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lunes, 24 de febrero de 2014

BAILÉN 1992. SALUDO

Continuamos y comenzamos una nueva serie dedicada esta vez por cronología a la Semana Santa de Bailén del año 1992, una Semana Santa que como verán a partir de ahora hasta que se complete todas las entradas correspondientes a este año, anunció al mundo la religiosidad popular bailenense la hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores con una fotografía de su paso de palio en la calle Colón mientras que en los entonces programitas de mano figuraría su Cristo titular, el Cristo del Buen Morir en una fotografía tomada en el Viernes Santo del año anterior en el atrio de la ermita de la Soledad, como pudimos contemplar en esta serie, cuando salió en la llamada procesión “de las tres de la tarde”. Una Semana Santa donde igualmente figuraron grandes estrenos y avances en el engrandecimiento de la semana grande bailenense como poco a poco iremos contemplando si Dios así lo quiere.
Por ello, en esta casi pre-cuaresma que ya se intuye por este mi pueblo, algo que entonces no existía, con actos actuales como la presentación del cartel oficial y el programa de actos y procesiones de la Agrupación de Cofradías comenzaremos con el evento que antecede a la Semana Santa con todo el boato que entonces se le comenzó a conferir, hoy a cuarenta días del próximo saludo entre Ntro. Padre Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores, porque en sí y como se preocupaban entonces los filmadores aficionados o no de la Semana Santa, la misma casi emocionalmente comenzaba con este acto una semana antes del Domingo de Ramos.
Pocos cambios nos parecerán contemplar, pero sin duda que la exigencia del acto comenzó a “requerir” ciertas mejoras cuando unos años antes aquello parecía más un ensayo de anderos con imágenes en lo alto que un acto con el mínimo de decoro que corresponde. El exorno floral de los pasos comienza a ser significativo, como en el trono de la Virgen la cual años antes iba con unas pocas flores en la jarras que la custodian, la misma que iba sin música y en aquel año ya solicita los servicios de una banda de las de cornetas y tambores que existían, la cual no puedo aclarar del cual se trataba, pero casi con toda probabilidad era la de San Juan… y es que todas tocaban igual y a ver como las diferencia uno. A las puertas de la antiquísima ermita llamada antaño, y que no vería nada descabellado volver a titularla así, ermita de la Consolación, hoy denominada con la advocación del máximo titular de la corporación de la cuesta de Jesús, porque hasta la calle se llama como el Rey de los “moraos”, “el Jefe” como lo llaman sus anderos, Ntro. Padre Jesús.
“Jesús”, como también siempre nos hemos referido en Bailén a Él, “el nuevo” espera emprender su marcha en busca de su Madre, en la confluencia que por lógica se celebraba el acto y que sigo pensando debería volver a recuperarse, para que las cosas tenga un poco de sentido y no le demos demasiada importancia a los que nos tildan de busca-protagonismos y folclóricos. Una imagen que durante unos años tendría que conformarse con procesionar en este día, abandonando la Semana Santa, supongo que por su delicado estado de conservación, curioso, como en pocos años la imagen del “viejo”, la que pasó a un gran segundo plano, desparecido del procesionismo durante muchos años, en su vuelta casi llega a desplazar a la imagen que protagonizó los desfiles penitenciales de su hermandad, incluso hoy en día metería la mano en el fuego, de que es de las dos la que cuenta con mayor porcentaje de adeptos entre sus hermanos y pueblo en general.
Una novedad presentaba aquel año el trono del Nazareno, como era el arco de la campana con la que el capataz, entonces el que yo llamaba el “campanero” llamaba a sus hombres, donde destaca la presencia de algunos hermanos que ya marcharon a la llamada eterna del “de la cruz a cuestas”. Comienza su caminar el Nazareno y se hace los ecos tan comunes de aquellas Semanas Santas, la de su banda de cornetas y tambores, aquella que fundo el recién homenajeado por la hermandad el pasado sábado, D. Hilario Serrano que gracias a esta circunstancia hemos podido conocer que fue en 1969 cuando se forma la banda. Las reverencias tradicionales llevaban a la definitiva procesión hasta la parroquia donde se celebraría el ya también desaparecido septenario, abriendo los dos gallardetes de las cofradías el camino seguidos por un cortejo formando por las anderas de la hermandad morada y hermanos de la corporación de la ermita de la Soledad, donde se puede intuir los reglaos florales que se intercambian ambas en este esperado y cada vez más popular encuentro que casi cierra la cuaresma y nos empujaba a sentir la Semana Santa… por ahí me he visto de niño, con mis amigos del colegio Pedro Galey o Alfonso Puche, aquel con el que me encontré cosas de la vida el pasado Lunes Santo en el Polígono de San Pablo de Sevilla viviendo y sintiendo otro tipo de cofradías…

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