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martes, 20 de abril de 2010

MARTES SANTO...EN LA RETINA DE LA MEMORIA (I)


El despertar del Martes Santo nos hizo que inevitablemente echásemos la vista al cielo y comprobar que los pronósticos se cumplieron, SOL...y no el que pisó la Catedral el sábado.
Pues como todos los días nuestro viajecito de unos cinco minutos entre Camas y Sevilla, Cartuja, cervecitas y comida para plantarnos para comenzar esta jornada en la plaza de la Alfalfa con el “Cristo de la Morería”, El Señor de la Salud y Buen Viaje de la hermandad de San Esteban.
Allí con el agradable tiempo de nubes-claros que nos quitaba el pegajoso sol cuando aparecía llegó este misterio con uno de los estrenos históricos de la Semana Santa Sevillana en los últimos treinta años.
Quizás aya sido algo de los momentos o circunstancias más comentadas de esta Semana Santa como ha sido el cambio de la Agrupación Musical de Ntra. Sra. de los Reyes por la de Ntro. Padre Jesús de la Redención. Una banda que por lo que yo vi fue interpretando muchas marchas clásicas ¿este abra sido el motivo para cambiar los sones aflamencados de los Reyes? Sin lugar a dudas la calidad musical no ha salido perdiendo por que esta banda es otro pedazo de banda pero muchos echaban de menos esa estampa de tricornios tras el “Señor de la Ventana”, ese Cristo humillado entre judíos y soldados salidos del genio de Lastrucci –uno de los grandes protagonistas de la jornada-.Con el mando de la familia Ariza reviró a la calle Jesús de las Tres Caídas a los sones de “Bajo la Luz de tu Mirada” este peculiar paso con su reconocible estilo antiguo.



Tras esto dejamos el palio para otro momento para poder contemplar la hermandad del Cerro del Águila, ya que su discurrir rápido hace que verla por el centro siempre sea precipitado. En la calle Velázquez vimos llegar a esta hermandad que realiza cada año “el milagro” de traer a todo su barrio al centro, con su portentoso paso de misterio, de andares valientes y con la banda del Sol como telón de fondo. Me gusta mucho la remodelación en muchas de sus partes del paso de misterio con esa mezcla peculiar de madera barnizada y orfebrería en sus candelabros. El maravilloso Crucificado del Desamparo y Abandono marchó con “Soledad de San Pablo” con el original misterio que le creara Juan Manuel Miñarro -me encantan las armaduras de los soldados y sayones- en busca de Campana a la espera de un reencuentro soñado y esperado por este que escribe.







Para el que siga este Blog sabrá que la primera vez que disfrute de las cofradías sevillanas o más bien de sus pasos en la calle fue en la salida extraordinaria de la Virgen de los Dolores -titular de esta hermandad- con motivo de su Coronación Canónica en 2002. El año pasado no puede contemplar la belleza de la Reina del Cerro que le imprimiera en su día el gran Sebastián Santos y las casualidades de la vida, allí estábamos disfrutando de su presencia en un relevo de costaleros – gracias a ese costalero que me regaló una estampita de la Señora- con el que fuera artífice de aquel maravilloso día de septiembre, el que me dijo que si quería participar en el viaje, nuestro amigo y peazo de “Pony del Soberano” Germán el cual nos encontramos allí con su mujer y su pequeña Cristina -olé tu Germán desde la cuna mostrándole a tu hija quien es Dios y su Madre Bendita-.




Tras esto marchamos a calle Cuna para esta vez si contemplar a la bella Señora de los Desamparados de la hermandad de San Esteban -que estrenaba la restauración de todo su palio- tras los pasos de su Hijo, aquel que en el pasado recibía a través de su ventana los ruegos de aquellos que salían de viaje por la Puerta Carmona, “SEÑOR, SALUD Y BUEN VIAJE”...



