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martes, 18 de febrero de 2014

BAILÉN 1991. DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Y ya para darle el aldabonazo a este viaje en el tiempo, como más gusta, con imágenes en movimiento, cerraremos la serie dedicada a la Semana Santa de Bailén del año del Señor de 1991 con la procesión de “Nuestro Señor Resucitado”. De esta forma es denominado en algunos documentos del archivo de la hermandad la imagen de Jesús Resucitado, la imagen con la que hemos crecido muchas generaciones, igualmente realizada en talleres seriados y bendecida un 21 de marzo de 1948, una imagen que por cierto costó 2.117 ptas. y me llama la atención este precio, porque no es una cantidad para nada irrisoria a comparación de lo que en aquellos años de postguerra cobraron algunos imagineros afamados por sus trabajos en madera y en muchos casos de mayor calidad a este tipo de obras religiosas, lo que me puede hacer pensar que en cierto modo, no fue el precio el motivo de que las cofradías de Bailén recurriesen  a estos talleres, sino otros como quizás la rapidez y mayor disposición de los mismos con la entrega de las imágenes encargadas, quizás algún intermediario ágil a la hora de negociar y “vender bien la moto” con los compradores o váyase a saber.
Lo cierto es que en 1991 es la imagen que seguía cerrando la Semana Santa, aunque durante algunos años después cedió su puesto a otra imagen. Una imagen que como siempre digo, se puede considerar entre el catálogo de la imaginería seriada, de las más vistosas, como casi todas las que incrementan la nómina procesionista bailenense y de hecho siempre ha contado con el reconocimiento del pueblo, más en aquellos días, con su primigenia policromía acrecentada en belleza por la solera que la pátina del tiempo da a la imaginería. Grato recuerdo pues entonces traerá a aquellos que saben que las repolicromías posteriores restaron más que aportaron, al recordar la imagen como nos la muestran los videos, menos mal que próximamente veremos enmendados aquellos procederes en uno de los titulares…
Fue aquel Domingo de Resurrección el último de una serie de años en que la procesión se realizó en la tarde-noche del Domingo de Resurrección, que la verdad no se bien con que motivos se decidió este horario para la procesión, la última salida de la hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno en la Semana Santa. Lo cierto es que como en el futbol y los toros, aquellos años fueron de tardes de cofradías, y lo cierto que nada como la noche para disfrutar de los matices únicos que dibujan los pasos con esas luces. Aunque la historia nos la muestra como una procesión de mañana y de gloria, aunque cierre la Semana Santa, porque lo cierto es que la penitencia acaba en el momento que Jesús vuelve de entre los muertos, el triunfo de su misión redentora, por lo que la penitencia lógicamente antes y ahora no debería tener ese matiz cofradiero de la figura del nazareno –penitente-, por muy capillita que nos parezca. Las fotos de antaño nos muestran a sus hermanos de paisano incluso sin túnicas, pero aquí los podemos ver vistiendo su tradicional túnica morada portando a Jesús Resucitado, pero sin el caperuz, quizás era la exigencia de la iglesia de entonces para seguir conservando esa esencia glorifica del día hasta que al final, como ha ocurrido en otros lugares de Andalucía, llegó la penitencia donde solo hay gloria y se revistieron de un caperuz diferente, quizás buscando el matiz glorioso por su color, el blanco, aunque en este caso por estética no se puede contradecir lo litúrgico, el caperuz concede el anonimato, un privilegio concedido por la iglesia para aquel que busca curar sus culpas con la penitencia, sino hay penitencia, no hay deshonra que ocultar, porque vuelvo a recordar que una túnica no es una equipación al uso. Aunque bueno ha cambiado tanto la esencia de la Semana Santa, que tantas cosas en el fondo han perdido su sentido originario…



Destacar entonces la curiosa apuesta musical de la hermandad con esta procesión, donde además de contar con la banda de cornetas y tambores con la que contó la hermandad, la que dirigía curiosamente el próximo homenajeado de las cofradías bailenenses de este año de 2014, D. Hilario Serrano Molina, en el ya asentado homenaje que la cofradía protagonista del cartel del año en curso dedica a uno de sus más ilustres e históricos hermanos. Como digo, además de contar con la banda de la hermandad también intervenía en dicha procesión la siempre llamada “banda de Bailén”, intercalando ambas formaciones sus interpretaciones, conjugando la percusión de la banda de cornetas con las marchas de la banda de música. Sin duda que el deleite de los anderos con estas marchas de un mayor grado de calidad y belleza comenzó a asentar las bases para la búsqueda del tipo de música que definiría hasta la presente el estilo de la cofradía, fueron los años en que la marcha de “Ntro. Padres Jesús” de Cebrián se fue convirtiendo para ellos casi en su himno como ocurre en Jaén con la imagen a la que está dedicada. Fue quizás este el germen para que la música comenzase a tener mucho más peso en las procesiones, algo que hasta entonces era un adorno, pero muy prescindible. Alcanzo ya tres años en esta serie recordatoria, que nos llevará a otro año cargado de nuevos y grandes avances en las cofradías bailenenses, el año de la Expo… 1992.

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