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miércoles, 14 de abril de 2010

LUNES SANTO...AGUA Y LUCES. (I)


El Lunes Santo me despertó el móvil con las llamadas de esa colonia de “Prendidos” que cada año acuden en esta jornada para empaparse de ese otro Soberano de sus amores...el del barrio León.
El día como se venia vaticinando en los medios amaneció con nubes y claros para quedarse con el paso de la horas completamente cerrado y amenazante.
Con la incertidumbre en nuestras caras escuchamos por la Radio como la Hermandad del Polígono de San Pablo y Santa Genoveva se echaban a la calle.Era una esperanza que nos hacia suponer que si salían era por que meteorología abría dado un parte bueno para las próximas horas, pero las informaciones que la Radio daban eran bien diferentes con una posible lluvia al medio día....y valla lluvia.
Cogimos mi Citroen c4 rumbo un día más hasta a la Cartuja que este año ya estaba hasta arriba de vehículos y tuve que aparcar junto al IAPH -Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico- con un fuerte aire que parecía que cambiaba el curso del río Guadalquivir que ya nos premonizaba la que estaba por caer.
Así al llegar a la Puerta Real, junto a la capilla de los Humeros y previa compra de los “Compeed” para mis dichosos pies comenzó a lloviznar. Con los paraguas abiertos de la cola de visitantes a la capilla del Museo nos adentramos calle San Vicente arriba para visitar a las hermandades de esta iglesia que en la tarde una de ellas debería realizar su estación de penitencia. Allí dentro en plena misa –creo que preparatoria de la estación de penitencia de las Penas de San Vicente- pudimos contemplar las maravillas que escode esta hermandad y la de las Siete Palabras.
Al salir la lluvia arreciabasuponemos que mojando a las dos hermandades que ya estaban en la calle- para encaminarnos rumbo a la comida del medio día. Tras saborear un gazpachito y una paellita con esa increíble Cruzcampo sevillana -el sabor de la de Jaén no le llega ni a la suela del zapato- nos encontramos el chaparrón. Tuvimos que comprar unos paraguas a los chinos –y sillitas que nos dejamos olvidadas en el coche- y era tal la que estaba cayendo que nos tuvimos que refugiar en unos soportales de la plaza de Villasís para por las radios de los móviles escuchar lo que nos depararía la jornada ya manchada por la lluvia.
Estando en el hotel comenté que si llovía el Polígono de San Pablo tenia de paso en su discurrir la iglesia de San Benito -San Esteban consideré que ahí no entra el misterio- y Él Salvador antes de carrera oficial y que Santa Genoveva creo que tenia una gran tramo donde quizás no tuviese refugio.
Poco me equivoque en este augurio cuando por la Radio se informó que el Polígono acababa de entrar en Él Salvador tras un gran esfuerzo de la cofradía bajo la intensa lluvia para llegar a este punto y la hermandad del Tiro de Linea tenia que darse la vuelta, cayéndoles a los pasos de ambas hermandades durante mucho tiempo el gran chaparrón.



Una pena por este trance para las hermandades y para los que queríamos disfrutar de un maravilloso Lunes Santo. Pero quizás sabían a que se exponían por que el tiempo acertó desde primera hora para jugársela así. El Polígono volveria en la tarde del Domingo de Resurección triunfante a su barrio.

Los planes iniciales se venían abajo, como diría un amigo mio se nos presentaban lo que no esta planificado y solo nos quedaba escuchar la Radio a esperar o coger el camino de vuelta.
Se anunciaba por parte de los meteorólogos que esta lluvia cesaría, que vendrían claros por Huelva -incluso en esta ciudad se echaban las hermandades a la calle- y los puntos de mira se ponían en la plaza de Santiago y en el Tardón.
“El Beso de Judas” posponía su salida al igual que San Gonzalo, en el aire se respiraba que tendría más posibilidades de salir San Gonzalo que la Redención mientras decidimos irnos a las puertas de la iglesia de Santiago. Una plaza casi abarrotada de gente escuchando la radio – que gran servicio hace esta gente para los que podemos o no ir a simplemente disfrutar en la calle- en la que se anunció la pena de que el Soberano Poder de Dios no iba a poder proclamar por Sevilla y Triana ese “YO SOY” al Caifás. Las interminables filas de nazarenos blancos no surcarían la ciudad con el Señor del izquierdo por delante ni la princesa blanca de la Salud. El portento barroco “castellano-andaluz” de Ortega Bru se quedaba en su iglesia para si el Soberano quiere vuelva a repartir amor y Salud con dentelladas de pan de oro en cada “costero a costero”.
Con esta noticia la decepción se nos hacia más patente en las caras de Felix y mía esperando que nos dieran una noticia similar a las puertas de la iglesia de Santiago.
Pero dejó definitivamente de llover y empezaron a aparecer los primeros claros entre las nubes grisáceas con los correspondientes aplausos y oles del publico hasta que el hermano mayor de la Redención habló a sus hermanos -y a toda Sevilla por la Radio- informando que dentro de una hora y media la hermandad se echaría a la calle para hacer estación a la Catedral haciendo el recorrido oficial en los horarios que ya no iban a ocupar las hermandades que por desgracia ya no llegarían hasta la Catedral.
Increíble el momento, con la gente pidiendo silencio sin un paso delante para escuchar atentamente la Radio y el estruendo de alegría y aplausos cuando el hermano mayor anunció que lo más seguro si la cosa no empeoraba que el portentoso misterio de Castillo Lastrucci se echaría a navegar por las calles de Sevilla.



Así y tras la espera se abrió Santiago y comenzó a salir la cofradía. Desde el mismo lateral de la iglesia en el que me encontraba, casi debajo del azulejo del Señor comenzó a salir el navío de caoba y oro donde Jesús recibe el beso más cruel en la historia de la humanidad.



La alegría se apoderó del publico que abarrotó el recorrido desde la iglesia hasta Campana y tras los sones del himno nacional comenzó a revirar a tambor –quizás con la inercia de acelerar el paso- aunque en la siguiente revirá nos mostraron lo que es este paso y esta cuadrilla en la Semana Santa Sevillana. Con los sones de la marcha “Redención” -recordándome aquella mágica recogía en su cincuenta cumpleaños sobre el “barco” en el que pedirá Sed por Sevilla en la tarde del Miércoles Santo- comenzó a andar para devolvernos la ilusión de que Dios y su Madre Bendita se echasen a la calle en esta jornada. Tras la primera marcha su “peazo” agrupación comenzó su típico “empalme” de marchas con “Aniversario en Santiago” para así perderse entre la multitud camino de la Catedral.


Tras esto la Reina del Rocío, la bellísima Virgen de advocación almonteña se echaba a la calle bajo su nuevo palio, enriquecido sobre el mismo diseño por el bordador Francisco Carrera Iglesias. Curioso lo mio con esta hermandad, en sus dos últimos grandes estrenos he estado presente con el nuevo canasto del paso de misterio -mi primer Lunes Santo en Sevilla- y ahora con el palio. Con su archiconocida marcha, “Rocío” de Vidrié se marchó la Señora de Santiago bajo su palio y su peculiar movimiento poquito a poco por la calle Santiago...
CONTINUARÁ...

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