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jueves, 10 de enero de 2013

LA "RESURRECCIÓN" EN EL HUERTO...


Cuando siempre se habla de la palabra “impronta” en la imaginería o en cualquier arte, se suele referir a esas características, sobre todo morfológicas que atesoran las obras que suelen identificarlas ante otras y que a su vez suelen servir como “firma” artística de su creador, el cual con ello alcanza a atesorar una esencia que en lo profesional lo marcará para siempre. Impronta no tiene por qué significar copia, o por lo menos la gran mayoría de los artistas de la historia lo han intentado aunque en lo referente a la imaginería en el último siglo, a veces llevados por situaciones de fuerza mayor, si se utilizaban y se siguen haciendo, la repetición de esas características, aunque se cambie de iconografía como para encontrarse “hermanos gemelos”, refiriéndonos al ámbito cofradiero de muchas imágenes titulares o secundarias, que casi llegan a mostrarnos como sería la contemplación de una misma imagen pero en diferente momento de la vida, en este caso que nos ocupa de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Un caso actual para mi visión lo tendríamos con Álvarez Duarte aunque cada día, sobre todo los más cotizados, quizás exigidos por la clientela… o no, continúan esta forma de obrar en su evolución artística, algo que quizás le quita aliciente a una proyección o ascendencia artística, con lo cual esa evolución hacia una madurez plena crecería más a cuenta gotas. Uno de los que quizás en ocasiones obraron así décadas atrás, aunque si salir del siglo XX, fue Francisco Buiza Fernández, genial imaginero nacido en Carmona para el que suscribe, que supo darle su matiz contemporáneo, una nueva vuelta de tuerca al inmortal estilo de Juan de Mesa y Velasco.




Una obra sublime para mi es su conjunto , aunque me sorprenda que haya gente que no piense igual que yo, que cierra la Semana Santa sevillana desde la iglesia de Santa Mariana, el Señor Resucitado acompañado de un portentoso ángel anunciador de su Resurrección, el que quizás podría ser Egudiel… una obra portentosa inspirada en lienzos de Murillo y un Resucitado gaditano-genovés de Cádiz, donde la poderosa figura barroquizante de los crucificados de Mesa se hace Cristo Resucitado, en ascensión o levitando, de la fría muerte a la vibrante luz de la Resurrección, dibujando la figura inmortal de su muerte por Amor en la cruz pero sin ella clavada en sus llagas vacías de clavos y sin sangre o agua en el costado, con la limpieza del que pareciese llevase meses recuperándose de una paliza y estuviese recién salido del hospital, una Resurrección idealizada para el ojo y pensamiento humano. Acompañado de un espectacular ángel sentado en el sepulcro de tintes más occidentales que lo que en verdad tuvo que ser –la verdad es complicado llevar a un paso una cueva de tamaño natural…- anunciando la buena nueva, una imagen en 1975 –el Señor es de 1973-, donde curiosamente tal como declaró el hoy imaginero y entonces aprendiz del de Carmona, Juan Ventura, fue policromado completamente por el mismo siguiendo las directrices de Buiza.
¿Les gustaría ver al Resucitado como agonizaría implorante al Padre en el huerto de Getsemaní? Pues habría que viajar hasta la región de Murcia, en uno de sus pueblos más cofradieros; Jumilla donde el aire salcillesco y del arte murciano es salpicado por el híper- neobarroquismo de Buiza con el misterio de la Oración en el Huerto para dicha localidad. Y precisamente para sustituir un grupo escultórico de la esencia imaginera de aquella zona -obra de José Lozano Roca-, a causa de un incendio fortuito en 1975, Francisco Buiza realizó otra de sus geniales creaciones y a su vez más desconocidas con el Señor y el ángel confortador, el que algunos llaman Egudiel, en la triste noche de Getsemaní. Una obra que en cierta ocasión leí, ya que no estoy muy seguro, de que fue una imagen creada para Málaga aunque la operación no llegó a buen puerto, aunque conste un contrato entre Buiza y la hermandad jumillana, lo que daría entender que este conjunto fue realizado con la intención del encargo desde Jumilla.









Aquí podemos contemplar lo que les dije al principio, como Buiza prácticamente siguió el mismo modelo creado poco años antes en el Resucitado y como no en el ángel, que en esta ocasión no hace falta imaginarlo, podemos contemplarlo como estaría de pie, aunque no sepamos si el mismo Egudiel estuvo presente en la Resurrección del Hijo de Dios… contemplar cómo no, como el Resucitado resultaría vestido y de rodillas, lo mismo que los jumillanos podrían ver en el Resucitado sevillano pero al contrario…


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