente al resto.
Momentazo cofrade sin lugar a duda¡¡ eso es para vivirlo¡¡ La verdad es que cualquier cofradía pasando por molviedro es espectacular, pero ver al Calvario o al Gran Poder por este punto queda grabado para siempre en la retina...
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