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jueves, 6 de febrero de 2014

EL PERDÓN DE LOS PECADOS EN CÁDIZ...

La primea vez que me propuse conocer la Semana Santa de la “tacita de plata” a fondo y en serio, tuvo que ser sobre 1999 o 2000, porque aunque siempre había referencias de la televisión autonómica y sus retransmisiones y algo en presa andaluza, no sería hasta que adquirí dos cintas de video VHS donde se reflejaba la Semana Santa de Cádiz capital, de todas su cofradías a su paso por la gaditanisima plaza Candelaria, era algo así como la colección del Correo de Sevilla de las cofradías por Campana, pues en esta de Cádiz donde se mostraba las salidas y su discurrir por carrera oficial por este enclave tan bello y cercano a la Santa Iglesia Catedral. Quizás me decidiría a comprarla porque en 2000 adquirí un revista “A Paso Horquilla” de aquel año y desde entonces comenzó a picarme el gusanillo con conocer una Semana Santa que nada más que por su patrimonio me sorprendía y no poco. Aunque ya existía internet y lo manejaba una vez a la semana en el pc de la empresa de mi padre los domingos por la tarde, mi aprendizaje de aquellos años subiría en nivel gracias a la famosa tienda de “El Catalogo Cofrade” que vendía sus productos por correo, donde comencé a incrementar considerablemente lo que podríamos llamar mi archivo, bibliográfico, videográfico y musical.


Con esto de tener capturadora ahora puedo mostrarles aquellos videos en primicia. Me encantó la verdad la Semana Santa de Cádiz, incluso su forma de llevar los pasos entonces porque se asemejaba más a como andaban los pasos de mi pueblo, hoy la verdad no me disloca el compás de los pasos gaditanos, pero obviamente lo respeto, cuando todos caminan a este modelo será porque gusta y se mima. Pero el video que les muestro, aparecía una hermandad que rápidamente, su paso de misterio me cautivó por completo. Un galeón de lo que llamaríamos el calor caoba soportaba uno de los portentosos calvarios andaluces donde caminan las tres cruces… y es que no sé por qué pero a los bailenenses parece que nos llama el sueño de ver un misterio así por nuestras calles desde que tengo uso de razón.
Como muchos sabrán, los que llevan aquí desde el principio, y creo que llevo tiempo sin pararme en sus obras menos conocidas, los grafismos imagineros que insufló al arte religioso don Luis Ortega Bru, son para mi algo que me traspasa. Es cierto, desde que contemplé sus primaras obras, tenían algo que me llegaba directamente, que me embelesaban y me hacían ver que eran diferentes a todo, de fácil atribución. Gran premio al trabajo de alguien que se gana la vida haciendo arte, cuando consigue hacerse un hueco destacado en la línea temporal de la historia del arte, por lo menos así lo veo yo, porque aunque todo arte tiene que estar influido de algo anterior, como diría mi buen amigo Pedro Soriano, la línea evolutiva del arte proviene desde las mismísimas pinturas rupestres de las cavernas, por lo que Ortega Bru para mi visión fue de los imagineros neobarrocos del siglo XX el más genial, dándole también su matiz de contemporaneidad, creando algo nuevo, sin renunciar al pasado que tan anclado está en el mundo cofradiero, y por mí que dure…





Así que rápidamente palpé en el crucificado gaditano la mano del inmortal artista nacido en San Roque, que vivió en Madrid y que Sevilla fue su inspiración y su musa, la que lo criticó y la que también lo eleva al genio que sin duda fue, aunque aún hoy se le siga negando ciertas ideas que el maestro intentó defender y pocos consiguieron entender. Portentoso crucificado el Perdón gaditano, por ello he decidido que en estos días reciba a todos los que se sienten simplemente capillitas y buscan esta casa. La verdad me sigo quedando sin palabras cuando contemplo fotografías o videos del mismo, esa representación que parece expiración pero que al parecer lo que nos muestra es esos instantes previos antes del final, tras haberle prometido a Dimas el paraíso, mientras Gestas sigue ignorando, como la humanidad misma que hay algo más allá de nuestros chasis de carne y huesos. Alza este Jesús tan humano, tan híper barroco como llaman algunos a Bru, su mirada misericordiosa al Cielo y pide Perdón a su Padre porque no sabíamos lo que hacíamos, diciéndole que ya se va a cumplir todo, y casi que vaya engrasando las bisagras de los cerrados portones del cielo, porque Él como hombre iba a reconciliar a la misma humanidad que lo mataba con el creador de todo lo visible e invisible…



Fue uno de sus últimos trabajos, seguramente cuando vivía en Triana, en casa de Guzmán Bejarano y compartía las tertulias con Antonio Garduño. Volvió a recrear la magnificencia de su arte con el crucificado, como el de la Salud de Montesión, ese que Sevilla espera sin duda ansiosa que se pasee oliendo el azahar desde su cruz por la calle de la Feria. Contempla uno al Perdón de Cádiz y recuerda que por entonces, el genio presentó un boceto para realizar un nuevo Cristo de las Cinco Llagas y lo echaron para atrás… seguro que el suyo no habría dado para la realización de hasta tres imágenes posteriores para la corporación trinitaria.









