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viernes, 14 de diciembre de 2012

QUE UN CRISTO HASTA SENTAO ANDE SOBRAO DE COMPÁS...


Cuando en pocas horas, si no lo está haciendo ya, lo desconozco, la Madre de Dios en Sevilla baje de su camarín para su besamanos, en estos días de diciembre les dejo con dos videos que pueden resumir un poco los que es paradójicamente lo que es “trianear”… y se levanta el Dios de las Penas en honor de la Esperanza Macarena como manda su capataz y sigue su camino por Rioja mientras al compás de la obra eterna de Escámez, “Cristo del Amor” una voz espontanea, femenina, entona una dulce súplica al compás del Zapatero. La cuadrilla fiel al caminar del otro lado del rio le sigue igualmente el compás, costero, izquierdo y aire, siempre para sus Penas cuando el portento de José de Arce detiene un poco su caminar ante esa iglesia conventual del Santo Ángel que antaño fuera dosel perfecto de cofradías en la Semana Santa y la cual hoy solo se conforma con ver pasar a las hermandades que utilizan su calle para llegar a Campana, sobre todo las de Triana que tal como dice esa señora, vienen buscando con alegría…
Y el capataz retiene el caminar y manda girárselo un poquito como signo elegante ante la puerta de la casa de Dios, pero si revirarlo completamente como manda los cánones sevillanos. Y la Presentación al Pueblo sigue tocando sin cesar y marcan una marcha muy similar a la anterior pero que sin duda marcó el punto de inflexión entre la música antigua y la que tendría que llegar y que hoy estamos disfrutando; “Réquiem… por Juan Vizcaya”. “Quizás el último gran clásico de la Semana Santa” decía Manolo Vizcaya, el capataz de las Penas de Triana, hace pocas fechas, “el antes y el después, la modernidad de la corneta y el tambor. Los antiguos dijeron: esto es nuestra música pero diferente…” según el periodista Esteban Romera en esa misma entrevista.
Por ello contemplen este primer video y saboreen el momento porque sin duda se comienza a gestar ese arte efímero, que quedó grabado en las cámaras y que sin duda pone los pelos de punta. Dos Hermanas entonan el fúnebre y desgarrado principio de la marcha que compuso un grande, Bienvenido Puelles – del que quizás pronto pueda hablarles- en honor de su amigo Juan Vizcaya, los cuales son dos grandísimos culpables de lo que es hoy día su hermandad de San Gonzalo, los que en una humildísima hermandad proyectaron la Semana Santa del futuro, en lo musical y en el andar trianero, tal como hoy andan los otros dos misterios de Triana; Tres Caídas y Penas de Triana. Juan Vizcaya no pudo disfrutar aquel sueño de casi niños pero hoy su hijo si disfruta del legado que comenzó a implantar aunque sea en otra hermandad. Comienza la marcha y el Vizcaya llama a su compadre y la voz se clava en el alma de la anochecida… “esta va por Juan Vizcaya que está en el cielo…” no lo dice cualquiera, sino su hijo al sentir seguramente el escalofrío de la marcha dedicada a la memoria de su padre. Ya ven, se recrea un momento irrepetible que jamás se podrá repetir, eso es el arte efímero de la Semana Santa, una conjunción de circunstancias que se plasman en un momento efímero en el tiempo, llenas de arte y de sentimiento. Y el barco de Antonio Martín sigue enmarcando la portentosa escena, los sayones y el romano que tanto se han querido cambiar sigue recreando la iconografía perfecta, seguramente caminando delante del paso, cangrejeando vaya el alma de un flamenco orgulloso del imponente marco que los siglos le han legado a su Cristo sentado de la calle San Jacinto. Y sigue sobre los pies, como me gusta como gana metros esta cuadrilla cuando hay que ganarlos… y siguen los cambios, porque hay que seguir trianeando y en el solo el Dios sentado de Triana camina como siempre se ha hecho en Sevilla… sobre los pies. Y el Vizcaya invoca de nuevo a los de bajo, que la chicotá sigue siendo por su padre “el que nos envenenó y está en el “sielo”, enmárcame al “sapatero” y vamos al “sielo” con Él, ¡vámonos por Juan Vizcaya!” Cuando al instante, tras acabar el evocador solo, un soplo desde el cielo empuja a la cuadrilla a seguir trianeando y el legado de Juan Vizcaya emerge del arte costalero con un profundo izquierdo por delante, como los da esta cuadrilla, poderosos, que pareciese que el centurión se fuera a salir del mapa. Es o no es arte efímero para acabar suave como gusta terminar las cosas a esta cuadrilla, siempre con ese aire para sus Penas...
Es el Domingo de Ramos de 2008, con el típico monte de clavel rojo, y sin salirnos de la calle Rioja viajaremos hasta el Domingo de Ramos de 2010, el año del monte multicolor para la revirá que en los últimos años se están haciendo famosa en la búsqueda capillita de la Semana de Dios según Sevilla. Y llega el “sapatero” como lo llama el Vizcaya como cada domingo de Ramos, trianeando. La banda de la Presentación poniendo las cornetas “rectas” como le gusta al amigo Ripoll, llenado la calle con su poderoso trinar de cornetas también de corazón trianero aunque vengan del pueblo donde el gentilicio es “nazareno”. La música sigue el compás a la cuadrilla del Vizcaya… “Y Triana te corona” y “Pilatos a Jesús”, grandes clásicos de la formación musical ante el andar ya clásico del Penas de Triana. En cierta ocasión ya les mostré este momento, pero la calidad de esta grabación incita a terminar esa mítica chicotá virtual por la calle Rioja en busca de la Campana. Y trianea el Dios de la Penas y para la revirá se hace eterna y medida, siempre sobre los pies porque esto también es trianear según el Dios implorante de la Cava y suena esos nuevos ecos que los viejos quizás intuyeron hace décadas al escuchar “Réquiem”, lo que cambiaron los tiempos cuando Jesús de las Penas clava su mirada en el cielo buscando quizás “El Refugio de una Madre”, chicotá medida, grandiosa y sobre los pies para acabarla como manda los cánones del barrio de Triana y como dejó implantado Juan Vizcaya; izquierdo y aire para las Penas….
Su hijo cierto día dando un pregón explico que era ese grito de guerra que llama “trianear”:
“y que voy a deciros yo de esa cuadrilla simpar que tiene mi Zapatero y su manera de andar, yo le llamo TRIANEAR. Racheando y sobre los pies anda que corta los vientos, el izquierdo es muy suave porque el Señor va ‘sentao’ y más largo, los costeros bien ‘fijaos’ al redoble de tambor, aguantándolos al bombo, más largo no quiero yo. Y en Triana también gusta ir de costero a costero que así acunaría la Virgen al Mesías Nazareno… y así de manera breve os he intentado explicar que significa pa´ mi con un paso TRIANEAR…”
A lo que genialmente Antonio Burgos completó en su pregón de la Semana Santa:
“Sentaito el Cristo, penando sus Penas, costero a costero, el izquierdo ‘alante’, como trianea…¿¿Qué que es trianear?? Pues que un Cristo hasta  ‘sentao’ ande ‘sobrao’ de compás…” espero que les haya quedado claro lo que es trianear…

1 comentario:

  1. Tus amigos de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea te desean de corazón Feliz Navidad y próspero Año Nuevo. ¡¡¡ PAZ Y AMOR !!!

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