De ahí un año más a la plaza Nueva a presenciar la lección de vida, ese catedrático que desde la Cruz nos imparte la difícil lección de que la muerte es buena. La sencillez oscura entre cuatro hachones de su paso se abre camino para mostrar la soberbia obra “Mesina” que los Estudiantes escoltan por las calles de Sevilla. El Cristo de la Buena Muerte discurre entre la multitud llamando al silencio de los presentes al suave compás de la cuadrilla madre, la que dio solución a la crisis de los hombres que además de afición se ganaban el pan de sus hijos llevando a Dios y su Santa Madre por las calles en esa inmensa Catedral en la que se convierte la ciudad.



Largas filas de nazarenos de ruán y algo pesada la espera para contemplar el que para mi es una de las grandes joyas del arte cofrade sevillano. Ese palio que ideara Joaquín Castilla para la Macarena y que el destino querría que no se perdiera en el cajón del olvido como otras tantas cosas para cobijar a la que sin duda es otra de las joyas de la imaginería sevillana, la Virgen de la Angustia de Juan de Astorga, titular en tiempos pasados de una hermandad extinguida y que gracias a Dios se puede seguir disfrutando de su belleza en la tarde del Martes Santo. Con ese movimiento con el que imprime Antonio Santiago a sus pasos de palio nos llegó esta maravilla para el disfrute de los sentidos con una marcha que bajo mi punto de vista “se sale de la partitura”...Mater Mea de Ricardo Dorado y interpretándola Tejera...casi ná.
Llegamos a las horas centrales de la tarde, las que yo llamo del agobio. Y con esto intentar llegar hasta la plaza de la Encarnación para presenciar la hermandad que viene desde la Calzá, San Benito.



Con las apreturas en Cuna por el paso de la hermandad de la Candelaria conseguimos llegar a nuestro objetivo con la pena de que el misterio “Pilatero” ya se encontraba por Laso de la Vega, aunque pudimos adentrarnos hasta la revirá de Laraña con Orfila y presenciar otra joya para los ojos, el paso del Cristo de la Sangre. La portentosa obra de Francisco Buiza camina sobre su “retablo andante”y nunca mejor dicho por que creo que con este paso Antonio Martín Fernández -D.E.P- se salió del parche. Al son de la marcha “Eucaristía” interpretada por su banda nos dejó una emocionante revira en busca de la Campana. Tras Él por fin veía a la “Palomita de Triana”, la Virgen de la Encarnación Coronada – esta plaza no tiene nada que ver con la Virgen, que yo sepa- en su majestuoso paso de palio con el horrible telón de fondo de las obras de la Encarnación, llamadas popularmente como las “Setas” o “Platillos volantes de la Encarnación”. Un proyecto futurista que no acaba de convencer a muchísimos sevillanos, sobre todo por el entorno donde se esta construyendo.


De ahí nos fuimos a la confluencia de la calle Boteros y Sales y Ferre para este año si, poder disfrutar del paso de la hermandad de los Javieres. Creo sinceramente que esta hermandad es una gran desconocida, de las que menos se habla y todo lo demás pero he de aconsejar seguir a esta corporación. ¿Que puedes esperar de una hermandad de negro? Categoría y sobrecogimiento y con todo ello llegó el Cristo de las Almas, obra de otro desconocido el portugués José Luis Pires Azcárraga que realizó una obra muy personal basándose en los parámetros del barroco sevillano.

“Barrocazo” se podría calificar sus magnificas andas salidas de la mano del genio que ya goza de las gubias celestiales Manuel Guzmán Bejarano. Y su andar...., a muchos costaleros he escuchado y leído hablar maravillas sobre ella y creo que no se equivocan con esa zancada larga y elegante. Lugar recogido que quizás estaba lleno de “guiris” que en la levantá rompieron en aplausos silenciados al momento por la sapiencia del público local. Tras esto anduvimos los pocos pasos que hay para llegar nuevamente a la plaza de la Alfalfa. La cantidad de público que andaba por allí nos premonizaba que en las siguientes horas el lugar iba a convertirse en un hervidero de vivencias cofrades. De mala manera vimos pasar al palio de Gracia y Amparo de Los Javieres que un año más no he podido contemplar de cerca ya que la dolorosa y su estilo me gusta personalmente bastante.
Tras esto a esperar entre la Alfalfa y la plaza de la Pescadería nuevamente a que San Esteban volviese camino de su recogía en San Esteban.
CONTINUARÁ...

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