Poderoso hombre divino en el madero bendecido en 1981, al año siguiente llegó la Virgen del Calvario, fiel al estilo del maestro pero algo más endulzada tal como tantas veces le exigió los cánones hispalenses, él que decía que la madre de Jesús no pudo ser una muñeca bonita, y San Juan que viene a ser un primo hermano del que acompaña en el Tardón en la capilla de San Gonzalo a la Salud, y como no al Soberano Poder, su Cristo para Sevilla... El Perdón fue su Cristo para Cádiz, pero la muerte al final pudo con su no fácil vida quizás demasiado pronto y tuvo que ser otro imaginero quien finalizase el conjunto, el isleño Alfonso Berraquero. Realizó las marías y sobre todo los dos ladrones, de los cuales dicen se basó en unos dibujos de Bru, los que el genio proyectó para la hermandad de Montserrat de la capital hispalense, algo que tristemente no se materializaría, porque, qué habría sido de dos ladrones de Bru escoltando al portento del Cristo de la Conversión de Juan de Mesa, el cual embelesaba al de San Ronque, uno de los motivos por los que decidió basarse en el Cristo Mesino para recrear su visión personal y similar en el crucificado de Montesión. Destacaré esta intervención de Berraquero, el cual al parecer por entonces comenzó su colaboración con el taller de Guzmán Bejarano –él es el encargado de la imaginería del reciente retablo tallado por su taller y comandado por su hijo para el Cristo de la Tres Caídas de Triana- e incluso alguna relación artística con Ortega Bru, algo que puede venir a evidenciar algo que mostré haces pocas fechas, su aportación en la remodelación del Señor del Prendimiento de Linares justamente poco tiempo después.
Y es que tal mole de arte se pasea en un paso que sin duda tiene enlaces indirectos con el Prendimiento de Linares, ya que las tres cruces del Perdón de Cádiz se pasean sobre un paso de misterio obviamente realizado en el taller del trianero Manuel Guzmán Bejarano, el cual sin duda recuerda en sus trazas inequívocamente al paso del Jueves Santo linarense. Obviamente estos pasos parten del modelo emprendido en las andas del Santísimo Cristo de la Tres Caídas de Triana, el cual vino a reinventar e intentar llenarlo de nuevas formas y matices, terminándolo, eso sí,  barnizado en 1985, así que su siguiente gran trabajo, el paso del Prendimiento de Linares lo comenzó tras este siguiendo prácticamente similares modelos, siendo los tres los grandes baluartes de ese diseño emprendido en la capilla de los Marineros aunque posteriormente hayan realizado alguno más que otro, pero no de esas dimensiones.




Es el perdón una hermandad erigida en plena II República Española, un año justamente antes del inicio de la Guerra Civil, que procesionaba a un sencillo calvario con un valioso y antiguo crucificado ¿José de Arce?, que sería sustituido por nuevas imágenes del autor local Laínez Capote hasta que en los albores de los ochenta de la pasada centuria llegara la renovación completa que actualmente se conoce. Por curiosidad destacar que el paso anterior al actual es el que actualmente procesiona al misterio de la Sentencia de Andújar previo paso por Córdoba con el misterio de la Coronación del Zumbacón. La renovación artística también incluía la imagen mariana que procesiona bajo palio, la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos, una obra encargada al otro genio de la imaginería andaluza del momento, al sevillano Francisco Buiza que aunque algunos se piensen que fue un imaginero de Cristos e imágenes masculinas, en Cádiz dejó muchas de sus muestras de imágenes marianas y femeninas, mostrándonos quizás como pudieron ser las dolorosas de Juan de Mesa, el símbolo al que intentó imitar en su carrera el de Carmona. En 1979 realizaría la imagen, en 1978 el Cristo Coronado de Espinas de Córdoba, ¿intervino Buiza en la venta de las andas gaditanas a Córdoba?
Algo a destacar nuevamente de aquel video fue el acompañamiento musical del misterio, por agrupaciones de la tipología Eritaña-Arahal, en concreto la antaño llamada Agrupación Musical “Maestro Jácome” hoy denominada como “Sagrada Cena” al estar integrada en la hermandad del Domingo de Ramos. Esa revirá a paso horquilla con “Oh Bendita Estrella” era de lo que más me pegaba el pellizco de los videos y tras esto me enamoré de ese trocito de marcha, que para mí es un marchón, también salida del genio de Mena Hervás para la Estrella de Dos Hermanas llamada “Pasión y Amparo” mientras su figura se marchaba por la calle Montañés. Trabajito me constó dar con esa marcha años después, algo que las facilidades de internet trajeron y es que entones, aunque algunos no lo crean era un agrupacionero acérrimo, de esos que piensan que las cornetas y tambores son una “pelea de gallos”. De ese cambio de mentalidad si Dios lo quiere les hablaré pronto… aunque mi modelo sigue siendo Estrella de Dos Hermanas.

Y así sigue hoy en día esta hermandad con sones de agrupación, la de Ecce Mater –lo cierto es que las bandas de Cádiz rozan altos niveles- algo que hoy día es lo que menos me convence de este barco que retrotrae al modelo de la Carretería sevillana, porque además es curiosamente la hermandad populosa de la Madrugá gaditana, es como las Esperanzas de Sevilla, la que abre la mañana con el júbilo de la noche más sagrada de los cofrades y capillitas. Muchas ganas tenia de volver a tierras gaditanas y hablar de su también impresionante Semana Santa, y muchas ganas de hablarles del Cristo que más me cautiva de la ciudad que ya bulle en su fiesta grande y pagana antesala de la definitiva cuenta atrás de la gloria de los capillitas… la Semana Santa que el mismo se encargar de anunciar este año a los cuatro vientos. Cuando en 2005 estuve por sus calles y el pasado julio volví a sus territorios me acordé de su agónica mirada al cielo pero aún habrá que esperar al día en que nos conozcamos frente a frente, en su catedral vieja, la iglesia de Santa Cruz.

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