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lunes, 14 de enero de 2013

CINCUENTA PRIMAVERAS INALTERABLES...


Hay una banda en Sevilla que goza de una peculiaridad especial. Una circunstancia que surge quizás por no querer seguir la lógica evolución que tienen todas las cosas en esta vida o porque quizás su evolución, que la ha tenido, es conservar una esencia pasada para siempre. Vamos creo que no hay nada sujeto a la mano del hombre que no haya cambiado nunca pero la Centuria Macarena sigue intentando guardar ese pasado aunque el mismo incluso para ellos siga evolucionando.
Incluso es como su gran reclamo, de que ellos son solo “cornetas y tambores”, entrándoles al “juego” a aquellos que quizás sienten la necesidad de ver esto como una competición donde sobrevive el que más aprieta, aunque en cierto porcentaje tengan su razón… aunque para mí no hay más razón que el trabajo y quizás el don y el duende de hacer algo que guste y se adapte a los tiempos. A mí me gustan o más bien dicho, prefiero las bandas de cornetas y tambores evolucionadas, no lo voy a negar, en toda su idea musical, porque hasta para tocar un tambor se ha evolucionado, y basta con escuchar un poco a la Centuria para darse cuenta de ello.
Aunque tampoco voy a negar que en cierto modo veo esencial esta formación en su Semana Santa a la cual le aporta otra matiz y otra manera de ser sin duda evocadora de otras Semanas Santas que poco a poco se van perdiendo como se pierden las personas que la conformaron. Dicen que incluso andar este ritmo y estilo es complicado para el costalero de hoy, el cual obviamente también ha evolucionado, cogido siempre de la mano con la música. Por ello les dejo con este video, donde pareciese que estuviésemos viviendo una escena de los años setenta del pasado siglo o más para atrás, donde la percusión de la Centuria Macarena marca el caminar de una cuadrilla de costaleros portando a un Cristo por las calles de Sevilla, en este caso parece ser el del Buen Fin. No hay música, o más bien viento, tan solo la, a hoy día curiosa y diferente percusión de esta banda que en la Madrugá es ingrediente indisoluble del caminar “del Sentencia”, revestidos de los Armaos más cristianos de todos los tiempos, aunque hace unas décadas todas la bandas se asemejaran más a este sonido… basta buscar los primeros trabajos discográficos de Cigarreras o Triana…
El maestro Hidalgo haciendo alarde de su redoble, de su sonido inconfundible y su toque con sabor a otros tiempos y quizás con un cierto matiz militar, el que quizás hoy nadie imita pero que al contemplar su figura tocando su tambor como los de antaño, nada de gran parada,  hace que todas las miradas se fijen en sus muñecas y baquetas, el inalterable son de fondo de Madrugás eternas, sin duda el percusionista más mediático de la Semana Santa sevillana y quizás del mundo cofradiero...
Precisamente cincuenta primaveras es lo que llevan los sevillanos, los hermanos y cuadrillas del Señor de las Penas de la hermandad de San Roque escuchando este peculiar son que ayuda al Cirineo del maestro Illanes a soportar el peso y las Penas del Señor de San Roque. “Cincuenta años tras tus Penas” es el extenso nombre y quizás poco bello a mi parecer para este tipo de música –para un escrito conmemorativo pues quizás…- con el que la formación tan especial y esencial de la hermandad de la Macarena , ha querido homenajear esta importante conmemoración, creo que pocos cumplirán medio siglo detrás de un paso, más si eres contratado, donde ya serán pocos los que recuerden al Nazareno de la calle Recadero caminar por el Domingo de Ramos con otra música u otra banda que no sea la de la Centuria… sabor añejo para la Semana Santa, sustentado por los nostálgicos de una época por la que siguen luchando, basta ver al jovencito como sigue la estela de Pepe Hidalgo…

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