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domingo, 9 de febrero de 2014

AGUAS DE TRIANA...


Que mejor que estas dos estampas retrospectivas que nos muestran la misma esencia por el que son reconocidas las hermandades del barrio más cofradiero del mundo, el de Triana, para ilustrar esta entrada. El discurrir de los pasos de Triana por el puente de Isabel II es una de las esencias más inconfundibles para unir con el arte fotográfico la idiosincrasia que identifican a las hermandades del otro lado del rio. Pero esta estampa se perdió definitivamente, nada queda de este paso y su discurrir por el Puente de Triana, es una estampa que se borró hace ya muchos años del programa imaginario del capillita sevillano. Este es el pasado de la hermandad del Cristo de las Aguas, la que todos conocemos que se asienta en el barrio del Arenal, frente a las atarazanas y el arco del postigo, en una pequeña capilla dedicada a una letífica Virgen del Rosario. Pero su historia nos habla de sus raíces trianeras, en el hoy despoblado de cofradías templo de San Jacinto, la cual sufrió como las demás la sinrazón de sus “dirigentes”, que se acrecentó con un incendio fortuito que casi la destrozó y que la llevó a no solo dejar el templo, si no a buscar casa fuera del barrio que comenzaba a apellidarla como el “Silencio de Triana”. Se marchó de Triana, hasta Santiago, después se perdió por el entramado de callejas de la Judería y su escondido templo de San Bartolomé y finalmente atraída por la brisa del rio, quizás buscando nuevamente a Triana se quedó en la otra orilla, donde dicen que el Arenal se convierte en un trocito de Triana, en antesala sevillana del barrio de la gracia...

Hace unos años volvió por efemérides históricas el actual Cristo de Antonio Illanes con la dolorosa del Mayor Dolor, pasando unos días en la capilla de los Marineros, aunque no conozco fotografías de aquella estampa del misterio cruzando el puente, para revivir estas viejas fotografías con el sabor de la actualidad. A veces me pregunto que como seria ver hoy venir en el Lunes Santo, tras San Gonzalo al galeón dorado donde un ángel recoge la sangre y el agua del Hijo de Dios crucificado y traspasado. No hay en la actualidad que yo sepa ningún indicio de una posible vuelta a sus orígenes, más cuando por San Jacinto parece que la cosa no cambia de aires, y quizá tampoco ya sienten ese lazo pasado con Triana… o quizás sí, no lo sé, porque el pasado Lunes Santo, en cierto modo, las Aguas volvieron a ser las Aguas de Triana. Si hoy en día hay algo que rezume trianerismo por los cuatros costados, eso es escuchar el singular modelo musical de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Tres Caídas, aquella que en la ciudad y en el universo capillita es siempre conocida con el sobrenombre de TRIANA.
Eso es así, es una de las grandes abanderadas en nuestros días del barrio más independiente del mundo, escuchar sus sones, te traslada sin duda a sentir en tus adentros un paseo por Pureza, Santa Ana, Rodrigo de Triana, Pagés del Corro, San Jacinto, Castilla, Alfarerías, Betis, etc… son hoy una especie de banda sonora para sentir y oler el perfume de todas estas inmortales calles con sabor a pueblo, en la ciudad más grande de Andalucía. Ecos de Centuria Macarena, otros tantos años de Sol marcaron el caminar del misterio de las Aguas, con el paso de líneas sencillas hasta el neo barroco de los Hermanos Caballero. Pero el año pasado saltó la sorpresa, poniendo tras el calvario de la calle Dos de Mayo a la banda de Triana, recreando curiosidades como que una banda saliese en una misma jornada en dos hermandades, pasado dos veces por carrera oficial, dejando al Cautivo de San Pablo en su visita a la catedral y salir corriendo bajo el Postigo en busca del aquellos viejos vecinos que aún resuenan en la historias cofradieras de las tabernas y tertulias de la Cava…

El pasado Lunes Santo, viendo venir el barco al compás de sus marchas, te hacía sentir una sensación como que las Aguas habían vuelto a cruzar el puente, fue una de las noticas de la Semana Santa, por ello que mejor que recordar la cita histórica ahora que ya empieza a vibrar lo repelucos de una nueva Semana Santa, con varios momentos de su recorrido donde la hermandad volvió a convertir, con partitura de Julio Vera y Manuel Alejandro González incluida en las “Aguas de Triana”…

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