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viernes, 21 de diciembre de 2012

LA ESPERANZA DE TRIANA... SEGÚN FARFÁN.


Seguramente todas estas fotografías que acompañan el texto de la entrada reflejan cómo era la hermandad y el paso palio y como no, la Virgen de la Esperanza de Triana en torno a la década de los años veinte del siglo pasado. La instantánea que abre la entrada, posiblemente nos desvele el origen de la actual apariencia que encoge los corazones de todos los devotos de la Esperanza de Triana, la cual por los avatares del tiempo y de la vida no conserva los rasgos que posiblemente tuviera al ser concebida, por un genio anónimo aunque casi todas las opiniones apunte a Juan de Astorga. Seguramente la restauración en 1910 realizada sobre la imagen por José Ordoñez fuese la crucial para que con otras intervenciones posteriores se creara la fisonomía de la Reina de Triana… curiosamente esta definición enaltecedora, está tomada hoy día para el nombre de una de las marchas más populares dedicadas a la dolorosa de la Madrugá sevillana.
Volviendo nuevamente a incidir en los temas de las idiosincrasias de las hermandades, sobre todo cuando son afectadas por lo musical, habría que situar a estas fotografías como en el rompimiento de la época romántica y la implantación que ha venido a denominarse hasta nuestros días como “hermandad o cofradía de barrio”, unas hermandades con unas características más marcadas embutidas en un cierto aire más letífico que penitencial, desde lo artístico a lo inmaterial como podría calificarse a la música. Y en aquella tesitura tuvo que ver mucho el genio Manuel López Farfán, que así conocería a la hermandad de La Esperanza de Triana la cual comenzaba a impregnarse de las fuertes influencias que marcaban los macarenos sobre todas o casi todas las hermandades de la ciudad de la mano de Rodríguez Ojeda. Como apunte la imagen de la Virgen no sufriría otra modificación sobre su rostro hasta 1929, de la mano de Antonio Castillo Lastrucci.

Según los expertos en música procesional, califican el bienio de 1924-25 como el clave en las nuevas corrientes musicales para las cofradías, sobre todo el 1925 cuando Farfán escribiría las marchas “La Estrella Sublime, “El Dulce Nombre” y la dedicada a nuestra protagonista “La Esperanza de Triana” a las que habría que añadir “Pasan los Campanilleros” en 1924. Una marcha que abría una nueva dimensión en la calle San Jacinto, porque entonces allí radicaba la hermandad, donde quizás los ecos de la no menos genial “Soleá, dame la mano” (Manuel Font de Anta, 1918) comenzaba a ceder su aura mustia y fúnebre a la algarabía que traían estas nuevas marchas al sentimiento cofradiero que comenzaba su camino en aquellos años. La marcha de Farfán sin duda marca unas notables diferencias con otras de sus obras y con lo que después se compuso siguiendo sus postulados, sobre a partir de “La Estrella Sublime”. El uso de la corneta es original y único, con una estructura peculiar donde igualmente introdujo voces que luego serían complicadas de llevar a la calle, como la sublime “saeta” de la obra que te envuelve y te traslada a una Triana primaveral donde las lágrimas de la Esperanza se llenaban de la luz letífica de las glorias de María, una “saeta” para ser interpretada por un violín o un clarinete –lo que se usa más comúnmente- sin contar la introducción en un parte melódica para ser interpretada por los músicos a boca cerrada.


Curiosamente esas grandes peculiaridades de la marcha serian tomadas en pleno siglo XXI lejos de Triana y de Sevilla como perfecto telón de fondo para uno de los pregones más mediáticos de los tiempos recientes en la Semana Santa andaluza. En Málaga y como exaltador nada más y nada menos que quizás nuestro actor más internacional, el malagueño Antonio Banderas utilizaba a mi modo de ver genialmente la música de Farfán para adentrar al malagueño en las grandezas de la primavera y de su Semana Santa para romper con el final de la marcha con una gran petalada sobre el público asistente al teatro tras recitar una poesía a la que es su devoción más pura, la Virgen de Lágrimas y Favores de la hermandad, la hermandad de Banderas, la Fusionadas de Málaga. Un pregón que fue tildado como de la “excelencia malagueña” utilizó una vez más las grandiosas genialidades que la Semana Santa sevillana sigue legando a toda Andalucía y más allá. Además que en esta ciudad fue donde más se comenzó a escuchar tras el “rescate” del olvido en que se encontraba sumergida la partitura de esta marcha.


Pero curiosamente, aquella marcha tuvo que ir despareciendo de los repertorios y por ende de la memoria histórica cofradiera sevillana. Otras músicas fueron ganándole paso hasta llegar a una idiosincrasia actual muy amada por unos y muy discutida por otros. En esta tesitura están los que ruegan que la marcha vuelva a tener el protagonismo que se merece tras la Reina de la calle Pureza y los que curiosamente indican que aquella música es demasiado “seria” para la Virgen de la Esperanza según la idiosincrasia actual. Lo cierto es que parece ser que en el seno de la hermandad aún está costando entrar, porque apenas se conocen momentos donde haya podido sonar tras el palio de la Madre del Señor de las Tres Caídas, incluso aunque en Sevilla ya va sonando cada vez más –entrada en Sierpes del palio de la Sed este año por ejemplo-. Este año se pudo escuchar en Reyes Católicos a la ida y en 2010 en la revirá a la calle Arfe tras pasar por el Arco del Postigo, pero según mi opinión, con un sentimiento como de “relleno” donde la cuadrilla da poco lugar al lucimiento de la genial obra musical al compás de la “Morena de Triana”.
En tiempos de Esperanza, valga esta entrada para darle más valor a tan sublime partitura y me uno a aquellos que son tildados de locos que piden que algún día, en la televisiva Campana suenen las quizás mejores obras dedicadas a la Esperanza de Triana tras su caminar jubiloso y que a su vez apenas suenan cada Madrugá… sinceramente tiene que ser sublime ver el palio de malla venir por O’Donnell con “Soleá, dame la mano”, la calle central con “Triana, tu Esperanza” de José de la Vega y la revirá y entrada triunfal en Sierpes como no, con “La Esperanza de Triana” de Manuel López Farfán… una locura dirán algunos pero ahí queda…
Les dejo con un video de la marcha grabada con violines por la Banda Municipal de Sevilla, algunos directos tras el palio de la Esperanza y la entrada de la Consolación de la Sed en Sierpes al sublime compás de este “marchón”.

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